Cαpιτυlσ 29

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-Kendall- Le tocó la espalda mientras se agachaba tras el respaldo del sofá.

Confundido inclinó la cabeza hacia la parte trasera del sofá encontrándose con Carlos arrodillado en el suelo. Lo vio fijamente para luego solo modular “Hazlo ya”, a lo cual el rubio moduló un simple y sincero “No puedo”

-_________.

-Hola. ¿Qué haces aquí?- Le hizo saber que interrumpía.

-Kendall te quiere decir algo pero el muy ***** se acobardó y no quiere darte lo que metió entre el sillón- Salió corriendo.

-¿Qué quieres decirme?

-Emm…

-Vamos.

-No puedo.

-¿Por qué no?- Le acarició la mejilla.

-Tengo miedo.

-¿Miedo de qué?

-Miedo de…- Metió la mano entremedio del sofá y sacó la caja- De pedirte que te cases conmigo y de que me digas que no y lo nuestro acabé y lo único que me quede sea casarme con una mujer viuda con 57 gatos- Ella rió.

-No te dejaré… pero tampoco me casaré contigo.

-Pero…

-No aun- Interfirió- Estamos muy jóvenes y…

-No te estoy pidiendo que te cases conmigo hoy ni mañana ni pasado, yo te espero hasta el tiempo que necesites pero quiero que me respondas… ¿Te casarías conmigo algún día? - Tomó su mano y la besó.

-Sí bebé, desde los 13 que sé que tu serás mi esposo y padre de mis hijos.

-Te amo- Avanzó para presionar sus labios contra los de ella.

_________ le rodeó el cuello y subió las piernas de forma diagonal a las de él, en tanto Kendall le acariciaba los muslos en tanto aun recorría con su lengua la cavidad bucal de su novia.

-¿Vamos a la limusina?

Kendall no protestó en absoluto y tan solo la tomó en brazos, de hecho agradecía la propuesta de ella ya que era bastante incómodo besarse de esa forma sabiendo que sus dos mejores amigos estaban a un par de metros observándolos atentamente. Abrió la puerta y la tendió en el asiento trasero, él se sentó en la orilla sosteniendo sus pies y cerrando la puerta.

-Quedémonos aquí toda la noche, por favor.

-Claro amor, no hay problema- Abrió la ventana de arriba del vehículo.

-Vaya, las estrellas están más brillantes que nunca.

-Sí, hoy es una noche especial.

-Sí lo es, fue la mejor noche de toda mi vida- Gateó para besarle la mejilla- Te amo bebé y gracias por todo.

-De nada- La subió en sus piernas.

-Me encantó todo, excepto la parte en la que llegó Carlos, hubiese preferido que por tu cuenta y sin su ayuda me lo hubieses pedido.

-Me congelé, no es fácil para un hombre pediré matrimonio a una mujer, es la cosa más difícil que he hecho en toda mi vida.

-Bueno, lo importante es que al final lograste encontrar las palabras y decírmelo.

-Sí…

-¿Qué pasa?

-Nada- Se arrepintió de lo que iba a decir.

-¿Te notó raro?

-Es que quería pedirte algo.

-Dime.

Mi Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora