P.d.V. de M****:
Un poco más de dos años atrás:
Iba a ser un buen día. A***** y yo hacíamos 2 meses juntos, y estaba ilusionada. Habíamos quedado cerca de parque para pasar la tarde juntos y después ir a cenar. Por nuestro aniversario enmarqué la foto que nos hicimos el día que nos conocimos. Aunque seguía queriendo a mi novio, algo había cambiado en el campeonato de hace un par de semanas, pero no sabía que era (nota del autor: esto es referido al primer capítulo). Prefería no pensar en ello o acabaría incomodandome.
Cuando llegué al lugar de la cita A*** ya estaba allí, sentado en un banco. Era un chico muy atractivo, con los ojos verdes y el pelo teñido de negro(el natural era castaño). Le di un beso, le felicité y le di mi regalo. Me dio las gracias y me dijo que él me daría el suyo después de cenar. Fuimos al cine pero no atendimos un solo momento a la película. Al salir fuimos un rato a una tienda de música y vi un bajo eléctrico que me llamó la atención, pero lo deje pasar. Cerca de las X de la noche fuimos a cenar a su restaurante favorito (no suele ser al revés en las pelis?) y cuando acabamos sacó su regalo. Y no me lo esperaba, era una caja de preservativos (pille la indirecta al vuelo) y aunque no quería asentí. Fuimos a mi casa porque no estaban mis padres.
La mañana siguiente me desperté sola en mi cama. Tenía la esperanza de que A***** estuviera en la cocina, haciendo el desayuno como en las pelis y los libros, pero no estaba. Fue en ese momento cuando me di cuenta que tenía un mensaje suyo, que así decía. " M**** tras lo de anoche he estado pensando y creo que deberíamos dejarlo" . Ese hijo de puta me había utilizado y después me había abandonado. Lloré desconsoladamente y tomé una determinación. Fui al baño y con las cuchillas de afeitar de mi padre me rajé ambas muñecas, y antes de que todo se quedara negro me dije a mi misma, "Nunca volveré amar".
Me desperté en el hospital con mi madre al lado. Las heridas estaban selladas en las muñecas, y solo sentía odio hacia A*****. Mi madre empezó a pedirme explicaciones al llegar a casa y ante mi negativa empezamos a discutir, y así fue durante los meses venideros. "Nunca volveré a amar" me repetía una y otra vez. Hasta que contra mi voluntad volví a hacerlo.