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Aquella noche Peter y yo tan solo dormimos juntos. Y bueno, en realidad estuvimos juntos en casa hasta la noche del viernes. El miércoles los tres fuimos a comer a lo de Ana, y mis padres se pusieron muy felices al saber que habíamos vuelto. También Ana y Pato parecían muy felices. Incluso Candela, quién me llamó el jueves por la mañana, pareció feliz al decirle que ya me había contado todo, que ya no había más secretos entre nosotros, y que a partir de aquel día ambos íbamos a ser la pareja perfecta juntos.

Y llegó el viernes, aquea viernes en el que Peter me había dicho que íbamos a tener una cena en una finca que sus padres tenían a las afueras de Buenos Aires. Yo al principio, a decir verdad, me puse bastante nerviosa, sería una gran exclusiva la de: "Lali Espósito y Peter Lanzani, vuelven y se les ve en un acto benéfico juntos", y de momento quiero que todo permanezca en secreto. No quiso que nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE, me estropee lo que tengo con Peter.

Mientras que me pruebo el vestido azul claro de seda largo, con la espalda al aire y las piedrecitas brillantes en el cierre por la cintura, miro a Peter, quién se está colocando el pelo, al igual que lo hacía siempre y se está afeitando la barba, para quedar como: mi pela.

— Pitt...

— ¿Si?

— ¿En qué consiste el acto benéfico? — pregunto mientras me subo a los altos tacos.

— A favor de los niños huérfanos, ¿por?

— ¿Tus papás dirigen esa fundación?

— Mis papás y otras 6 personas más — me dice Peter mirándome —. ¡Dios mío La! ¡Estás realmente hermosa!

— Gracias mi amor, pero, ¿desde cuando dirigen esa fundación?

— Poco después de adoptarme a mí la crearon junto con otros socios. Ayudan a niños con pocos recursos, o cuyas madres no tienen plata, y por eso el Estado le quita la tutela a sus mamás. La verdad que es algo muy lindo, incluso han creado residencias para ellos, para que así tengan una vivienda digna. Algún día podemos ir a visitar a algunos de los niños, si vos querés obvio.

— Sí quiero — digo sonriendo —. Me encantaría poder conocer a esos niños, deben de ser muy tiernos.

— Lo son, conozco a la gran mayoría y son una ternurita.

Me siento en la cama mientas el sale del baño y se acerca a mí:

— Sos muy diosa.

— Y vos muy hermoso — le doy un beso en la frente.

— Se me acaba de ocurrir un juego para que no te separes de mí en toda la noche.

— ¿Qué juego? — pregunto sonriendo provocativa.

— Primero me tenés que decir si querés jugar o si no.

Pienso por un momento. Sé que es un juego malvado suyo, pero tengo mucho interés por saber de lo que se trata, así que acepto el juego sin más:

— Sí quiero jugar.

— Está bien, acuéstese en la cama señorita Espósito.

Me voy echando en la cama de a poco y él se queda arrodillado a mis pies. Con sus dedos, suaves, empieza a a recorrerme las piernas, provocándome muchas sensaciones, sensaciones que hacía mucho que no vivía, y que deseo fervientemente volver a vivir. Comienzo a removerme en la cama, intentando que no se me escape ningún gemido placentero:

— La... tenés que quedarte quieta, te lo digo siempre — me dice sonriendo, pero serio.

Sigue subiendo sus dedos, llegando ya a la altura de mis rodillas. Levanta las telas del vestido, colocándolas encima de mi abdomen, y sigue subiendo los dedos hasta llegar a mis bragas. Ahí, comprendo sus intenciones, debí decirle que no al juego.

— Peter... — lo aviso.

— Ya no hay marcha atrás — dice tirando suavemente de mis bragas para abajo. Después, comienza a deslizarlas delicadamente por mis piernas. Me incorporo un poco para ver que esta haciendo, y veo que las saca de mis piernas sin rozarlas con los tacos y se las mete en el bolsillo del traje.

— ¡Peter!

— Así vas a tener que estar sin separarte de mí durante toda la noche Espósito.

Pongo cara de enojo, aunque en realidad me encanta su juego. Es toda una aventura para mí lo de estar sin bragas.

— Sos un zarpado — comento.

— Te encanta que lo sea. Péinate un poco y le diré a Roger que nos lleve a la finca. Dale señora de Lanzani.

Umm... me encanta eso.

— ¿Me recojo el pelo o me lo dejo suelto?

— Vas a estar linda igual — me dice agarrando la cartera.

— Emm... ¿Suelto?

— Suelto está perfecto.

Sonrío, y sin cerrar la puerta del baño del todo, desenredo un poco los bucles con mis dedos. Me cepillo un poco el flequillo y me pongo de vuelta un poco más de labial rojo. "Perfecta Lali" me dice mi subconsciente.

Salgo del baño y agarro la cartera de fiesta de color plateado (al igual que los tacos) dónde llevo mi celular, y también meto el labial rojo, por sí mi boca necesita algún otro retoque. Porque siempre que estoy con Peter necesita algún otro retoque.

— Vas a deslumbrar en la fiesta mi vida — dice Peter observándome desde el pasillo.

— Gracias, aunque solo soy tuya.

— Eso no hace falta que lo digas, ya lo sé — me dice riendo —. ¿Aviso a Roger ya?

— Sí.

Peter llama a Roger y tras unos segundos vuelve a mirarme.

— Estoy incómoda sin bragas.

— Lo sé, pero no te preocupes, cuando volvamos a casa las recuperaras.

— Ya me imagino lo que vamos a hacer en la fiesta esta noche.

— ¿Qué cosa? — me pregunta serio, aunque se que se está muriendo de risa por dentro.

— Me vas a follar.

— Puede, espero que alguna de las viejas habitaciones del ático esté lo suficientemente limpia para que nos podamos dar amor allí arriba.

— ¿Hace cuanto no vas a ese lugar?

— Pues, como desde hace 16 años. Mis padres hicieron una reunión allí hace 8 años, pero yo estaba de joda con mis amigos la última vez y no pude ir.

— ¿Qué amigos?

— Una petisa que era un poco insoportable, una rubia que ha hecho que hayamos vuelto, un chico que ahora está casi en el anonimato y un teñido.

— ¡Qué sepas que yo no soy insoportable! —exclamo suspirando.

— Antes lo eras, y también muy celosa.

— Pero he cambiado — digo haciendo puchero.

— Celosa sos — ríe.

— Y vos sos zarpado — me acerco a él y le robo un pico.

— Te amo chiquitita.

— Yo te amo... — dudo por unos instantes —, peladito.

Él suelta una carcajada y empieza a besarme, así hasta que entra Roger y nos tenemos que ir a la fiesta.

50 Sombras Laliter (2º Parte) - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora