50 Sombras Laliter (2º Parte) - Terminada

12

Nos quedamos en la cama abrazados un buen rato. Él me sonreía, al igual que la primera vez que lo hicimos. Ambos amamos estar juntos. Era algo con lo que realmente nos sentimos bien.

— Mi amor... — lo llamo acariciándole la mejilla.

— ¿Si?

— ¿Me podés contar ya la historia de tu sobri? — pregunto.

— Sí. Pero ya sabés, que de esto, ni una sola palabra a mis padres.

— Ni una sola palabra — le digo sonriendo.

— Bien. Hace ya 4 años, Bautista y Daniela estuvieron en una fiesta juntos. Daniela... estaba completamente drogada, y Bautista muy borracho. Eso sí, estaban de novios. La cosa fue, que se acostaron juntos, sin tomar ningún tipo de precaución, y Dani se quedó embarazada. Anteriormente ya lo había hecho alguna vez, según me había contado Bautista — lo miro, atenta —. A Dani la echaron los papás de casa, se fue a una residencia de madres solteras, y cuando nació Franco... — Franco, Franco Lanzani, lindo nombre —, no podía, por eso, lo abandonó en el orfanato de la fundación de mis papás. Le van a visitar de vez en cuando, pero nunca han dicho que el nene es suyo, tan solo que se lo encontraron abandonado en un cubo de basura y lo llevaron allá para que el nene tuviera una seguridad.

— Es muy triste... — suspiro —. Muy muy triste. ¿Vos no te quisiste hacer cargo?

— No La, yo no tenía tiempo, por aquel entonces estaba con Aliados, y con Martina de por medio, mucho no podía hacer.

— Una pregunta —digo. Me carcome la curiosidad sobre este tema desde hace muchos años. Y por fin ha llegado mi oportunidad, tengo que preguntarle sobre ello.

— ¿Qué cosa?

— ¿Con Martina pensaste alguna vez en tener hijos?

Peter ríe:

— ¿A qué viene esa pregunta pequeña?

— Es por curiosidad. Siempre me hice esa pregunta.

— Y... alguna vez lo pensé. Pero me dije: seguro que los que tenga con Lali van a ser mucho más lindos.

Río:

— Siempre quise tener dos hijos. Un nene, el mayor, y una nena, la chiquita. El nene Tomás y la nena Agustina o Malena, ¿qué te parecen?

— Los nombres son lindos. Pero yo prefiero dos nenes — está tan tierno hablando de nuestros hijos —, así los enseño a jugar al rugby. Siempre quise que uno de nuestros hijos se llamara Thiago.

— Sí, Thiago y Marianella, ¿no? — le pregunto muerta de risa —. Siendo hermanos queda muy raro.

— Sh, calla — me dice riendo y acariciándome los labios con el dedo índice —. Si ahora mismo tenemos tanta fama fue por Mar y Thiago. La petisa y el pelado...

— Es imposible negar que éramos los mejores de la serie — le doy un besito en el dedo índice que toca mis labios mal pintados.

— Tenés razón. Pero ya sabés, que yo no quiero hijos hasta que no nos casemos.

— ¿Es verdad que es por tradición? — le pregunto riendo.

— Y sí, a mi mamá la gustaría así. Y además, creo que el matrimonio da una estabilidad que no tienen el resto de las parejas... ¿Vos querés casarte La?

— Con vos sí —me voy acostando encima de él poco a poco —, dónde y cuándo sea.

Él me da un pico y de repente mi iPhone empieza a sonar dentro de la cartera, la cuál está encima de la silla de la esquina.

— Mierda... — digo levántandome de encima de Peter y caminando desnuda hacia la silla.

— Siempre nos joden los mejores momentos.

Al agarrar mi celular veo que pone que el que llama es un número desconocido. Cómo tengo asuntos pendientes con un par de teatros, decido atender la llamada, pues tal vez, sea alguno de los dueños.

— ¿Si?

— ¿Lali? — distingo perfectamente la voz de Santiago al otro lado de la línea. Miro a Peter, quién me observa fijamente.

— ¿Qué querés? ¿Qué pasa?

— Tenemos que hablar.

— Lo nuestro termino hace meses. Déjame en paz.

— Espera, solo quería hablar bien. Conozco a alguien que quiere promocionarte en París...

París. Yo, en Francia. Comenzar a cantar en Francia. Siempre me gusto Francia, es un hermoso país, y París es re linda. Pensé por unos momentos. Lo miro a Peter, quién está callado. Obviamente, él me dejaría cantar en París, y me acompañaría en el viaje. No sería una mala oferta:

— ¿Cuando querés hablar de ello? — le pregunto.

— Mañana a la noche, en mi casa, también estara el productor. ¿Podés?

— Sí. ¿Me puede acompañar alguien?

— ¿Quién? — me pregunta seco, y también algo decepcionado.

— Peter.

— ¿Han vuelto?

— Sí, pero esta vez no digas nada, porque sino sacaré trapos sucios tuyos, para que toda la prensa hable de vos. Y se que no te gusta nada que te den bola los de la Televisión, las revistas y la Radio — lo amenazo.

— De acuerdo — acepta en tono cortante —. Vengan mañana a las 8 a mi casa.

— Okey — corto la llamada y lo miro a Peter. Él me mira, se levanta de la cama, aún desnudo , camina hacia mí y me abraza:

— Era Santiago, ¿verdad?

Asiento con la cabeza.

— Espero que ese imbécil no te haya molestado.

— No, simplemente quería decirme que conoce a un productor que quiere promocionarme en Francia.

— ¿Estás segura de que es cierto?

— Sí. Además nos invito mañana a la noche a cenar a su casa, a los dos. Vamos a cenar y hablar con el productor.

— De acuerdo. Pero a la mínima cosa rara que veas o que vea, nos vamos de allí. No quiero que nadie te lastime chiquitita — me dice dándome un beso en la cabeza.

————————

Narrador:

— Listo.

— ¿Va mañana?

— Sí Aruzzi, mañana vienen los dos.

— Tenés que ir lento. Peter es muy listo, no quiero que sospeche.

— Sí, tranquila. No va a sospechar sobre nada.

— ¿Pensaste el plan final?

— Sí. Tranquila. Con Tini estamos en ello. Tratara de asustar a Lali y de seducir a Lanzani. Yo lo intentaré con Lali.

— No te arrastres, te lo ordeno. Esa mal nacida tiene que verte como un auténtico hombre. Que bien hubiera hecho Mariano en pegarla una paliza fuerte y haberla mandado al otro lado — comento Jorgelina, refiriéndose a la muerte.

— Sí, sencillamente debería haberlo hecho. Tal vez también pueda ayudar con el plan, ¿no te parece?

— Somos demasiados... pero no obstante, Mariano tiene los testículos bien puestos. Si Lali no te obedece, le enviaremos a Mariano.

— ¿Y Eugenia?

— Mmm... Eugenia es una buena compañera. Podríamos negociarlo con ella... — dice Jorgelina, soltando una risita.

— Sí, me parece bien.