Cap. 10 ¿Hacemos burbujas?

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Ya hace días que me sacaron del hospital. Sun Hee siempre estaba cuidándome ahí y ahora más en la casa.

—¿No iras a trabajar?

—Le dije a Charlotte que se encargara, el papeleo lo haré aquí y se lo enviare

—Pero te necesitan a ti

—A ambos, por mientras tu descansa

—Ya descanse mucho, tengo que hacer algo productivo

—Kevin aun sigues lastimado, una herida como esa tiene que tener mucho tiempo de recuperación

—Pero...

—Nada, Woo Sung Hyun

—Aish, mínimo puedo ver qué haces y ayudarte un poco

—Mmm está bien. Tú ganas

—A ver —me asome, llevaban varias fotos ya, ella solo los estaba ordenando. También había unos diseños entre los papeles que tenía a la mano—. Son muy bonitos —dije tomando unos.

—Gracias

—Oye este no aparece con ninguna modelo —dije mostrando le un dibujo de un largo vestido rojo, cortado de un lado dejando que se viera una pierna y en la parte de arriba con un diseño de flores con mariposas de un lado.

—Deja eso —me lo quito molesta.

—¿Porque? Era estupendo, ¿no lo usaste en los demás vestidos?

—No, este es mío. Ya sabes, para la fiesta de la presentación de nueva ropa —decía mientras bajaba la mirada—. Ay no lo hubieras visto

—Perdón, soy muy curioso

—Sí, lo sé perfectamente

—Oye ya no me contaste todo lo que paso en ese bosque, ¿cómo es que desapareciste así sin gritar ni nada?

—Cuando todos hablaban encontré una bolsa, era de Eun. Seguí caminando un poco para ver el lugar, no había avanzado mucho pero me tomaron por detrás y me pusieron un trapo en la cara. Era cloroformo, típico. En fin luego cuando me encerraron ahí me encontré con Lindy, esa maldita me dijo que disfrutara de ese momento

—Nunca me pareció mala, esa joven

—A mi menos, confié en ella y mira. Aún tengo pesadillas de ello —era cierto, tenía unas grandes ojeras.

—¿Cuánto tiempo llevas sin dormir?

—Poco, no sé exactamente. Cuando vuelven entro aquí y me recuesto en el sillón

—¿Aquí? —¿cómo no la note antes?

—Perdón por molestar o entrometerme, este es tu cuarto pero es horrible. A veces siento como si ni siquiera hubieras aparecido y yo estaría pasando por no sé qué cosa

—Descuida, cuando me necesites solo entra sin tocar

—Gracias...-sonó una alarma de su celular—. Oh, te toca cambiarte las vendas

—Puedo hacerlo solo

—Aja, la otra vez te las pusiste muy flojas. Ven acá —dijo mientras tomaba unas gasas—. Levántate tu camisa —eso hice y comenzó envolviéndome con las gasas. La cicatriz ya casi no se me notaba, limpio un poco esto y siguió con su trabajo. Era algo incómodo, pero a su parecer ella no lo sentía—. Ya está listo —dijo cortando esta.

—Gracias, oye podemos salir de aquí. Siento que me estoy sofocando encerrado

—¿Puedes caminar?

Un amor desorientadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora