Capítulo 13: Luz brillante.

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―Es... muy bonita ―dijo Pichit sin dejar de verla.

La pequeña niña se encontraba sentada en sus piernas, observándoles con los ojos desbordantes de inocencia y el pequeño osito de felpa apretado contra su pecho. Chris se encontraba a un lado de su pareja, mientras, en la habitación, Yuri y Viktor yacían encerrados, luego de haberle pedido a Mila retirarse. A su vez Aiday se encontraba buscando adueñarse de alguna de las habitaciones, mas sin embargo la niña era ajena a aquello.

―Hola, nena ―saludó Chris agitando la mano.

La niña no respondió, solo optó por mirarlo fijamente, como si aquel hombre enorme le sorprendiera con su presencia. En un impulso, la pequeña se abrazó al cuello del moreno, intimidada ante el alfa, sintiéndose protegida ante la fragancia maternal que poseía.

―¿Enserio es hija de Viktor? ―preguntó Mila desconcertada―. Es muy bonita para ello.

―Tiene el color de su cabello y ojos. ―Otabek se acercó para olfatearla un poco, incomodándola más y haciendo que se apretara aún más al cuello del moreno―. Y su olor es el de los Nikiforov.

―Algo de esto no me gusta... ―murmuró Mila.

―Creo que deberían alejarse un poco ―recomendó el moreno, acariciando la pequeña espalda―. Está a segundos de romper a llorar por la incomodidad. Algo me dice que nunca ha estado cerca de un alfa.

Los alfas retrocedieron para dejarle respirar, pero la verdad, todos estaban muy confundidos mientras las mismas preguntas rodearon a todos.

¿Cómo era posible que hubiera dado a luz luego del estado nefasto en el que había quedado? ¿Cómo había sobrevivido durante tanto tiempo? ¿Era alguna patraña nueva de Dan? ¿Este era el plan con el que había estado amenazándoles desde hace semanas? No tenían respuestas.

Un aura bastante pesada llenó el ambiente de la sala, para dar paso a un Viktor enojado y triste. El hombre se sentó en una de las sillas del comedor a una distancia considerable del resto, cubriendo su cara de lo que pudieron considerar desesperación y preocupación. La luz del amanecer se abrió paso en los cielos, y aunque todos debían estar descansando, ninguno se consideraba capaz de cerrar un ojo esa noche.

La pequeña soltó un bostezo, dando a revelar la sonrisa tan idéntica a la de Viktor decorar su pequeña carita regordeta. Pero todos se sorprendieron cuando aquellos enormes ojos azules se posaron sobre el alfa en la mesa. La pequeña empezó a alejarse con lentitud del regazo de Pichit, pidiendo en silencio que la depositaran en el suelo, a lo que Pichit la bajó con sumo cuidado.

Cuando sus pequeños piecitos tocaron la fría madera, con torpeza empezó a caminar hacia el lobo, dando a notar que no llevaba mucho tiempo acostumbrada a usar sus pequeñas piernas. Una vez parada frente a él, empezó a pegarle al muslo del otro queriendo llamar su atención, pero Viktor se negaba a mirarla debido a la reciente preocupación vivida. Con insistencia, empezó a llamarle con ambos bracitos, enojada por ser ignorada. Viktor gruñó en advertencia, pero eso pareció no asustarla, ya que se acercó a su pierna para morderla con esos pequeños dientes de leche, que sin embargo eran fuertes.

―¡Auch! ―exclamó, agarrándose la pierna.

La niña era silencio absoluto, con aquellos jóvenes ojos entrecerrados por el enojo y conteniendo lágrimas mudas.

―Viktor... ―le llamo Pichit―, creo que lo mejor será que la cargues.

La niña abrió sus bracitos, exigiendo la atención que el hombre le negaba. La manada solo miraba la escena sin saber si reír o preocuparse. Bien, Viktor no era alguien que lastimara a las personas y menos a seres indefensos sin ninguna razón de por medio; mucho menos era capaz de agredir a un niño considerando que le gustaban bastante, sin embargo, estaba bastante enojado y no sabía cómo reaccionar.

Under The Pain Of The Moon [omegaverse] [Viktuuri] #LoveAndLifeAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora