Now is better

Capítulo 4.

Caminé hacía Emily y Tobias, quienes estaban discutiendo sobre el proyecto que les tocaría hacer juntos por la clase de Matemáticas. Les avisé que nos encontráramos después de clases en Starbucks porque necesitaba hablar urgentemente con ellos.

—Estarán allí ¿sí o no?

—Ya te he dicho que yo voy a empezar con los primeros ejercicios... —discutía Tobias con Emily—.

—¿Acaso me crees burra o qué? —Frunció el entrecejo — ¿pensaste que no me daría cuenta de que esos ejercicios son los más fáciles y a mi tocaría hacer los más difíciles? pues fíjate que NO.

—No estoy diciendo que seas burra. Muy bien sabes que... —se acercó a su oído —que no soy bueno en matemática.

—Pero eso no significa qué todo lo deba hacer yo...

—¡YA CALLENSE! —dije frustrada — ¿estarán en Starbucks después de clases?

—Está bien —dijeron ambos al tiempo —.

—Gracias.

***

Me senté junto con Sam a mi lado, ya que no tenía con quién dejarla, decidí traerla conmigo. Tomé una orden de un capuccinno bien helado -aun que ya hiciera mucho frío- y un postre de chocolate para Sam.

—Ali, ¿Pol qué Tobi y Emi se demolan mucho?

—No lo se, Sam. Se les habrá presentado algo en el camino —terminada mi frase, apareció Emily por la puerta de cristal haciendo sonar la campanita que anunciaba la llegada de los clientes—.

—Hola —dijo Emily esbozando una sonrisa —.

—Creí que ya no venias.

—Tube un inconveniente en el camino. Gomi dio a luz, Ugh.—Se escusó— ¿Y Tobias?

—Eso te iba a preguntar.

— ¿Ya lo llamaste?

—No, aun no.

—Okay, espera, yo le llamaré —sacó su teléfono de su chaqueta blanca  y luego marcó el número de nuestro amigo — Tobi, ¿no vendrás? Te estamos esperando Sam, Ali, y yo en Starbucks... ¿huh?... ¿Por qué? ... Está bien, no te tardes —y colgó —.

—¿Qué te dijo? —pregunté exasasperada —.

—Dijo que se había dormido cuándo llegó de la escuela y lo desperté —rió levemente — no le entendí muy bien lo que dijo, pero estará aquí en cinco minutos.

—¿Tobi se calló de la cama cuándo lo despeltaste? —preguntó Sam riendo con ternura —.

Emily rió junto con ella y respindió: —Sí, Sammi, se calló y se golpeó el trasero.

—Estás mintiendo, Emi —dije conteniendo la risa —.

—En realidad, solo escuché un golpe en el fondo mientras él contestaba la llamada —siguió riendo — seguro que se pegó duro en las pompas.

En ese instante entró Tobias por la entrada con el cabello revuelto, quizá por el afán.

—Llegué —dijo jadeando y tomando aciento — ¿Qué era eso tan importante que tenías qué decirnos?

—Nunca les había hablado de esto, pero, antes de que   mamá muriera me pidió que estudiara en la Academia de Grandes Talentos Norte Americanos.

—¿Por qué? ¿acaso tienes un GRAN talento oculto? —preguntó Tobias divertido, Emi le dio un pisotón debajo de la mesa — ¡Ouch! ¿Qué te pasa?