Cαpιτυlσ 20

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-¿Cuándo nos vamos?

Todos la vieron sorprendido, inclusive Liz, que _______ haya preguntado eso con tanta normalidad fue claramente shockante para todos.

-La idea era que hicieran las maletas ahora mismo para irnos en la tarde.

-Vamos a casa para hacerlas rápido.

-¿Qué estás haciendo?- Le musitó a su novia.

-Fingiendo emoción, tengo un plan.

-¡Iré a hacer mi maleta ya!- Exclamó Kendall efusivo.

-Ni modo- La rubia se encogió de hombros- Yo igual.

-Alto… ¿Quieren irse?

-Pues claro, al menos allá habrá puertas.

-Emm… Denos un minuto.

________ chocó el puño con su novio en el instante que los adultos se alejaron para hablar. Psicología inversa, el método infalible de _______ con su padre, aunque algunas veces usaba un par de puntos políticos y asuntos inspirados en la democracia, simplemente el punto débil de un político.

-Me sorprendes _______ y yo que te creía poco astuta.

-Con mi padre he aprendido a ingeniármelas.

-Esperemos que no nos manden a hacer maletas.

-No lo harán Liz, créeme que no.

-Tu madre está discutiendo con la nuestra por lo de las puertas- Las asustó el ojiverde.

-¿A dónde te habías metido?

-Estaba escuchando.

-Te extrañe- Sonrió _______.

-Linda- Se sentó junto a ella y la rodeó con el brazo- No más que yo a ti- La besó.

-No se succionen frente a mí.

-¿Quieres que te succione a ti también?

-¡Ay Kendall, no quiero tus gérmenes!- Se levantó del sofá.

-Liz, siéntate.

-Llegamos a un acuerdo entre todos.

-¿Cuál?- Se impacientó Kendall.

-No los mandaremos al internado, pero… No irán al baile de invierno y no participaran en ninguna actividad extra escolar.

-¿Puedo seguir viendo a Kendall?- Interrumpió ________.

-Sí pero hasta las ocho de la noche.

-¿Y si me quedo a dormir aquí?

-Ese es el otro punto- Añadió la señora Schmidt- No abran más piyamadas para ninguno de ustedes tres.

-Y…- La madre de _______­_ vio seria a su futura consuegra.

-Tendrán sus puertas- Dijo para nada convencida.

-¡Sí!- Los rubios chocaron las palmas.

-Bueno, nosotros nos vamos- _________ se levantó apresurada.

-Papá, ¿Puedo quedarme?- Susurró.

-Hasta las ocho y… como parte del castigo no te daré dinero por todo noviembre.

-Pero papá…

-Sin peros, no habrá dinero hasta principios de diciembre- Le besó la frente- Te quiero pero tienes que aprender de tus errores.

-¿Kendall, me ayudas a poner las puertas?

-Si papá- Se levantó- Te amo bonita- Le dio a su novia un pequeño beso.

Mientras Kendall ayudaba a su padre en poner las puertas, Liz y ________ se fueron al patio para hablar sobre aquel problema que las convocaba a ambas… virginidad.

-¿Se te ha hecho difícil?

-No tanto, como sabes estuve buscando placer en mujeres.

-Yo cuando tenía tu edad no era así- Río.

-Tengo 16, es solo un año.

-Lo sé, solo era para molestarte.

-No creo que Kendall y tú aguanten mucho.

-Yo también dudaba de eso pero ayer en casa de James encontré un libro y mientras Kendall dormía me puse a leerlo, hablaba sobre el amor, y que este era más fuerte que todo, incluso que el sexo.

-¿Acaso ese libro lo escribió un cura?- Soltó una risotada.

-De hecho sí- Rió con ella.

-¿Tú y Kendall se divierten?- Alzó las cejas.

-Si te refieres al tipo de diversión que estoy pensando sí.

-¿Cuándo fue la última vez que “se divirtieron”?- Formó las comillas.

-Anoche- Bajó la vista.

-¿Y qué tal estuvo?

-Genial, Kendall tiene… lindos dedos.

-Lo que tiene Kendall es solo la cara de niñito bueno, en el fondo es un pervertido total- Afirmó.

-Pervertido y todo aun lo amo.

-Y el también te ama _______­_.

Rato después las llamaron a almorzar, al llegar al comedor lo único que ________ atinó a hacer fue morderse el labio; ver a Kendall sudado y despeinado la encendió, provocándole unas increíbles ganas de besarlo y tocarlo completo. Se sentó en la mesa junto a él susurrándole sensualmente en el oído “Se me quita el hambre de solo verte”.

-¿Tanto les costaba darse una ducha?

-Si- Respondieron los dos hombres de la casa.

-Apestan.

-No apestamos, solo soltamos nuestra fragancia masculina- Sonrió Kendall.

-¿Fragancia a vertedero?- Rió Liz.

-No sé cómo pueden estar tan sudados luego de poner un par de puertas- Dijo la señora Schmidt poniendo los platos.

-No sabes lo agotador que es cargar las puertas desde el ático hasta acá.

Tomó varios minutos el que dejaran esa absurda conversación, pero al final todos estaban tan hambrientos que se dedicaron solo a comer, bueno, menos _______ ya que no tenía apetito para nada mas que no fuese una cosa: Kendall Schmidt. Comenzó a rodar una arveja sin sentido con el tenedor mientras miraba todos los cuadros que habían en las paredes, se los conocía de memoria pero se detuvo en el cual Kendall celebraba su cumpleaños número 12. Sonrió por un instante pero luego recordó que faltaba exactamente una semana para su cumpleaños.

*Como le compraré el regalo si no me darán dinero*

-Kendall- Murmuró- ¿Me prestas dinero?

-Claro… ¿Para qué?

-No te puedo decir.

-Si me dices te presto.

-No puedo.

-Entonces no hay dinero.

-Pero amor…

-Lo lamento pero sabes que odio que me escondas cosas.

-Es algo importante.

-¿Si es tan importante por qué no me dices?- Alzó un poco la voz.

-¿Pasa algo?

-No- Dijeron al unísono.

*Conseguir ese dinero será fácil, solo debo… prostituirme con mi propio novio*

Mi Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora