Capitulo 2. El nuevo mantra

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Sábado 7:00 am

Claudia y yo corríamos por todo el apartamento, estuvimos despiertas desde las 5:00 am cepillándonos el cabello, una a la otra, y maquillándonos, Claudia a mi, por supuesto y luego a ella misma, yo no soy muy confiable en cuestiones de maquillaje de alta categoría, aunque me estaba esforzando en aprender, algo para lo que los vídeos de YouTube tuvieron uso.

Nos vestimos con el atuendo oficial del evento que consistía en un enterizo de short ajustado, sin mangas, con cuello alto y escote en la espalda en forma de V, color negro y púrpura, con los logos del evento y los patrocinadores.

Decidimos llevar plataformas negras, ya que estaríamos de pie todo el día, dejamos nuestro cabello suelto e hicimos ondas en las puntas y voila, listas justo cuando el citofono del apartamento sonó y el portero anunció que llegaron a recogernos.

****

10:30 am, todo iba de maravilla, por ser las modelos oficiales del evento nos correspondió estar en el stand oficial con una camioneta Hummer H3 pintada acorde a los colores y logos del evento, nos servían bebidas y pasabocas a nuestro antojo y teníamos aire acondicionado, además de 2 hombres de seguridad que vigilaban permanentemente el vehículo y a nosotras. En lugar de esto las modelos de los patrocinadores estaban de aquí para allá entregando publicidad y lidiando con cualquier aparecido que supuestamente quería tomarse fotos en su stand, y digo supuestamente porque en realidad querían manosearlas y decir cualquier estupidez, pobres chicas!.

Ahí vamos de nuevo...el problema?, bueno, realmente uno no era tanto problema, si nos tocaba mantener la boca estirada en una sonrisa exagerada cada tanto para tomarnos fotos, la ventaja es que los de seguridad solo permitían a personalidades importantes, algo así como prensa, farándula y empresarios patrocinadores. El verdadero problema estaba a punto de aparecer.

Claudia y yo estábamos sentadas en el sofá de cuero negro que hacía parte de la decoración del stand, al igual que una mesa de cristal frente a este donde teníamos nuestras bebidas. De repente un tumulto de personas se aglomeraron alrededor de la entrada del salón, tanto prensa como visitantes, y flashes van y flashes vienen.

-A que se debe el alboroto?-, le pregunté a uno de los hombres de seguridad. Supongo que fueron a los gimnasios de la ciudad a buscar los físico culturistas más grandes y con mala cara que consiguieron, los vistieron de traje, les dieron auriculares y radios, y eh aquí el resultado.

-Supongo que llego el jefe-, masculló entre dientes.

Recuerdan que les dije que el problema estaba por aparecer...pues ahí viene caminando directo a donde Claudia y yo estábamos de pie viendo la aglomeración.

Alguna vez han fantaseado con que uno de los modelos de los catálogos de ropa masculina se materialice para ustedes?...pues bien, fantasía hecha realidad.

Mamá mía!, debería ser ilegal verse así de sexy.

Alrededor de 1.80, piel morena, cara de niño, pero niño malo, cabello negro perfectamente desordenado sobre el cual descansaba sus lentes de sol, cuerpo perfecto. Que como se que tenía un cuerpo perfecto?, sencillo, camiseta negra ajustada que dejaba ver su torso y brazos musculosos y juro que vi un six pack en su abdomen, me creen verdad?. Pantalón de Jean azul claro ligeramente ajustado a sus muy bien torneadas piernas. Algo así como la fantasía sexual de cualquier chica. Solo faltaba evaluar la retaguardia, ustedes comprenderán a que me refiero.

Andrea Isabel Guerrero! por favor guarda la compostura, piensa en tu madre, no la defraudes.

-Buenos días señoritas!-, Y TIENE VOS SEXY TAMBIÉN, donde consigo uno así para mi?

-Buenos días señoooor...

-García, Santiago García-, dijo mientras tomo mi mano, la llevo a su boca y plantó un casto beso cerca de mis nudillos.

Justo antes de despegar sus labios de mi mano, me mira fijamente con sus ojos verde claro salpicados de miel, y juro que si no apretaba los dientes en ese momento corría el riesgo que mi mandíbula cayera en pila y comenzará a chorrear la baba.

Saludo igual a Claudia, aunque todo el proceso con ella fue más rápido y menos intenso, estoy segura de ello, e inmediatamente se dirigió a saludar a los organizadores del evento, lo cual me dejo evaluar aquella retaguardia que hacía falta analizar.

Y? 10 de 10, mejor dicho 100 de 10.

-OMG!, viste eso-, dijo Claudia mientras me daba un leve golpe con el codo.

-Que?, un ricachon sofisticado alardeando?, si lo vi-, dije mientras puse mis ojos en blanco y me dirigí de nuevo al sillón.

Alguna vez han tenido que correr de un peligro inminente y mientras corrían no sentían absolutamente nada, pero una vez a salvo y plenamente conscientes de su cuerpo sintieron como el corazón les palpitaba en la garganta y las rodillas les fallaban?, exactamente por eso tuve que volver al sillón.

-No te hagas la desentendida, lo vi todo!, lo dejaste deslumbrado-, Claudia parecía una niña en juguetería.

-Hay por Dios Claudia, no empieces si?

-Señoritas-, llamo uno de los encargados de seguridad, -El señor García las quiere con el para las fotos de publicidad con la Hummer.

Y ahí vamos de nuevo...sonrisa ven a mi.

Nos ubicamos al lado del vehículo con Santiago en medio de nosotras para las fotos. Los brazos de Santiago rodeaban la parte de atrás de nuestras cinturas, mientras nuestras manos se apoyaban en sus hombros a cada lado.

El roce de su cálida piel contra mi desnuda espalda me puso la piel de gallina, y la cercanía me permitió absorber su delicioso aroma, el cual pude reconocer fácilmente...CK one.

Tranquila, es solo un hombre guapo.
Tranquila, es solo un hombre guapo.
Tranquila, es solo un hombre guapo.

Y mientras repetía mentalmente mi nuevo mantra, pude sentir como su brazo se ajustó alrededor de mi cintura atrayéndome aún más a el, ajustando mi pecho con la parte lateral del suyo, mientras que disimuladamente se acercó a mi oído.

-Aún no me has dicho tú nombre.

Tranquila, es solo un hombre guapo.

-A-Andrea-, espero que esté disfrutando esto, porque estoy segura que las fotos van a mostrar mi rostro en llamas.

ESTOCOLMO la historia de Andrea y SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora