Soccer Trainer (L.S)

11. latina girls

Luego de tener una reunión en la disquera con su mánager y el presidente de la misma, Harry entró silenciosamente a su penthouse ya que aún era algo temprano y no quería despertar a su hijo, y sí, por temprano un domingo se refería a que era casi mediodía. Cerró la puerta detrás de sí y fue hasta las escaleras, las subió de dos en dos y comenzó a caminar por el pasillo dónde se encontraban las habitaciones, cuando escuchó música proveniendo de la de su hijo, junto al sonido de su voz infantil. Abrió la puerta de esta sigilosamente y se quedó en el marco, observando la escena mientrad hacía su mayor esfuerzo por no reír.

—Y si con otro pasas el rato, vamos a ser feliz, vamos a ser feliz, felices los cuatro. Y agrandamos el cuarto.

Dylan estaba sobre su cama bailando con los brazos abiertos y cantando con los ojos cerrados. Harry comprobó que había heredado sus habilidades de bailarín (o sea, ninguna).

Tenía una mano sobre su boca aún observando a su hijo, que continuaba con su gran concierto. Logró aguantar las carcajadas que amenazaban con salir de su garganta y cuando su hijo terminó de cantar y abrió los ojos, encontrándose con los suyos, arqueó una ceja junto a una sonrisa burlona.

—U-uh, pá —Dylan tartamudeó al ver a su progenitor en la puerta.

—¿Desde cuando te gusta el reggaeton? No, primero, ¿desde cuándo sabes español? —preguntó aún con diversión clara en su rostro.

—Am, bueno... —el pequeño rascaba su nuca, aún apenado por haber sido encontrado en su momento de inspiración. Harry entró a la habitación y vio como otro vídeo musical comenzaba a reproducirse en el televisor de su hijo. Era de una canción que él conocía bien. Entonces supo de dónde había sacado Dylan la idea de escuchar esa música.

—Fue Liam, ¿no? —el menor asintió y ambos rieron. El castaño mencionado tenía una ligera obsesión reciente con la música latina, especialmente con esa canción que todo el mundo cantaba, voluntariamente o no, estaba en todos lados —Al menos sabrás conquistar a las chicas latinas. No se las dediques, pero aprendetelas porque les gusta cantarlas en las fiestas —bromeó.

Dylan salió sonriente de su habitación para ir a la cocina a desayunar, con Harry detrás suyo.

—Pasito a pasito, suave suavecito, me lo voy comiendo poquito a poquito —canturreó el más pequeño antes de darle un mordisco a su sándwich, haciendo que su padre riera mientras negaba con la cabeza.

××

Zayn estaba recostado en la que ahora era su cama, temporalmente, con su celular entre sus manos, mientras revisaba su correo. Abrió el último que había recibido, de parte de una revista a la que estaba suscrito, hizo click en el enlace que allí aparecía y una especie de revista virtual apareció. Pasó las hojas hasta que un titular y ciertas fotografías llamaron su atención.

Se puso de pie y con una sonrisa divertida caminó hasta la sala de estar, donde estaba Louis con su laptop en el regazo y Sirius recostado a un lado del sofá.

—El nuevo álbum del joven y exitoso cantante Harry Styles ha alcanzado la cima en las carteleras luego de ser lanzado hace sólo una semana —Zayn leyó, haciendo que su amigo levantara la mirada hacia él confundido —. La misma noche del lanzamiento, la disquera con la que el cantante ha trabajado a lo largo de su carrera, dio una fiesta exclusiva para aquellas personas que trabajaron en el álbum y, desde luego, los invitados del cantante. Sin embargo, el artista se retiró temprano de la fiesta, acompañado de un desconocido chico, como no se veía hace mucho tiempo. Muchos se preguntan, ¿quién es la nueva conquista del cantante? ¿Va esto en serio o sólo una aventura momentánea?

Louis rió al igual que Zayn, quien le tendió su celular para que viera las fotos.

—Sales feo —señaló la foto en la que Harry rodeaba sus hombros con su brazo para alejarlo de los paparazzis.