P.d.V. de M****:
De vuelta al presente:
Me había sorprendido a mi misma pensando en eso y debía dejarlo de lado porque sabía lo que pasaría si no hacía nada, así que tomé un antidepresivo y seguí sentada esperando a que comenzara la presentación. El aula se había llenado, excepto un sitio a mi lado, con la mala suerte de que en ese momento volvió a entrar X***.
Seguía sin saber que hacía allí, pero sobre todo no sabía porque me estaba preocupando la razón de su pierna. No se suponía que lo odiaba? Se vio en la obligación de sentarse conmigo y nos quedamos en silencio.
P.d.V de X***:
Maldita sea mi suerte mil veces. Cuando volví a entrar solo quedaba un sitio, pero ese sitio era al lado de M****. Porque me tenían que pasar estas cosas a mi? Me vi en la obligación de sentarme a su lado y se estableció un silencio incomodo. Como si fueran 100 años, el rector entró en la sala y comenzó la presentación.
Nos explicaron que habría materias generales compartidas por todo el mundo, y que aparte cada familia de instrumentos tendría materias por separado. Me enteré de que ella tocaba el bajo. Genial no solo me tuviera que sentar a su lado si no que además iría a las mismas clases que ella. Sabía de alguien que iba a tener que medicarse cada rato.
Esa noche volví a soñar después de 2 años con la niña de rizos dorados y ojos azules.
P.d.V de M****:
Esa noche soñé algo extraño. Había soñado con una niña rubia de ojos azules turquesa que llegaba a mi lado en el colo de X***. Era mi hija de eso estaba segura, y parecía bastante evidente que él era su padre. Los tres vivíamos en una casa unifamiliar con jardín trasero. Era una vida perfecta con una familia. Fue en ese momento (quizás tarde) en el que me di cuenta de una cosa. Quería a X*** y quizá la vida me había dado otra oportunidad con él.