Capítulo 12

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Estaba tumbada en mi cama, y marqué el número de Álvaro como habíamos acordado.

Conversación telefónica:
-¡Hombre! !Cuánto tiempo! ¿Cómo estás?
- Déjate de ironias, y vamos a lo importante-dije rodando los ojos- ¿Te parece si entro  su habitación, hablo con él y te cuento?
- Vale, está bien.

Fin de la llamada telefónica

Así que salí de mi habitación llamando a la suya, y entré.

Estaba tumbado boca abajo en su cama, y sollozaba respirando entrecortadamente.

Me acerqué lentamente a su cama, y me sente junto a él.

Al poner una mano en su hombro, levantó la cabeza.
-¡Vete! No me apetece hablar.
-Peter...- No lo aguanté más, me levanté y me heché sobre él abrazándolo.
-Y ahora... ¿Que voy a hacer?
-Tranquilo...Intentaré hablar con ella. Ya verás como todo sale bien. Mira, a Heather le hicieron mucho daño. Por eso se comporta así contigo, ahora teme enamorarse, y le cuesta mucho confiar en la gente.
Por eso tú tienes que hacer que eso cambie, tienes que hacerla sentir especial, segura.
- Y ¿Cómo quieres que la haga sentir diferente su ella no quiere saber nada de mi?
- Bueno...- se me había ocurrido una idea brillante- Tengo una idea.

Mi hermano me miró sorprendido.
- Y... ¿De qué se trata?- Logró preguntar.
- Mira, dentro de poco es su cumpleaños. Y había pensado en hacerle una fiesta sorpresa, ya que la conozco y sé que se va a negar rotundamente si yo se lo propongo.
- ¿Por qué?
- Eso es algo... Que no te oiedo contar con respeto a ella. Bueno, ya te he dicho que no ha tenido un pasado muy agradable...
-¿Tan mal lo ha pasado?
- No te haces una idea... Bueno, a lo que iba. Había pensado hacerle la fiesta en la que tu intervengas. Podrías cantarle la canción que estás componiendo.
-Yo... No creo que sea una buena idea... La canción ni siquiera está terminada... Y ella... No quiere verme ni en pintura.
- Peter- le interrumpí- ¿Tú la quieres de verdad?

La pregunta pareció pillarle desprevenido, porque me miró como si estuviera loca o algo por el estilo.

- Vale, sé que la respuesta es obvia- sonrió- Pero lo que te quiero decir es que si tu de verdad la amas, tienda que luchar por ella. Tienes que conseguir que confíe en ti, hacerle ver que no le vas a hacer daño, y que lo que sientes no es algo pasajero. Sé que tú puedes conseguirlo y que no le harás daño. Confió en ti.
-Gracias enana. Yo tampoco sé que haría sin mi pequeña- dijo abrazándome.
-Entonces... ¿Me ayudas a prepararle la fiesta?
- No lo dudes.

Del amor al odio sólo hay un paso [TEMPORALMENTE PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora