Capitulo VIII: I Samael, El Señor De La Muerte

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Sebastián atravesó el velo del portal y sintió una sensación extraña que recorrería su cuerpo, su corazón palpitaba rápidamente, por unos instantes no lograba respirar en el ambiente denso que se encontraba en el velo del portal, camino lentamente y aferrado a su fuerza de voluntad logro atravesar el velo y llegar al Bosque de las Almas.

Sebastián sintió que no solo había cruzado una puerta, parecía haber viajado a otra dimensión o a otro mundo; El joven cazador era rodeaba por una intensa luz cegadora, la densa niebla cubría un bosque lleno de árboles grandes y frondosos, con dificultad, lograba ver más allá de un par de troncos, el suelo se sentía inestable, se sentía observado en todo momento, el terreno era tan confuso que con dificultad lograba recordar el camino de regreso; Sebastián lograba recordar que el problema no era entrar, si no, volver a encontrar el camino de regreso, al llegar al primer árbol que se encontraba enfrente de él, saco su espada y con un par de golpes planeaba marcarlos y poder encontrar el camino, sin embargo, los arboles parecían ser inmunes a la espada o a las flechas, su cuerpo podía sentir la firmeza del tronco, pero la espada lo atravesaba como si fuera solo un espejismo. Resignado a no poder marcar el camino de regreso, intento conservar la calma e intentar trazar una ruta en su mente para poder encontrar el portar de vuelta al Bastión.

Tras caminar por más de veinte minutos Sebastián comenzó a escuchar ruidos, parecían ser alguna especie de criaturas que se podían arrastrar por el piso inestable, el joven cazador se puso en guardia y camino con una de sus espadas desenvainada, después de un tiempo comenzó a escuchar voces, parecía ser su madre, comenzó a escuchar un llanto no muy lejos, aferrado a no perder el camino ignoro por completo el ruido, entre más avanzaba más sonidos se escuchaban, ahora parecían oírse risas, Sebastián temía que se estuviera volviendo loco, su caminar parecía volverse lento, su respiración cada vez lucia más agitada, su mente le jugaba bromas, a lo lejos veía a una mujer llorando, la silueta era tan similar a la de su madre que perdió la cabeza y comenzó a correr detrás de ella, pero parecía desvanecerse en el aire.

Sebastián no lograba encontrar la silueta de su madre, estaba asustado corría y sentía como si se hubiera transformado en un niño pequeño, necesitaba ayuda, estaba perdido, Sebastián siguió corriendo y de la nada se escuchó un llanto muy fuerte, parecía estar ubicado atrás de él, tomo aire y voltio lentamente, la silueta de la mujer se encontraba justamente alado de él, la mujer se cubría su rostro con sus manos mientras las lágrimas parecían caer de su rostro, Sebastián se acercó a ella y tomo sus manos para poder ver el rostro de la mujer; La mujer grito fuertemente y rompió en llanto —¡¡¡Sebastián!!!... ¡¡¿¿Por qué??!!... ¡¡¿¿qué haces aquí??!!

— la mujer que lloraba era el alma de la madre de Sebastián, Natalia Grey;

Sebastián quedo pasmado, no pudo contestar las preguntas de su madre

—¡¡¡Nooo!!!... ¡¡¡mi hijo no puede estar muerto!!! — el alma de Natalia parecía estar en pena, Sebastián seguía vivo, pero ella no lo sabía —Madre....

¿eres tú?... — Sebastián no lograba entender cómo podía ver a su madre si ella ya estaba muerta, él sabía que se encontraba en un especie de limbo donde las almas vagan hasta encontrar la paz —¡¡¡Mi hijo... Mi hijo no puede estar muerto!!! — el alma de Natalia seguía confundida y desesperada —Madre... sigo vivo, atravesé el velo del Bastión...— Sebastián intentaba contestarle a su madre, pero ella parecía no prestar atención —Por favor madre, escúchame, estoy vivo y necesito tu ayuda— Natalia escucho la voz de Sebastián pidiendo ayuda y dejo de llorar, su espíritu había recuperadola cordura y estaba dispuesta a ayudar a su propio hijo —Hijo,si sigues vivo ¿qué haces aquí? — Sebastián suspiro y le respondió a su madre —He cruzado el velo del bastión, necesito encontrar al Ángel de la Muerte, ¿Sabes dónde puedo encontrarlo? — Natalia había logrado entenderlo que pasaba y estaba dispuesta a ayudar a su hijo —Sebastián, estas en su mundo, debes de tener cuidado, esa criatura mitad ángel y mitad demonio, se encuentra al final del sendero que está cubierto por árboles,está oculto en un cementerio de almas— Sebastián parecía recuperar su fuerza y su cordura, ya sabía dónde se encontraba la criatura, pero ahora era cuestión de tiempo para que iniciara la pelea.

Cazadores de Demonios: Los Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora