Capitulo 31. Dimitri, Ariel y Adam

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Fui a vivir a casa de Andres y Lina, según mi familia estar cerca de ellos me haría bien. Resultó que tenía razón y ya tenían un bebé de catorce meses, mi sobrino Andy, le pusieron ese nombre porque Andres siempre me llamaba así. Resultó ser un bebé hermoso, de piel blanca como la mamá y con el cabello y ojos de mi hermano.

No volví a la Universidad, pasaba los días queriendo volver a recuperar mi vida anterior, trataba de recordar cómo me sentía antes de conocer a Santiago. Pasaba el tiempo jugando con mi sobrino y hablando con la esposa de mi hermano. Algunas veces Claudia venía a visitarme o nos encontrábamos en El Centro comercial, comíamos helado o íbamos a cine, ninguna de las dos hablaba...de ello.

Una noche desperté realmente agitada, había soñado con Santiago, no fue un sueño, más bien fue una horrible pesadilla. Santiago estaba en la carcel y lo vi en su celda, había sido apuñalado y se estaba desangrando, igual a como vi morir a Patricia, una reclusa que tenía muchos enemigos en la carcel y varias de las mujeres más peligrosas del lugar la apuñalaron a muerte con el mango de una cuchara afilado.

Necesitaba verlo, saber qué estaba bien, necesitaba estar con el, abrazarlo y besarlo. Tenía que saber de él... y sabía perfectamente cómo hacerlo.

Recuerdan que les había dicho que teníamos un plan para todo en caso de ser capturados?, pues bien... Ivan, Santiago y yo nos comunicábamos con alter egos mediante una aplicación de celular que se usaba como chat privado para parejas de enamorados.

Primero debía conseguir un celular.

Todos los bienes De Santiago en nuestro país habían sido incautados por las autoridades, incluyendo la cuenta bancaria de la que yo retiraba dinero, supuse que igual para las tarjetas de crédito. Aún conservaba mi cuenta antigua, en la que mis padres me depositaban dinero mensualmente, decidí probar suerte y aún había dinero en aquella cuenta.

Ese mismo día en la tarde fui a una tienda en El Centro comercial y compre un celular descartable y lo recargue. Instale de nuevo la aplicación y rogué por tener suerte.

De Ariel: Dimitri estoy bien, necesitamos hablar. Como está Adam?.

Espere por horas que Iván me respondiera, no tenía idea de dónde estaba, si también lo tenía la policia o si estaba en contacto con Santiago. Llego la noche y no hubo respuesta, me dormí con el celular en las manos y desperté en la madrugada porque no dejaba de vibrar.

De Dimitri: Princesa Ariel!, gracias al cielo, estaba muy preocupado.

De Dimitri: Estoy bien. Me mudé de castillo.

De Dimitri: Adam sobrevive, te extraña.

Dios!, estaba tan emocionada, no sabía nada de Iván en más de seis meses y saber que el estaba bien y que Santiago también me hacía muy feliz, y me apresuré a responder.

De Ariel: Dimitri necesito hacer una transacción en el banco, pero es un trámite personal.

De Dimitri: El asesor te puede atender mañana a las 3:00 pm.

De Ariel: Ahí estaré.

Debía organizar un plan para salir por varias horas sin que Andres o Lina se preocuparan por mi.

****

-Lina en la tarde voy a salir, iré a la biblioteca, quiero empezar a estudiar cuanto antes, quizá el siguiente semestre pueda retomar las clases-, le dije mientras le daba desayuno a Andy y ella se entusiasmó bastante.

-Iras con Claudia?-, mierda!

-No, no creo que esté disponible, ya sabes... ahora es una profesional y debe cumplir horario laboral-, puse en blanco los ojos.

-Tienes razón-, dio una risita, -pero trata de no demorarte mucho quieres?, ya sabes cómo se pone Andres si llega y no te encuentra-, me dio una sonrisa forzada.

-No te preocupes, sólo iré por unos libros, es todo!-, suspire e hice un gesto de aburrimiento. Lina sonrió y di por terminada la charla.

Salí a las 2:00 pm, el banco, que en realidad era el cementerio central, quedaba algo lejos de la casa de Andres y debía tomar dos autobuses para llegar.

Llegue al cementerio con el tiempo justo, entre al baño y me cambie la ropa, me puse un sombrero y lentes de sol...por si estaba siendo vigilada. Busque el mausoleo de la familia Heredia. Era un viejo y apartado mausoleo que nadie visitaba y por eso mismo era el lugar perfecto para la reunión.

Espere por veinte minutos y no había señal de nadie, supuse que algo se debió presentar e Iván no vendría a la reunión. Me dispuse a salir del tenebroso lugar, había caminado unos tres metros cuando lo vi.

Ivan caminaba en dirección a mi, se veía igual que antes, vestía unos pantalones de Jean azul, camiseta gris, botas y chaqueta de cuero negras, llevaba una gorra negra y lentes de sol. 

-Preciosa!, cuánto te he extrañado-, dijo en vos baja mientras me abrazaba. Aquel abrazo y el aroma de Iván me trajeron recuerdos de mi vida con ellos y mis ojos se cristalizaron, hice un esfuerzo por no llorar.

-Creí que no vendrías, llevo esperándote por más de veinte minutos-, le reclame aún en medio de sus brazos.

-Discúlpame preciosa, debía asegurarme que nadie te siguiera-, me miró a los ojos con una medió sonrisa y asentí.

-No había podido comunicarme, he vivido un infierno, no sé nada De Santiago y no me dejan ir a verlo por orden del juez-, en mi vos había desesperación.

-Lo se, lo sé, he estado al corriente de tu caso.

-P-pero... como?-, ladee la cabeza y fruncí el ceño, realmente estaba intrigada.

-Tengo contactos en el juzgado-, se limitó a decir y asentí.

-Como está Santiago?

-No puedo ir a verlo, estoy siendo investigado también, pero Maria va a verlo por mi-, escuchar que mencionó a Maria me dio nostalgia, ella siempre estuvo al pendiente de mi y me cuido bien, -ella dice que está triste por no poder verte y no saber cómo estás, le he mandado recados diciéndole de tu caso pero no ha sido suficiente para el. El esta bien, no te preocupes.

-Ivan...tenemos que sacar a Santiago de ahí, no se lo que haya que hacer, pero no podemos dejarlo ahí-, negaba con la cabeza mientras decía aquello. Ivan apretó la mandíbula y elevó las cejas...sabía que lo que iba a decir no me gustaría.

Suspiro profundo, -Andrea, sabes que te ayudaré en lo que quieras, pero debemos actuar rápido, a Santiago lo han pedido en extradición y aunque hemos tratado de retrasar la decisión eso va a ocurrir más temprano que tarde.

Las últimas palabras de Ivan me dejaron fría, si Santiago era extraditado seguro no lo volvería a ver nunca, lo llevarían a una prision de máxima seguridad y pasarían muchos años antes que lo dejaran regresar al país...debía hacer algo y Ya.

ESTOCOLMO la historia de Andrea y SantiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora