Cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo que pasaba se me hacían eternos. Sabia que la solución a mis problemas no era quedarme acostada en el sofá de mi casa, pero en cierto modo tenia que aprovechar la ausencia de mi madre que no vería hasta el lunes y a mi hermana que seguramente pase estos días con su novio. Un fin de semana tranquila en casa era lo que necesitaba.
-Que hambre.- Deje para mi misma.
Me encamine hacia la cocina y busque algo que desayunar. Al final opte por un zumo y unas cuantas galletas, nunca e sido de desayunar fuerte, lleve la bandeja al salón y volví a por un a servilleta. Deje de tararear una de las miles canciones que tengo en mi cabeza al escuchar alguien andar, 'sera el vecino' pensé. Al salir nuevamente hacia el salón, mira hacia abajo y vi pasar una carta por debajo de la puerta, la abrí pero ya era tarde solo vi una sombra alejarse rápidamente.
Eleanor Sunyer.
¿Buscas algo? ¿Realmente quieres saber quien soy? c/Las Fuentes. Nº 03 Si quieres respuestas allí a las 16:30
¿Quién? ¿Marco? Tenia que ser Marco pero.. ¿Qué?.
***
Estuve toda la mañana debatiéndome si ir o no, cabía la posibilidad de que no fuera Marco pero ya me encontraba en el ascensor y marcando el número de teléfono de Max.
Pii...Pii...Pii. No hubo respuesta. Salí del edificio y volví a llamar pero tampoco hubo respuesta. Pase por la tienda de antigüedades, pensé que si Marco estaba allí quizás no fuera el quien había pasado la carta por debajo de la puerta.
-¡Hola Andrea!.- Dije entrando en la tienda.
-Hola.- Dijo levantando la vista de su portátil.
-¿Esta Marco?.- Pregunte mirando a ambos lados.
-No, a quedado con, con un amigo.- Dijo indecisa.
-Bueno pues, adiós.- Salí de la tienda sin dejar que respondiera.
Me dirigía lo más rápido posible al lugar pero antes de llegar me fije bien quien estaba allí, y efectivamente era Marco. Pare en donde el no podía verme y respire hondo, decidida a seguir adelante me sonó el teléfono. Max. Lo cogí antes de que la musica pudiera llamar la atención de Marco.
-¿Sí?.- Dije nerviosa.
-¿Me has llamado antes?.- Dijo una voz ronca al otro lado del teléfono.
-Si, le llame por.. por Marco.
-¿Qué Marco? ¿Sunyer?.
Colgué inmediatamente y mi cara en ese momento debía parecer un cuadro. Guarde el teléfono y sin pensarlo dos veces ande hasta Marco.
-¡Eli!.- Dijo dándome dos besos.
-Hola.- Los nervios se apoderaban de mi.- Marco.. tu eres, eres el niño de las fotos. ¿Eres?.
-Veo que has hablado con Max.- Dijo esbozando una pequeña sonrisa.
-Si, pero..-
-Eli,.- Cogió mi mano.- Si, soy tu hermano, tuyo y de Adriana.- Respiro hondo y siguió hablado.- Yo, quería conoceros, saber como erais.
-Pero, si eres nuestro hermano ¿Por qué no has vivido con nosotros? ¿Sabes lo de papa y mama? ¿Como nos encontraste?.- Preguntas y más preguntas llegaban a mi cabeza.