Capitulo XII: La Última Cacería

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Los Guerreros salieron de las grandes puertas del Bastión, marcharon en filas hacia la Guerra, pero algo había cambiado, el terreno no era el mismo; Las grandes llanuras áridas se habían cubierto de grandes ríos de sangre, los cuerpos de Guerreros y Cazadores cubrían las tierras desoladas, la muerte se podía respirar en el aire, la hora del juicio había llegado.

Los Soldados tenían miedo en sus rostros, no estaban listos para su destino, la destrucción y la muerte los aterraban; Sebastián sintió que su corazón se cubría por una niebla oscura, sus guerreros se habían rendido sin haber luchado, su cuerpo se encendió en ira y alzo su vos —Hermanos... La muerte nos espera en las puertas del infierno, Pero no dejaremos que tomen lo que es nuestro, Hoy lucharemos por nuestras vidas,por nuestras Almas, Hoy lucharemos por la humanidad y no nos rendiremos sin dar hasta el último Aliento... Los Ángeles Caídos conocerán nuestro acero... sentirán las flechas en sus cuerpos... hoy les mostraremos de lo que es capaz el Hombre...— Sebastián Alzo la empuñadura de la espada del Arcángel Miguel, su luz parecía una estrella que guiaba las almas de los Guerreros —Prometieron dar sus vidas por una causa divina... y es tiempo de cumplir esa promesa— Los Guerreros y los Cazadores comenzaron a gritar fuertemente, el miedo había abandonado a los hombres y sus espíritus habían sido enaltecidos, ellos estaban listos para dar sus vidas en batalla.

Dante vio con ojos llenos de orgullo a Sebastián mientras hacia un gesto de grandeza con su rostro, el joven cazador era digno de llamarse Grey; Edward y Duncan tocaron sus cuernos de Guerra a un unísono y los clanes comenzaron a marchar hacia el sello.

Los Demonios habían duplicado sus fuerzas, grandes huestes llegaban desde lo más profundo del infierno, Abbadon dirigiría el ataque y esta vez no dejaría que nadie lograra escapar con vida; Los Legionarios y Ganduls serían arrogados como primera fila de ataque, los Devoradores e Imitadores atacarían rápidamente mientras los Cazadores se encontraban distraídos; Abbadon y Diablo buscarían a los herederos Grey y acabarían con sus vidas.

Cuando los dos Clanes Grey se acercaban al horizonte la voz demoníaca de Abbadon comenzó a oírse claramente —Vengan herederos, vengan y afronten su muerte... su sangre saciara nuestra hambre de venganza— Sebastián y Dante no temían a las palabras de Abbadon y siguieron su marcha hacia el gran sello; Cuando los dos grandes se acercaron a la gran torre de vigilancia, Edward dio la orden de que los Guerreros de Elite se separaran y esperaran la señal; Duncan Grey cubriría la retaguardia mientras su padre y su hermano harían frente a las grandes hordas demoníacas.

Cuando los Clanes se acercaron al sello, lograron ver al horizonte un mar de demonios, Abbadon se encontraba hincado en lo alto de una gran roca donde podía observar con claridad el campo de batalla; El silencio gobernó por unos segundos y el único sonido perceptible eran las gotas de sangre que caían del cielo y golpeaban las armaduras metálicas, el tiempo parecía haberse congelado, las respiraciones agitadas de los demonios erizarían la piel del guerrero más valiente, la batalla se acercaba y los demonios lo sabían; Abbadon se alzó al centro de la roca y con un gran rugido desato a los demonios del infierno.

Sebastián y sus hombres se prepararon para la gran batalla —Que comience la Cacería— dijo el joven cazador en voz alta mientras cargaba la gran ballesta.

Los Legionarios avanzaron rápidamente hacia la batalla, los Cazadores convirtieron a los demonios en grandes blancos cubiertos de flechas y caían con gran facilidad, demonio tras demonio los cazadores se hacían más fuertes de espíritu; Abbadon envió a los Devastadores, las criaturas rápidas y sedientas de sangre, corrieron hacia los Caballeros Templarios; Los Soldados de Dante lograron resistir el ataque de la milicia demoníaca y arremetieron con gran fuerza; Los Ataques de los demonios parecían diezmar rápidamente; Diablo alzo sus enormes garras y dirigió a los imitadores que habían devorado a los guerreros caídos de las batallas anteriores; Los Cazadores y Templarios comenzaron a dudar de sus ataques, ya que no podrían distinguir si eran aliados o enemigos, después de unos momentos las filas comenzaron a romperse y la estructura defensiva se perdió Sebastiány Edward que se encontraban luchando contra los grandes Legionarios se percataron de la gran falla estratégica e intentaron reagruparlos, pero fue en vano; Abbadon y Diablo no dudaron en unirse a la batalla mientras las huestes infernales seguían fluyendo; Dante vio a Abbadon caer del cielo en un círculo de llamas y se dirigió a enfrentarlo rápidamente.

Cazadores de Demonios: Los Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora