Max la había dejado en el camerino para que se cambiara de ropa pero Monse no se podía estar quieta. Quería hablar con Emiliano para ofrecerle disculpas, se sentía culpable por haber sido la causante de dejarlo sin clientes. Vestida todavía con el vestido y la máscara salió rumbo ala oficina de Emiliano.
Venía caminando metida en sus pensamientos cuando de repente choco con un cuerpo. Levantó la cabeza para ofrecerle disculpas cuando se quedo helada al darse cuenta de quien era. Era el hombre de los ojos azules. Ahora que lo veía de cerca se dio cuenta de que era el hombre mas atractivo que había visto en su vida. Su belleza era impactante. Incluso Max no se podía comparar con la belleza de este hombre.
Era alto muy alto. Su piel era blanca pero estaba un poco bronceada. Su rostro parecía haber sido tallado por el mejor escultor del mundo . Su facciones eran tan pero tan masculinas. Su quijada era bien definida, nariz griega, recta y perfecta, sus labios, Dios sus labios!. Eran simplemente perfectos. Eran finos y carnosos, tenía el labio inferior mas grueso que el de arriba. Con solo míralos sentías que te hablaban y te decían, "bésame, muerdeme, lambeme hazme lo que quieras". Sus cejas eran negras y pobladas, su pelo era negro como la noche, tuvo ganas de tocarlo para ver si era tan sedoso como lo imaginaba. Pero sus ojos, acompañadas por unas pestañas increíblemente largas, fue lo que más la cautivo. Eran de un azul hipnotizante, un azul que jamás había visto. Eran indescriptiblemente bellos. Se podía perder en esa mirada y estaba segura de que jamás trataría de encontrar la salida.
Lo miro de arriba abajo. Tenía el cuerpo de un dios griego, era musculoso pero no tosco, hombros anchos al igual que su pecho, se podía notar en la camisa de vestir que traía, piernas largas y musculosas, cintura pequeña. Monse se imagino por un momento sus piernas enredadas en su cintura. Su cuerpo irradiaba poder, seguridad. Este hombre era pecadoramente hermoso.
-Pamela?- pregunto Vladimir mirándola también de arriba abajo
Esta chica era hermosa, incluso con esa máscara puesta lo sabía. Su piel tenía un bonito color bronceado. Era dueña de unos hermosos ojos color miel, unos labios gruesos y carnosos, y un cuerpo maravilloso. Le encanto su cuerpo y más sus pechos. Que pechos de esta mujer!" Pensó lambiendose los labios, su cíntura pequeña, sus caderas grandes y sus piernas muy bien torneadas.
Si su cuerpo irradiaba poder, su voz lo hacia ver intimidante. Su voz derrochaba tantas cosas, seguridad, protección, pasión, lujuria, poder, posesión. Tuvo el presentimiento de que este hombre con solo una mirada, una palabra tenía a sus pies lo que quisiera y a la que quisiera. No sabía quien era esa tal Pamela pero sonaba tan bien en su boca, se imagino como sonaria su nombre.
-Pamela?- repitió al ver que la chica no respondía
Cuando al fin se dio cuenta de que la tal Pamela era ella reacciono y susurro un level "si".
-Bailo usted muy bien esta noche para ser una simple mesera. Se ve que sabe como volver loco a un hombre- dijo Vladimir
-Perdón?- constesto Monse sin entender lo que decía
-Cuanto quiere por estar en mi cama esta noche?-
-Perdón?-
-Acaso "perdón" es lo único que sabe decir?-
-Oh no disculpeme pero creo que se esta confundiendo yo no soy ninguna prostituta-
-Lose se que es una mesera pero si acepta le puedo pagar muy bien incluso mejor de lo que gana aquí en una semana-
-Usted no entiende yo no...- pero no término la frase por que en ese momento salió Emiliano y Max de la oficina
-Señor Montesco- dijo Emiliano sorprendido por mirarlo ahi todavía.
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Virgen hasta el matrimonio
Storie d'amoreMonserrat García una joven de 21 años con el sueño de terminar de estudiar en España lo que más le apasionaba, las finanzas, por fin cumple su sueño al ser aceptada en una de las mejores universidades de ese país. Pero su familia, extremadamente rel...