🌼Chapter 1🌼

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-¡Mata a cada persona que veas en este sitio! ¡ES UNA ORDEN SEBASTIAN! -

-Yes, my lord - me arrodillé y sonreí de manera cínica, era mi orden favorita, ¡claro que sí! -

-Claude, mata a quien se cruce en tu camino, a cada humano asqueroso y repugnante, es una orden -

Y aquel ser inservible se arrodilló de igual manera.

-Yes, your highness -

⏪⏪⏪♥️⏺️♥️⏩⏩⏩

-La encontré, ven aquí pequeña - pero no contestó, sentía un olor extraño, olor a demonio, sí, seguro debía de ser el Señor Claude - vamos nena, ven conmigo, nadie va a hacerle daño ni a usted ni a nadie - la habitación era grande, incluso mucho más grande que la habitación del Señorito, solo me faltaba una chiquilla.

La habitación, color rosa pastel, con flores de decoración en una de las esquinas. Era bastante relajante ver como las cortinas violetas eran puestas cubriendo la noche, demostrando una habitación más que fría, de no ser por una vela que duraría muy poco. Ya sabía como terminar con la casa.

Una familia grande, el Señor Claude se encargaba de los hombres, como el Señor Clarke, y sus dos hijos, yo, me encargaba de la Señora Barrett y de sus dos hijas, cuatro hijos, todos de diferentes edades.

Al mismo tiempo que, debíamos matar a cada guardia y/o criada.

Pero ahora mismo, no encontraba a la pequeña Lauren de 10 años.

La menor de los Barrett.

Miré debajo de la cama, nada.

Detrás de las cortinas, en la cornisa.

Un sonido me distrajo, el reloj marcaba las 3 de la noche.

Escuché un ruido en el closet. Reí, la había encontrado.

Abrí la puerta lentamente, pero lo que vi, no me causó ninguna gracia.

-No puedo creerlo - retrocedi un paso y cerré la puerta lo más rápido que pude, ella se quedó mirándome, parecía enojada y estaba llorando -

-¡Vete de aquí! ¡Te odio Sebastian! ¡No puedes hacerme nada, me oyes!-

¡Esperen!, para saber qué fue lo que ocurrió aquí exactamente, hay que ir un poco más atrás.

Todas ustedes, mis señoritas, verán cómo ocurrió esto.

Todas vuestras preguntas serán respondidas.

Comencemos por la raíz del asunto, esa hermosa semilla que se plantó, mostrando con grandeza lo que leerán ahora.

Yo estaba sirviendo un poco de té al Señorito.

Cuando él, recibió una carta de la Reina Victoria.

Sentado cómodamente en su cama blanca, con la luz iluminando la habitación sin necesidad de velas.

-Sebastian, esto estúpido - escupió de repente -

-Qué cosa, si puedo saber, claro - me tendió la carta, la tomé y la abrí- Querido Ciel Phantomhive, le escribo esta carta para agradecerle tanto esfuerzo al protegerme y al proteger a Londres, yo lo veo bien - comenté, me miró de reojo -

-Sigue insolente - suspiré -

-Como desee-

"Así que, como una misión más, necesito que haga lo que sea necesario para desmentir a una de las familias más influyentes de estos lares, es la familia Barrett, el Señor Clarke, Joseph Clarke, y su Esposa Silvia Barrett han estado robando de forma indispensable e imprescindible a las personas del puerto de Santa Maria, yo lo sé, y es algo que ha estado ocurriendo desde hace años, y por fin creo que he encontrado la pista de que ellos fueron, pero no podré probarlo así como así.
Primero, eso supone un problema ya que quitan dinero de la Corona de forma invisible.
Segundo, solo necesito que los eliminen, a todos, lamentablemente, no puedo probar que fueron ellos, pero sí puedo eliminarlos, y es su tarea.

También desearía que hagan esto de forma cuidadosa, culpando al Señor de la casa, haremos esto corpulosamente, sin dejar evidencia.

Dejo esta tarea a mi perro y a mi araña.

Sé que lo harán con éxito."


-Yo aún lo veo bien - musité -

-Sigue leyendo - dijo con fastidio -

-Niño malcriado - susurré -

"Posdata; Como un regalo, usted y mi araña serán invitados a mi mansión en día 4 de este mes. Hasta que yo vuelva este sábado, espero tener mis problemas solucionados. "

-Ya encontré su problema - sonreí - y el mío -

-Tú aguantarás conmigo, te guste o no -

-Me guste o no, mi señor -


Narra Ciel.

Ese día, Sebastian preparo todo para nuestra salida el día siguiente, donde nos iríamos hacia la mansión de la Reina para las 5 de la tarde.

Mientras tanto, yo enviaba una carta para Alois, para ese niño molesto.

Debía planear lo que haríamos lo antes posible y para eso, él debía de venir aquí, lo más temprano que pueda.

Y eso me costaría caro.



Mi Pequeña DiablillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora