Teen Wolf Spanking

Scott se va, Derek se queda a cargo

Se cruzó de brazos, abrió los ojos de par en par, y gritó, sintiéndose totalmente atacado por su -no alfa. Alfa-, -. ¡¡Pero no es justo!! ¡¡Ni siquiera eres mi alfa, Derek!! Hablaré con Scott, él, él-. ¡Oh cállate!-.

Se había quedado corto de palabras, pero, ¡vamos! Como dijo, Derek no era su alfa. Se arrepintió cuando vio la pinta de el pelinegro en frente suyo. Su ceño se irritó y sus ojos se oscurecieron. De un movimiento libre tomó al beta por los hombros y le dio una tremenda sacudida que pudo haber revuelto su cerebro.

-Cuida tu tono conmigo, Liam. Beta idiota, no me interesa ser o no ser tu jodido alfa. A mí, ¡NUNCA! VUELVAS A HABLARME DE TAL MANERA, ¡¿ENTENDISTE?!-.

El tono de Derek era ridículamente intimidante cuando estaba hablando, ¿hacía falta gritar?

Otra sacudida lo hizo reaccionar y a pesar de que quería reventarle la cara con las garras, asintió. Tragándose su orgullo, y a regañadientes. Le enojó con razón que el alfa minutos antes se haya referido a Scott como un desechable. Está bien, no era el más listo de todos, pero lo había ayudado mucho con sus problemas de ira y a mejorar la relación con su padrastro. Y claro, también lo salvó de cientos de casi muertes, así qué, ¿qué mierda le daba el derecho de ser tan idiota con él?

Se mordió la lengua para no soltar un insulto, Scott también lo ayudó en eso. Aunque claro, había cierto camino que seguir aún.

-Palabras Liam, palabras-. La voz del moreno lo distrajo, sonando enojada pero en un tono más bajo.
Vaya, el tipo salió bipolar también.

-Sí, ya. ¿Puedes quitarte? Tengo mejores cosas que hacer-, el tono picante y burlón del rubio hizo hervir la sangre del más alto. Sí fuera su beta…

-No, no puedo. Scott se fue y me dejó encargado a un beta que no deja de meterse en problemas-, dijo con molestia, mientras enterraba los dedos en el antebrazo del menor-, y para completarla me enteró de que el niñito dejó la escuela. Dime, ¿a Scott le gustaría esto? ¿Eh? No, no lo  haría. Limpia tu desastre, ahora. Descuidaste la casa de tu alfa, y no va a ser Melissa la que limpié.

La finalidad hizo hincapié al final, haciendo que el rostro del menor se coloree en un rojo profundo.

-Y no creas que saldrás ileso. Mis cachorros obtienen castigos. Y la esquina no va a ser el peor. No puedo creer que hayas armado tanto alboroto  por limpiar. Anda, mierda.

Cualquier rastro de valentia abandonó su cuerpo al escuchar la palabra "castigo". Mierda, él había visto a Isaac caminar raro y hacer muecas en la escuela, no era un idiota.

-Sí-, de todos modos, es un adolescentes, sin moral para el alfa que tenía enfrente. Además ni siquiera era tan chico, haciendo cálculos sólo eran unos nueve años de diferencia.

    

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Liam:

No supo cuado había dejado el lugar tan sucio. Después de que Scott se haya ido a la universidad,  abandonándolo, se la pasaba más en esa casa que en la suya. Tuvo muchas discuciones con su madre, y Melissa no tuvo problemas en dejar que se quede. Siempre y cuando fuera responsable.

Que responsable.

Estaba seguro de que Mason lo comentó a Derek lo que había pasado,y por eso el alga decidió darle una visita. Él le tenía cierto respeto al alfa, aunque no lo aguantará la mayor parte del tiempo.

Levantó la última caja de pizza del suelo, ya sin ganas, y la partió en pedazos, tirándola al tacho de la basura. Se quedo quieto y jugando con sus labios. Derek lo había hecho sentir mal, siendo tan directo y malo.

No entendía como Isaac lo aguantaba.

-¿Terminaste ya?.
-Mmm, sí, ya, ya terminé. ¿Puedo...? ¿Puedo irme ahora, Derek?-. Soltó el nombre vacilante, pensando en que "señor" hubiera estado mejor.

-No. Te dije que iba haber un castigo, Liam. No bromeo con eso-.

"No bromeas con nada", pensó con sarcasmo, luchando por no decirlo.

Sus hombros chocaron contra el alfa, y levantó la cabeza por primera vez desde que empezó a limpiar. Su vista se obstaculizó por una pared. Mejor dicho, una esquina.

Espera. ¿Era verdad? ¿Una esquina? ¡No era un jodido niño!

-¡Oye, no, no, estás equivocado, no piendo quedarme aquí como un idiota!-, grito, haciendo sus manos un puño, rastrillando los dientes, rojo de rabia y vergüenza. Encontró la mirada neutra del alfa, y aún sin poder salir del agarre, cinco palmadas fueron dirigidas a su trasero.

El dolor hizo que sus ojos se empañaran, y el picor le dio la sensació  de haberse quemado con agua ardiente.

-¡Auuuuu! No, no, ¡¿qué haces?! ¡Derek!-, se quejo, moviéndose en todas direcciones, detenido aún por el moreno.

-Ahora, basta. Mirando a la pared, anda. Veinte minutos, nada más-, dijo ignorando los gimoteos del menor, dándolo vuelta.

Quería gritar y patalear, pero en verdad la habían dolido, ¡y sólo fueron cinco! Decidió, por única vez, obedecer y quedarse quieto, llorando en silencio.

"Como se nota que nunca lo castigaron", pensó Derek, cruzado de brazos sin despegar la vista de la espalda del muchacho.

Parecían haber pasado horas hasta que el pelinegro lo dejó salir, mirándolo con advertencia-.

-Más vale que esto no vuelva a pasar, Liam. La próxima vez vendrás conmigo a casa-. Advirtió, limpiando con los pulgares las lágrimas secas del menor.

-Está bien-, murmuró, ladeando la cabeza, sumiso-. Lo siento, no debí... No debí haber sido tan egoísta, lo siento-. Prosiguió, mordiéndose el labio inferior, aguantando el llanto.

-Bueno amigo, está bien. No quiero tener que volver a hacer esto. La esquina no es tan linda, ¿eh?-, sonrió burlón, tirando de Liam con un abrazo-. Vamos a comer en casa, Erica preparó algo, anda-. Lo separo un poco, para colocar la mano en su espalda, reconfortándolo-. Está todo perdonado-.
 

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