Capítulo 11

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No podía hablar ni moverme, ella se acercó a mi me dio un beso muy sentido en la mejilla cerca de la comisura de mis labios. Cerré mis ojos en reacción y disfrute ese pequeño momento, se separó para mirarme, agarró mis brazos los puso en su cintura y luego me abrazó por mi cuello. Estar cerca de Micaela después de varios días y sentir todo su cuerpo con el mío me erizó la piel, mi cuerpo empezó a reaccionar, la abracé fuerte y ella puso su cara en mi cuello. No me quería separar y dejar de disfrutar su cercanía, su perfume, su respiración, pero para mi mala suerte llegó el chico del delivery con la pizza.
Ella pasó sin decir nada y yo me quedé en la puerta pagandole al chico, suspiré y fui donde estaba, la encontré poniendo la mesa sonreí sin que me viera.

-Hola. -Dije cuando me senté y quedé frente de ella.

-Hola, que rico muero de hambre. -Sonrió. -Pablo me dijo que íbamos a cenar los tres.

-Pablo dice tantas cosas que no hace. -Ella sonrió sin entender lo que dije y empezamos a comer.

Cenabamos en silencio, me recordó a esas veces que Micaela estaba de mal humor, no nos dirigiamos ni siquiera la mirada pero en este caso si lo haciamos como un juego, desafiandonos quien aguantaba más los ojos fijos en los de la otra. Yo que puedo decir estaba encantada de poder admirar el color tan hermoso de estos. Sonreí orgullosa cuando desvió la mirada, ella agachó la cabeza y puedo jurar que también sonrió aunque su pelo no me dejaba ver.
Solté un suspiro cuando me di cuenta que estábamos a punto de terminar la cena, la última vez que habíamos hablado con Micaela fue cuando estuve a punto de decirle que me había molestado verla con ese chico, un pequeño dolor en mi pecho apareció de repente cuando recordé ese momento.
Esta vez tenía que tener cuidado con mis respuestas hacia cualquier cosa que me preguntara o dijera.

-Eu, Bar. -Escuche junto a un chasquido. -Tierra llamando a Bárbara. -Bromeó.

-Perdón me colgué.

-Pensé que la colgada acá era yo. Te pregunté algo.

-Perdón, no te escuché ¿Qué me preguntaste?.

-Si ya terminaste de comer. -Rodó los ojos y yo hice un gran esfuerzo por no sonreír.

-Ah! si si, ya terminé. Perdón. -Me levanté para llevar las cosas a la cocina.

-No no, lo hago yo.

Aproveche que Micaela estaba ordenando asi que me fui a la sala y me puse a fumar un cigarrillo, por suerte no se me había echo un vicio fumaba solamente cuando estaba nerviosa o ansiosa.

-¿Probaste alguna vez otro tipo de cigarrillos?. -Preguntó Micaela mientras se sentaba en el sillón que quedaba al lado del que estaba yo.

-Mmm no. -Dudé un momento hasta que entendí. -¿Te referís a droga?. -Me gire un poco para poder mirarla ella asintió. -No, jamás lo hice ¿vos si?.

-¿Vos que pensas?. -Sonrió.

-No lo se, tampoco te juzgaria si lo hicieras. -Ella sólo sonrió como una de sus tantas respuestas sin contestar.

-Mmm bueno yo tampoco te juzgaria por algo que me quisieras decir.

-No tengo nada que decir. -Dije un poco nerviosa.

-Podríamos terminar la charla que dejamos pendiente en lo de Alejo.

-No quedó pendiente nada. -Me levanté me dirigí a la cocina y ella me siguió.

-Por favor, necesito que hablemos a cerca de eso, esa fue la razón por la que te alejaste de nosotros. Yo se que aveces soy una mierda, pero con vos no quiero serlo nos habíamos echo tan cercanas y en estos días casi ni nos dirigimos la palabra. -Suspiró. -¿Qué hice?.

-Ya fue, Mica. No hiciste nada. -Dije aganchando la cabeza.

Me sentía una mierda en ese momento, quizá iba a cagar una amistad que me había costado conseguir por mis estúpidos sentimientos.

-¿Ya fue?. -Levantó la voz. -Dame alguna explicación, no podes dejar sin resolver tus problemas, yo vengo acá para entender si te tengo que pedir disculpas de algo y me decís ya fue. -Se podía notar la frustración de Micaela.

-Tenes razón ¿Querés saber que me pasa?. -Ella asintió. -Soy yo la que está mal, soy yo la que hace las cosas mal. Tengo cosas en la cabeza y en mi corazón que no puedo controlar, soy una pelotuda por todo lo que siento y hago últimamente. Quiero sacarme todo esto pero al parecer es más fuerte que yo.

Me miró desconcertada, si quería saber la verdad se lo iba a decir sin importar las consecuencias.

-¿Me estás hablando de lo que pasó en el boliche?. -Asenti. -Pablo tenía razón.

-¿En qué?

-Es por ese chico ¿Verdad?

-Si. -Dije sin pensar.

-Perdón, Bar. Yo no sabía que te gustaba.

-¿Qué?.

-Pensé que era por.. -Se calló y agachó la cabeza.

-¿Por qué?.

-Por nada, olvidalo.

-No, decime. Creo que te estás confundiendo.

-Lo único que te voy a decir es que yo no sabía que ese chico te gustaba y yo se que no es excusa pero estaba borracha, si lo hubiese sabido creeme que ni siquiera lo iba a mirar.

-No entendiste.

-Está bien, Bar. Si entendí. -Se acercó a mi y me abrazó. -Perdón.

Quizá iba a ser mejor que Micaela pensara que ese chico me gustaba, así iba a estar segura de no arruinar nada entre nosotras, aunque por dentro esto me dolía prefería mil veces un golpe a sentir esta angustia que tenía en mi pecho.
Estuvimos abrazadas por un largo rato, no recuerdo cuanto, hasta que sentí un sollozo de Micaela.

-¿Estás bien?. -Pregunté separandola de mi. Tenía lágrimas en sus mejillas.

-Si, me duele un poco la cabeza. -Ocultó su rostro.

-Veni.

Agarré su mano y la lleve a mi cuarto, le di un pijama para que pudiera ponerse cómoda, la deje sola para que se cambie y me dirigí nuevamente a la cocina a buscar un vaso de agua y una pastilla.

-Gracias. -Dijo entregandome el vaso.

-¿Querés ver una peli o preferís descansar?.

-Una peli, pero si vos la ves conmigo. -Palmeó a un lado de la cama para que yo me acueste junto a ella.

-Será un placer. -Dije divertida y ella rió.

Me acosté junto a Micaela, ella se aferró a mi por mi cintura y colocó su cabeza en mi pecho. Empecé a hacerle caricias en la cabeza, sentí como todo su cuerpo poco a poco se relajaba, después de unos minutos pensé que se había dormido, pero agarró mi mano y la entrelazó con la de ella, levantó la cabeza para mirarme, estaba sonriendo.
Me recordó a la madrugada en el cuarto del departamento de Alejo, pero ésta vez no había alcohol.
Se acercó a mi y mi cuerpo inconscientemente empezó a temblar, ella sonrió, me dio un beso en la mejilla y se posicionó como estaba antes.
Quizá iba a ser la única manera de poder estar con Micaela, queriendola en secreto, no es que no la quisiera, pero queriendola de una forma especial, disfrutarla cada momento que pudiera aunque por dentro estuviera quemando de dolor.

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HOLAAA he aquí el nuevo capítulo, espero que les guste, haganmelo saber en los comentarios y votos AHHH VISTE ;)

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