Un amor desorientado

Cap. 6 ¿Modelos?

 —Kiseop salió de viaje de negocios a Alemania

—¿Qué? —atónito.

—Como oyes, él lo eligió y ya tiene una hora que se fue. Declara te libre por el momento

—Ok

—Y sobre Sun Hee, es mejor que la dejes vivir en tu casa. Mira lo que te hizo ahora, te levanto el animo que nosotros hemos tardado en hacer. Además es tu mejor amiga, o ¿no? 

—Eso es cierto, no le diré nada. Tampoco me gustaba la idea pero iban a haber problemas

—Olvida lo problemas, yo le regalaría algo por lograr esto. Kevin vuelves a sonreír después de tanta discriminación

—Pero que le doy

—Algo que la haga iluminarse

—¿Una lámpara?

—¡No! —se burla—. Cosas que le gusten a las mujeres, no se flores, perfume, ropa

—Pediré un arreglo para ella y ya no te rías, me confundí

—Pero demasiado —seguía riéndose.

—Ay ya Dongho

—Bueno ya no te molesto pero fue gracioso. Bien yo le llamo a alguien para que lo mande, ¿quieres que diga algo especial?

—Mmm...Que tal, "Bienvenida, gracias por hacer feliz mi mañana". Eso suena bien, creo

—Mejor que una lampara si —Kevin le tiro una carpeta pero Dongho la esquivo—. Ya voy —salió riéndose.

¿Un lampara? Gran idea Kevin, si quieres que te la tire a ti. No pude evitar reírme también, que ando pensando. Comencé con mi trabajo, a la hora de comer tendría una cita, de nuevo. Creo que ya dejamos claro esto pero igual lo siguen en pie.

Sun Hee

—¡Amiga! —exclamo entusiasmada—. Te espere, que bueno que llegaste por fin

—Lo siento, creo que me perdí

—Ya mejor de tu terapia

—Claro, Sun Hee —roda los ojos—. Y ¿tu cuando llegaste?

—Ayer, demore por algunas cosas pero que bueno que te adelantas te debemos trabajar ya

—Sí

Siguieron caminando hasta la oficina de Hoon que ahora ocupaba Sun Hee.

—Buenos días, Lindy

—Buenos días, señorita Yeo

—No me diga así, diga me Sun Hee además no estaré mucho tiempo y quiero llevarme bien con los trabajadores

—Ok, Sun Hee

—Mira te presento a Charlotte Gray, ella trabaja conmigo en Sydney y hace tiempo visito Corea, también trabajara aquí

—Oh, mucho gusto, señorita Gray

—Solo, Charlotte —sonrió y miro el lindo arreglo—. Que bonitas flores

—Cierto, están hermosas, ¿te las envió tu novio Lindy?

—No, no son para mi

—¿Entonces? —pregunto confundida y Charlotte puso una cara picara.

—Para usted señorita Sun Hee

—¿Para mi? Si no conozco a nadie aquí además de mis amigos

—Lo envió el joven Kevin

—¿Kevin?

—Uy ahora salio un Kevin —se rió Charlotte y ella la codeo.