Travesia [Pasajeros #2]

30

Ninguno de los Pasajeros, ni Dylan, Selina o Liam, respondieron al comentario de James. Era obvio que no se trataba de una broma, ni mucho menos de alguna suposición temporal. No. James estaba diciendo la verdad, y eso complicaba todo.

—¡Eso está muy pasado! —soltó Max con emoción y miedo a la vez—. ¿Qué sigue?

—Si Ben quiere destruir la existencia misma, deberá recurrir a demasiadas cosas a la vez, que no le será posible lograrlo —dijo Dylan.

—¿Tú sabes algo acerca de ello? —le preguntó Miranda.

—Bill, hace tiempo, intentó hacer lo mismo. La diferencia era que Bill no quería destruir las dimensiones, sino la Isla en sí. Eso liberaría cada línea dimensional, y así liberaría a la existencia de las cadenas a las que el Triángulo los sometía.

—Qué banal —masculló Han.

—Ben está tramando algo en el mundo real, Dylan —le dijo James rápidamente, sin esperar a que alguien más lo interrumpiera—. Mencionó algo sobre una tal Pandora, y que...

—Pandora está muerta —dijo Liam—. Dylan la mató.

—Ben dijo que me asegurara de matar a la cucaracha tras el primer pisotón —respondió Dylan al comentario de su amigo.

¿Cómo es posible que Pandora estuviera viva? ¿Ben la había revivido? ¿Tan poderoso era ya? ¿Cómo iban a detenerlo?

—Dudo mucho que Pandora esté viva —dijo Selina—, o al menos su parte física. Su cuerpo yace en un lugar que es casi imposible de acudir. Ni siquiera Dylan podría...

—No podría acudir fácilmente —le interrumpió él—, sin embargo... creo que soy el único que podría entrar a la fosa donde descansa su cuerpo.

—El punto es que hay una mujer, matando al estilo de Pandora, en el mundo real. Los cuerpos de los hombres de la MI6 llenos de rasguños lo comprueban —advirtió James en voz alta—. Ben está planeando algo, tanto en este lugar, como en el mundo real.

Entonces fue cuando Dylan supo qué estaba pasando. Incluso el fuego de la fogata se veía más real de lo que se había visto durante toda la velada.

Ben era, para su desgracia, un completo genio.

—Una Dimensión Oscura.

Nadie habló, nadie dijo nada, inclusive, nadie movió ni un solo músculo.

—¿Una qué? —farfulló Dianne.

—Una Dimensión Oscura se puede crear a partir de un universo consumiéndose a sí mismo debido a la energía que hay en su interior, dejándolo en oscuridad. Tinieblas. Es un mundo opuesto a lo que se puede ver aquí en la Isla. Otro tipo de reglas, leyes, incluso la naturaleza misma cambiaría ahí.

—¿Has estado en uno?

—Jamás —terció Dylan—. No conozco a nadie que haya estado en uno.

—Ya, ya, ya —le cortó Miranda—. ¿Y exactamente cómo se crea una?

—Rompiendo toda conexión la Isla —respondió Selina—. Como si cortaras la raíz de un árbol.

—¿Cómo sabemos que no sucedió ya? —inquirió Luna.

—Porque...

Pero Dylan no lo sabía con exactitud. ¿Cómo lo sabría? ¿Cómo se daría cuenta que las cosas estaban mal, y no peor?

Para su desgracia, el muchacho metió la mano en el bolsillo y sacó el reloj que los había llevado en aquella Travesía. El mismo reloj que tomó del Árbol Milenial para ubicar la posición exacta de Owen en el universo expandido de la existencia misma. En cuanto vio el reloj, su corazón dio un brinco.