🌼 Chapter 11🌼

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-Ven aquí, preciosa - Sebastian me cargó y besó mis labios fugazmente- ¿Cómo has estado? -lo abracé por el cuello -

-¡Vamos a jugar! - le miré con súplica - por favor, recuerda que estoy en mi segunda semana y me duele si no lo hago, y ahora que los tengo a ustedes...

-No no, está castigada - me miró de reojo mientras nos sentabamos en la cama de la habitación - yo he dicho, de dos a tres semanas y el Conde entre una y dos, no estoy de acuerdo, deberíamos darle de ser posible un mes - me apretó los muslos restregandome contra sí - pero ambos sabemos que es imposible ¿no lo cree? - suspiró - de igual manera, belleza - sonrió - la ayudaré un poco, pero no dejaré que culmine - me crucé de brazos -

-Ciel ya lo hizo conmigo anoche ¿por qué no tú? - un poco de leña a un fuego pequeñito no hará nada-

-¿qué? - sus ojos se pusieron rojos- Rose, más te vale que no mientas por que ya sabes cómo de sádicos son mis castigos - miré hacia abajo -

-Lo siento - me abrazó - sólo quiero jugar - fruncí mi ceño - te sigo odiando-

-Usted se fue -

-No me buscaste -

-La busqué, no mienta, pensé que los ángeles la tomaron y busqué un amo para...

-No hace falta que te escuses, yo sé que pasó - bufé - te odio - suspiró -

-¿mi pequeña quiere jugar?- asentí- de acuerdo, lo hablaré con el Conde - me dejó allí mientras se iba hacia la puerta - quieta Rosita, se lo advierto- asentí.

Al irse, comencé a saltar varias veces en la cama.

Quería reír, pero no podía, no quería que me escuchen.

Ciel entró al mismo tiempo que Sebastian, parecían enojados.

-¡Yo no fui! ¡Lo juro! - Suspiraron -

-Rosita, escucha, sé que te duele mucho, lo sé, Sebastian me atormentó con dos horas de clases sobre cómo funciona tu cuerpo - me eché para atrás acostandome- así que, decidimos...

-decidimos que, si soporta esta semana, jugaremos todos los días por la siguiente- sonreí -

-¡Trío! - levanté mis manos -

-¡No! No, claro que no - miré a Ciel- no - negó - definitivamente no- bufé - mañana te llevaré a un paseo por Londres, solos - miró a Sebastian - y te compraré lo que quieras - me crucé de brazos -

-Yo sólo quería un trío - suspiró, negó un buen rato y al final dijo... -

-No- inflé mis mejillas - Veremos - se fue cerrando la puerta.

-¡Sii! - Sebastian rió -

-¿ha visto sus mejillas? Eso fue lo mejor que he visto -

-¿jugarías conmigo y con Ciel?-

-Señorita, sinceramente, no podría hacerlo, soy muy celoso y si lo veo siquiera tocarla en sus partes delicadas, creo y me aseguro explotar-

-No es justo - hice un puchero -

Él se acercó, y besó mi cuello.

-Se ve tan tierna así, le prometo ser el primero en tomarla aquella semana- reí - bien ¿qué le parece jugar un poco? -

-pero no me dejarás... -

-No - lo pensé -

-mejor no, no me gusta eso - asintió-

-Venga, vamos a ver a mis gatos- reí -

Mi Pequeña DiablillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora