A la siguiente mañana me encontraba dormida en una de las multiples habitaciones de la mansión Phantomhive. Unas sedosas sábanas aparentemente, muy costosas me daban calidez y, una leve seguridad. Cuando quise darme cuenta tenía una respiración anónima al lado de mi oreja. Alcé la mirada y vi unos colmillos al frente, unos afilados y resplandecientes colmillos.
Yo: ¡WAAAAAAA!
Sebastian al oírme gritar, que, hubiera sido difícil no hacerlo y cruzó la puerta relajado. Portaba una bandeja de plata cuadrada con una taza, con un diseño muy elegante, un plato con unas tostadas dorada a la perfección, acompañando a una ensalada y unos cubiertos de plata.
Sebastian: ¿Sucede algo señorita Elizabeth?
¿?: ¡Wuau!
Cuando el supuesto "intruso" se volteo velozmente hacia el mayordomo pide examinarlo más detenidamente. Un joven que tendría alrededor de 21-22 años. Con un pelo ligeramente despeinado y con una tonalidad grisácea que le llegaba por los hombros. Pero poco tardé en desviar la mirada, ya que se encontraba sin ropa alguna. Escondí mi rostro tras mi manos y solo llegue a sentir a aquel joven se bajaba de la cama.
Sebastian: Pluto, no asustes a los invitados, es de mala educación.
Pluto: ¡Wuau wuau!
Después de unos pocos segundos me di cuenta de quien era aquel joven misterioso. Era la "mascota" de la mansión Phantomhive. Y sí, digo mascota porque era un hombre-lobo. O más bien un perro demoníaco que podía transformarse en humano. Por lo que yo había visto de la serie era bastante afable e hiperactivo, y muy cariñoso con el mayordomo.
Yo: No importa, no fue su culpa, es que yo soy muy asustadiza.
Sebastian: Como diga, le dejo el desayuno y ahora mismo llamo a la criada. Yo tengo que despertar al señorito.
Después de ese aviso cogió a la mascota en brazos como si de una pluma se tratase y se alejó poco a poco. Me levanté de aquella majestuosa cama y tomé la bandeja, que desprendía un olor increíble y comencé a desayunar. Seguidamente la criada vino con una respiración acelerada, dando a entender que había llegado corriendo.
Meirin: ¡D-disculpe la tardanza!
Yo: Tranquila no es nada. Y por favor no me trates de usted, es raro.
Meirin: Como digas. Bueno, ¿nos vestimos ya?
Yo: ¡Si si si!
Esta vez, mi atuendo era un vestido de princesa naranja y amarillo con unos leves tacones naranjas. Cuando se dispuso a peinarme me acordé de aquella criada era conocida en al casa por su torpeza, y le dije que yo podía hacerlo sola. Empecé a hacerme una trenza de espiga que a mi parecer me quedó bastante bien. Baje las escaleras y me volví a encontrar a el cabeza de la familia. Estaba sentado en una silla a primera vista muy cómoda tomando un té.
Yo: Buenos días.
Ciel: ¿Y esos pelos que llevas?
Yo: Bah tranquilo, tu no saludes.
Ciel: Ts, yo no saludo a la plebe.
Yo: Hay tienes razón, no sé nada de modales ¿me enseñas?
Ciel: No. ¡Sebastian!
Sebastian: ¿Si señor?
Ciel: Enseñale modales, y arregla le esos pelos.
Sebastian: Como usted ordene. Señorita por aquí.
Seguí a Sebatian hasta llegar a la cocina donde nos encontramos con Baldroy, el cocinero de la casa. Era un hombre alto de cabello rubio alborotado, ojos azules claro y piel levemente bronceada. Rasgos derivados de su origen americano. Su contextura era robusta y su barba escasa.
Baldroy: Hola Sebastian ¿esta es la chica nueva de la que me has hablado?
Sebastian: Sí, al parecer no tiene muchos modales, y al señorito no le gusta.
Baldroy: Bueno, ya somos dos. ¿Y como te llamas?
Yo: Elizabeth, encantada.
Sebastian: Lleva a la señorita a el jardín mientras yo preparo una cosa.
Baldroy: Dicho y echo.
Al llegar al jardín me quede estupefacta. Eran parecidos a Palacio Real de la Granja de san Ildefonso, que hay en Madrid. Unos grandes jardines con setos cortados a la perfección y hierba de un tono verde que parecía estar muy bien cuidados.
Baldroy: ¿Te gustan?
Yo: Molan un pepazo.
Baldroy: Los cuida un amigo, Finni.
Yo: Tiene pinta de ser majo.
Baldroy: Vamos a buscarlo, seguramente estará con Pluto.
Yo: Oki
Caminamos hacia una explanada de hierba donde estaba Finni jugando con Pluto. Finnian tenía grandes ojos verdes y cabello rubio sujeto con cinco pasadores rojos . Ya que es el jardinero llevaba la ropa adecuada para la tarea, portaba pantalones cortos marrones con cuadros, una playera color beige, característicos guantes de jardinero y un sombrero de paja que le regaló Ciel Phantomhive, y que usaba hacia atrás para ocultar un número de serie (S-102ba
Baldroy: ¡Finni, tienes compañía!
Finni: ¡Hola chicos!
Nos acercamos a ellos y, gracias al cielo Pluto llevaba ropa. Finni hasta donde yo entendía era bastante gracioso, amable e infantil. La verdad, tenía cara de buena persona.
Baldroy: Te dejo a la señorita aquí, yo voy a ver que hace Sebastian.
Finni: ¡Si señor!
Yo: Encantada, soy Elizabeth
Finni: Entonces eres Eli.
Yo: Jajaja, el primero que me pone apodo.
Finni: ¿Te gusta la casa del amo?
Yo: Mola mucho, pero el amo no tanto.
Finni: Es muy arisco, pero es buena persona. A mi me dio casa.
Yo: Bueno, en eso tienes razón.
Pluto: ¡Wuau wuau!
Yo: Holi Pluto.
Finni: ¿Lo conoces?
Yo: Si, nos conocimos esta mañana.
Finni: Siento ser cotilla pero ¿Como has llegado aquí?
Yo: No se hijo mio, para que te hagas una idea, yo soy española.
Finni: ¡¿Española?! Pues hablas muy bien Inglés.
Yo: Ya, mi padre es inglés. {Que mentira más gorda}
Finni: Ah, eso tiene más sentido.
Yo: Una cosa, Ciel me da un poco de miedo.
Finni: Jejeje, el amo a veces da miedo. Aunque también es mono, ¿a que sí?
Yo: N-no es nada del otro mundo...
Finni: Jajajaja.
Yo: Aunque sabes, voy a intentar que me coja cariño.
Finni: Entonces te doy suerte, el amo es como una piedra.
Yo: Jejeje, gracias la voy a necesitar.
En realidad la gente de esa casa no es mala, o no tanto como se supone que la gente cree. Es verdad que Ciel es de piedra, pero tampoco son tan malos ¿no?
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La línea de la muerte
FanfictionUna joven llamada Elizabeht es una aficionada al manga y anime sufre un accidente y se despierta en en un lugar extraño. Poco a poco se da cuenta que se encuentra en el primer anime que ella vió. Pero, solo durará 5 días en un mismo universo antes d...