Era viernes y Harry estaba detrás del escenario de The Garage, con una botella de agua a la mitad en sus manos, ajustando su audífono en su oído, casi listo para salir a dar su primer concierto después de algunos meses de descanso. Su próximo álbum saldría a medianoche, por eso sus nervios estaban un poco descontrolados. No era una presentación muy grande, pero él siempre quería dar lo mejor de sí mismo, por eso siempre tenía ese pequeño sentimiento de inseguridad que desaparecía una vez que pisaba el escenario y comenzaba a cantar con su corazón.
—¿Listo? —Mitch, el guitarrista de su banda preguntó, poniendo una mano en su hombro derecho. Harry asintió, casi convencido.
Las luces se apagaron y esa era su señal. Besó el collar con un dije en forma de cruz y uno más pequeño con la letra D que adornaba su pecho. Salió al escenario y tomó el micrófono. Cuando las luces se encendieron de nuevo y la música comenzó a sonar, la sonrisa de Harry se agrandó. A medida que la canción iba avanzando, su mirada recorría todo el lugar. Se detuvo cuando unos ojos azules que él conocía muy bien y no podría confundir jamás, hicieron contacto con los suyos. Y no se movieron de allí por un tiempo.
Louis por supuesto que ya había escuchado a Harry cantar. Y no sólo cuando lo escuchaba en la radio o en sus álbumes que compraba con mucho gusto en iTunes. Una de esas tantas noches que pasaban en el apartamento del otro, habían salido al balcón de el de Louis, sentándose en una linda tumbona que había allí.
—¿Tocas la guitarra? —Harry le preguntó a Louis al ver el instrumento ahí afuera.
—Sí, desde los catorce o algo así —el más alto tomó la guitarra y la puso sobre sus piernas que estaban cruzadas, frente a las de Louis.
Comenzó a rasgar las cuerdas haciendo una melodía que Louis había escuchado antes, antes de comenzar a cantar.
—I don't care who you are, where you're from, what you did, as long as you love me.
Louis soltó una risa antes de comenzar a cantar también y sorprendió a Harry, porque él realmente tenía una hermosa voz.
—Every little thing that you have said and done, feels like it's deep within me. Doesn't really matter if you're on the run...
—It seems like we're meant to be —ambos cantaron desafinando a propósito, explotando en risas.
—Así que eres fan de Backstreet Boys, ¿uh? —Harry sólo se encogió de hombros.
—Eran muy buenos, no lo puedes negar —dijo.
—Creí que eras más antiguo, más de The Beatles.
—Soy un popurrí —Harry respondió y Louis soltó una enorme carcajada.
Esa misma noche, cuando ya no podían soportar el frío afuera, fueron a la habitación de Louis, donde pasaron horas hablando de estupideces, recostados en la cama. En uno de los tantos besos que se dieron, Harry comenzó a acariciar la piel de Louis por debajo de su camiseta y las cosas se salieron de control, ellos sólo se dejaron llevar, sin pensar en nada más que lo hermoso que era el otro y lo mucho que deseaban sentirse. Se fundieron en besos, caricias, sonrisas tontas, gemidos, jadeos y orgasmos, convirtiéndose en uno solo.
La piel de Harry contra la de Louis se sentía tan suave. Sus expertas manos recorrieron todo su cuerpo y sus labios besaron cada centímetro de su piel, llenándolo de placer y viceversa. Louis dibujó el contorno de cada uno de los tatuajes de Harry con la yema de su dedo índice y, no tan inocentemente, dejó un chupón en su pecho.
Y por muy cliché que suene, para ellos eso no había sido simplemente sexo. No podían decir con certeza que habían hecho el amor porque, tenían miedo de darse cuenta de que lo que sentían iba más allá de lo que ellos pensaban. Pero definitivamente no había sido sólo sexo y habían sentimientos mutuos de por medio.
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Soccer Trainer (L.S)
FanfictionHarry Styles es uno de los grandes de la industria musical, seis discos multiplatino, dos Grammys, un corazón de oro y un hijo de siete años. Su hijo entrena fútbol desde los cinco años y se destaca en la cancha. Y él, por supuesto, ama verlo jugar...