Come Back To Me

My beauty Queen

■Regina■

Rompió el hechizo. Emma Swan rompió el hechizo.
Por fin pude respirar tranquila. Fue como quitarme un peso de encima, un peso que cargaba desde los quince años.

No funcionó con ella. No funcionó porque su corazón pertenecía a alguien, y ese alguien resulté ser yo. Se enamoró de mí, la idiota se enamoró de mí...

Quise llorar, pero no lo hice. Todos me miraban, y yo me aferré a Henry con fuerza, porque sabía que una vez le soltara me asaltarian a preguntas. Y creo que él se dio cuenta.

-¿Qué...- Blanca frunció el ceño con los ojos llorosos. -¿Emma?-

-Sí...- Ella bajó la mirada.

-¿Por qué...por qué no nos lo dijiste?- Preguntó su madre.

-No tuve tiempo...- Bajó la mirada. -Tuvimos que irnos...-

-Entonces...- Sacudió la cabeza. -Cuando nos pediste que cuidaramos de Regina...¿te referías a..?-

Nuestras miradas se cruzaron, y Emma se sintió algo avergonzada. ¿Le había pedido a sus padres que cuidaran de mí?

-Lo siento...- Dijo su madre. -No supimos verlo... Dejamos que se fuera, dejé que se fuera...-

-Sigo aquí.- Cogí la mano de Emma y me puse en pie. -¿Qué es eso de que les pediste que cuidaran de mí?-

-Yo solo...no lo sé...- Se encogió de hombros. -Necesitaba saber que de algún modo no estarías sola...-

Negué bajando la mirada. Me sentí tan inútil...

-¿Qué es eso?- Mi madre señaló al castillo, y al girarnos vimos esa gran nube verdosa que se expandía desde el balcón.

-Eso...es como luce una verdadera maldición.- Advirtió una voz a nuestras espaldas.

-Tú...- Reconocí a mi hermana y ella rió.

-¿Quién eres?- Emma puso su brazo delante de mí para que no me acercara.

-Bueno, supongo que tu cuñada...- Sonrió.

-¿Quieres probar mi fuego?- Me deshice de Emma y creé una bola de fuego con mi mano.

-Otro día, hermanita.- Se miró las uñas. -Por ahora dejaré que esa nube se lleve a todos tus seres queridos fuera de tu alcance.-

-¿Qué significa eso?- Intervino Blanca.

-Que pronto todos volvereis a vuestra querida Storybrooke...todos salvo Regina.- Agarró su escoba y se subió a ella. -Buena suerte intentando rehacer tu patética família...- Echó a volar entre carcajadas.

-Regina...- Oí a Emma acercarse a mí y cerré los ojos. -¿Regina?-

-Estoy bien...- Pronuncié sin dejar que mi voz se rompiera. -No os preocupéis por mí, puedo con esto...-

-No, no te dejaremos aquí...- Aseguró Blanca. -Eres una de nosotros, Regina.-

-Ya la habéis oído...- Me giré hacia la creciente nube. -No hay forma de pararlo una vez empieza...-

-No, no tiene por qué.- Emma agarró mi brazo con fuerza y también el de Henry. -Podéis volar a Nueva York. De ese modo nadie se quedará aquí solo...-

-¿Y qué pasará contigo?- Negué con la cabeza. -No dejaré que te expongas a las maldades de mi hermana.-

-Id los tres.- Nos giramos a la vez.

-¿Pinocho?- Fruncí el ceño.

-Lo traje con nosotros...- Explicó Emma. -¿Estás seguro?-

-Aquí tengo a mi padre. No necesito Nueva York para empezar de cero, vosotras si.-