Capítulo 1

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Estaba tratando de ordenar mis cuadernos, ya que mañana empezaba mi segundo año de Facultad, estaba muy ansiosa, ya que el año anterior me había ido bastante bien. -Está todo en orden Bárbara, deja tu cartera en paz. -Me dije a mí misma tratando de tranquilizarme. No era de esas típicas chicas que tenían preparado su vestimenta para el día siguiente, pero esta vez lo hice, deje todo en orden y decidí escribir en mi grupo de amigos que había formado el año anterior, Pablo, Micaela y Alejo, cada uno con su personalidad definida, una tan distinta a la otra. Pablo un chico un poco inseguro, pero que conseguía lo que se le metía a la cabeza, era de esos chicos que le gustaba mucho las fiestas, demasiado quizá, pero que no descuidaba sus obligaciones. Micaela destacaba por su sencillez, un poco mucho reservada, nunca podías descifrar lo que le pasaba por las cabeza, la persona más colgada que conocí. Y Alejo, el más irresponsable de nosotros cuatro, amante de las fiestas, siempre nos sorprendía con sus conquistas cada fin de semana.

[22:46]Bárbara: Sólo espero verlos a todos mañana, yo ya tengo todo listo.

[22:47]Alejo: Si sobrevivo a esta noche, los veo.

[22:47]Pablo: Por supuesto que mañana estoy ahí. Alejo las vacaciones terminaron, sabías eso no?.

[22:48]Micaela: Bar, necesito que me pases a buscar mañana y después pasamos por una libreria, no compre nada.

[22:48]Alejo: Eso no me impide seguir con mis cosillas Agustin ;)

[22:48]Bárbara: Yo paso por vos Mica, los veo entonces :D

Me quedé un par de minutos más revisando mis distintas redes sociales, los chicos seguían hablando en el grupo, decidí no contestar y me dispuse a dormir.

-Mica, es tan difícil elegir un par de cuadernos?. Pude sentir sus ojos azules clavados en mi.

-Uy nena!. Elijo estos ¿contenta?. Se dio la vuelta y tomó rumbo a la caja.

Durante el transcurso hacia la Universidad no tocamos palabra. Podía notar en toda su expresión que estaba enojada, no quería preguntar nada, iba a esperar hasta que ella quisiera hablar o quedarme con la duda del porqué de su enojo, aveces lo mejor que podíamos hacer con Micaela en estas situaciones, era acompañarla en silencio, hasta que se le pasaba todo, había días en que nos sorprendía el repentino cambio de humor con sus bromas o la espontaneidad en que nos proponía cosas divertidas para hacer.

Por fin habló.

-Bar ¿Perdonaría un engaño?.

Habíamos llegado a la Universidad, estacione mi auto y me acomode para poder mirarla. Estaba un tanto nerviosa, se podía notar. Esa pregunta con inseguridad, no era nada bueno. Trate de acomodar mis ideas y hablé.

-Depende que tipo de engaño sea Mica. Busqué sus ojos, pero estaba con la cabeza baja. -Si es algo que no te vas a poder sacar de la cabeza tan fácil, yo creo que no lo haría.

Ella sólo asintió. Y yo volví a hablar.

-Mica, sabes que te puedo ayudar en lo que me pidas, ¿si?.

-Si Bar, es sólo una pregunta, no es como si me pasara. Me miró sólo por unos segundos. Estaba segura que algo le pasaba, pero con ella nunca se sabía.

La mañana pasó muy rápido, estaba de tan buen humor y ánimos quese me hizo fácil entender los temas de mis distintas clases. De todos modos, no se me pasaba la preocupación de lo que sea que le pasara a Micaela. No sabíamos mucho de su vida personal, ni siquiera Pablo y Alejo. Ellos la conocían ya hace dos años. Vivía sola desde los dieciséis años, se vino a terminar el secundario en la ciudad, sabía que sus papás no compartían lo suficiente con ella. Hija única y con una posición económica bastante bien, aunque ella no lo hacía notar. Fue lo único que pude averiguar desde que yo la conocí el año anterior.

Recorrí toda la cafetería en busca de los chicos, habíamos quedado en almorzar todos después de nuestras clases. Me asusté cuando alguien me sorprendió por atrás agarrándome del brazo.

-¿Estas perdida?. Me alivie cuando reconocí la voz.

-Me hiciste asustar tarado. Alejo largó una carcajada.

-Vamos, con Pablo estamos en la parte del patio.

Me agarró de la mano y caminamos por medio de toda la cafetería, sabía que lo hacía a propósito, así que le seguí el juego. Recibí varias miradas de odio de parte de algunas chicas que yo no conocía. Alejo sabía que me encantaba llevar la contraria con ese tipo de cosas, entonces lo abracé. 

-De que carajos se ríen. Preguntó Pablo cuando habíamos llegado a la mesa donde estaba.

-Sólo quise poner celosas a mis chicas. Quien no se pondría celoso en la compañía de tan hermosa mujer.

Me miró con su cara seductora y me besó la mejilla.

-Bárbara decime que no vas a caer en su juego.

-Tanquilo Pablin, sólo lo estoy ayudando con sus conquistas. Le guiñe un ojo y me senté quedando en frente de estos dos.

Pedimos para comer y hablamos de nuestras clases. Los temas de conversación entre nosotros siempre era algo relacionado con la Universidad, rara vez preguntábamos sobre nuestra familia. Ninguno era de la ciudad, había fines de semana que cada uno se iba a pasar con sus afectos. A pesar de que ya los conocía hace un año, no teníamos la confianza suficiente, o al menos conmigo, ellos se conocían hace dos.
Nos sonó el celular a los tres, era un mensaje de Micaela en el grupo, nos avisaba que no iba a almorzar con nosotros y que quizá no asistiría a sus próximas clases.

-Seguramente se siente mal o sus papás vinieron a la ciudad. Dijo Alejo.

-Mmm no se, a Micaela no le gusta faltar a clases. Bar, vos la viste por la mañana. Pablo clavo su mirada en mi como ordenandome que le contestara.

-No se chicos, sólo la vi un poco enojada, ya saben como es Mica. No sabía si decirles que estaba preocupada.

-No es suficiente Bárbara. Al parecer Pablo había notado mi inseguridad.

-Seguramente se siente mal. Volvió a decir Alejo.

-Bueno... Ella me preguntó si yo perdonaría un engaño, la vi insegura.

-La mato, Micaela me va a escuchar. Dijo Pablo mientras negaba con la cabeza.

-¿Nos debemos preocupar?. Pregunté.

Barbica  (Sólo un momento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora