Capítulo 23: "Sentimientos egoístas"

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  Viktor apretaba su mano con fuerza, enfrentándose a un padre terriblemente sorprendido y molesto ante lo que sus ojos presentaban. Su aspecto no era muy grato, con la camiseta de Viktor y una cazadora negra sobre sus hombres debido a que el vestido blanco había quedado hecho pedazos por su encuentro violento por el celo. La marca aún sangraba, su cuerpo aún ardía y su piel estaba marcada por los besos y apretones de las manos ajenas.

—¿Que hiciste qué? —preguntó el hombre mayor irritado—. ¿Sabes la locura que acabas de cometer, Viktor?

—Pensaba decírtelo antes, pero estoy enamorado —confesó—. No pediré disculpas por eso.

—¿Al menos conoces de dónde viene? —interrogó—. Puede ser peligroso, Viktor.

—Ella es una muchacha buena, jamás lastimaría a nadie... ¡Mucho menos a nosotros con un cuerpo humano!

Ella tembló ante el tono de su voz, sintiéndose horrorizada de estar en esa situación. Sus piernas flaquearon cuando una nueva ola de calor atacó su cuerpo, que la hizo soltar un gemido que atrajo la atención de todos. Mari, quien solo se dedicaba a observar, intervino acercándose para tomarla de un brazo y tirarla a su lado, sintiendo la ardiente fiebre de su piel.

—Si van a discutir, háganlo en otro sitio —regañó la omega mayor—. No cuando una omega en celo está cerca, mucho menos cuando ambos alfas están presentes. —Tiró de ella y la separó de Viktor con lentitud—. Vamos, necesitas armar tu nido, si no lo haces pronto te vas a desesperar aún más. Te daré una infusión de hierbas para ayudarte, ¿está bien?

Asintió y la siguió a las escaleras, con la mirada de Viktor en su espalda.

—Toma despacio, sé que no sabe muy bien, pero ayudará a bajarte la fiebre —le animó sosteniendo la taza contra sus labios—

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—Toma despacio, sé que no sabe muy bien, pero ayudará a bajarte la fiebre —le animó sosteniendo la taza contra sus labios—. ¿Cuál es tu nombre?

—Aiday... —murmuró con la voz ronca—. Gracias por todo.

—De nada, es bonito ya no ser la única omega aquí —dijo sonriendo—. Estar sola en este lugar con tantos alfas puede llegar a ser molesto.

—¿En serio...? —respondió apenas audible.

—Claro, tu cuerpo está en un estado donde el calor es incontrolable, estás llamando a tu alfa para acompañarte —explicó—. Viktor posiblemente venga pronto, por eso no puedo permanecer mucho tiempo contigo, mi olor lo enojará. Cuando termine esto, quiero conocerte mejor.

La mujer se inclinó frente a ella, como una costumbre que había adoptado y aunque para ella era extraña, correspondió agachando la cabeza levemente. Bebió otro sorbo cuando la puerta se cerró, sintiendo un alivio repentino de toda la calentura ardiente en su piel.

La llegada de Viktor no fue tardía, entregándose de nuevo al celo. Aunque su cabeza abandonó todo atisbo de raciocinio ante el cuerpo cálido de su acompañante, cuando volvió en sí solo podía estar sentada en el marco de la venta con la sábana rodeando su cuenta. Lloró como en años no lo hizo, como no tuvo permitido hacerlo.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2018 ⏰

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