3 de marzo.

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Tan grato era hablar contigo, que se me pasaban los días.

Por fin era viernes, dando entrada al fin de semana, agobiada de la rutina de la universidad, llena de parciales, de complicaciones, de problemas de salud, pero bueno, ¿se debe seguir adelante no?.

Tenía la certeza de verte en la iglesia, asistíamos a la misma, me encantaba verlo a lo lejos, era fantástico cuando nuestras miradas chocaban, y cómo mis mariposas brotaban dentro de mi, esa sensación de que solo los dos sabemos lo que hacemos en privado.

Éramos unos atrevidos, al mismo tiempo unos extraños o por lo menos personas que a penas se conocen, para toda la gente.

Pero bien sabíamos que había fuego en nuestras almas, que en la oscuridad, salen nuestros demonios, que se relacionan sacando el lado más morboso de ambos.

¿Hipócritas?, tal vez, pero nadie lo podía saber, será bastante chocante para ciertas personas.

Pidiendo a Gritos tú amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora