Al salir más temprano de aquel concierto en Shangai, mis esperanzas de poder descansar más de lo debido eran altas, mi mente imaginaba todas las cosas "no productivas" que podría hacer, era feliz con solo llamar a mi familia o ver alguna serie a medio terminar.
Llegue al vehículo y automáticamente me saque los zapatos reemplazándolas por unas converse viejas y desgastadas.
—Mejor. Suspire aliviada dejándome caer en el asiento
—No te acomodes mucho. Subió mi supervisora con unos papeles en mano. La miré extrañada. —Consecuencias de terminar un concierto temprano –me extendió los papeles y mi humor no tardó en cambiar.
— ¡¿Otro concierto?! ¡¿Mañana?! Elevé mi voz algo histérica
—Espero que hayas ordenado tus cosas, salimos dentro de dos horas para el aeropuerto.
No era la única, a medida que las demás chicas iban subiendo, sus caras cambiaban radicalmente al leer el itinerario de mañana.
*
Luego de veinte minutos de viaje, llegamos al hotel y automáticamente seguí ordenando mi ropa, sucio, limpio, guarde todo en el mismo lugar. Al cabo de tres horas, ya nos encontramos en Dalian, algo muertos.
El clima era algo primaveral para ser las diez de la noche y el hotel algo lujoso (más de lo habitual), como siempre un piso completo era destinado para las estilistas mas los superiores pero, para sorpresa, cada una tenía su propia habitación.
—¿Que habitación te toco Lucy? La mire sonriente al ver la felicidad de la chica
—384 ¿y a ti?
—Todavía no me dieron la tarjeta con el número. Acomodé mejor mi bolso al hombro.
—La supervisora sigue en la camioneta, por ahí se olvidó de entregarte la tuya. Continuó algo extrañada.
—Hasta donde sé, ya todas estamos instaladas. Volvió a mirar su teléfono y yo me marche a donde se encontraba mi superior. Al llegar, mi supervisora me sonrió
—¿Hay algún problema? Cerró la puerta del vehículo y empezó a caminar conmigo siguiéndola.
—Todas ya están en su habitación. Susurré mientras me tranquilizaba, tratando de no sonar molesta.
—Tú también deberías, mañana nos juntamos primero en la sala para que estén al tanto de cómo va el proyecto, lo sabías, no?
—Sí, lo se.
—Entonces? Me miro sin entender a lo que iba
—No me entregaste mi tarjeta.
—Tu tarjeta esta en el....-ojeó su celular. —En el Lobby, al nombre de Kwon.
—Debe estar equivocada. Dije algo shockeada mientras negaba.
—Para nada, su manager me envió un mensaje diciéndome eso. Me quedé en mi lugar, sabiendo de antemano que Jiyong era un hombre muerto.
Me acerque al Lobby y para confirmar el destino de GD, la tarjeta estaba a su nombre dentro de un sobre con mi nombre en el. Esto era el colmo.
Subí por las escaleras hasta el último piso (como siempre), abrí el sobre y saque la tarjeta, pasándola por la puerta y dando acceso a ella. Entré algo dudosa y con el corazón latiendo a mil por hora, fui a paso lento, recorriendo con la mirada lo que me rodeaba, un sillón a mi izquierda, muebles lujosos y por último, una cama.....no dos, solo una.
Suspiré molesta por la repentina acción de Jiyong, estaba agotada, como suponía que el también lo estaba, pero no, al parecer tiene tiempo hasta de hacerme dormir con el.

ESTÁS LEYENDO
When a Dream Comes True │G-Dragon
Fanfiction_____, una chica de 17 años, en su último año de secundaria, en camino de cumplir sus tan esperado 18 para poder irse a Japón a presenciar uno de los conciertos que tanto deseaba desde que era chica, lo que no sabe es que desde ese concierto su vida...