Capítulo 1

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Era un día raramente tranquilo para todos los habitantes del pueblo llamado Beacon Hills,  incluso, aunque suene o sea extraño de creer también la tranquilidad reinaba para cada uno de los integrantes de la peculiar manada Hale-McCall,  llamada as...

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Era un día raramente tranquilo para todos los habitantes del pueblo llamado Beacon Hills,  incluso, aunque suene o sea extraño de creer también la tranquilidad reinaba para cada uno de los integrantes de la peculiar manada Hale-McCall,  llamada así por sus dos alfas.

Scott McCall; alfa verdadero y Derek Hale; alfa y hombre lobo nacido.

La manada se encontraba en el bosque, —en ese punto exacto para sus entrenamientos— como cada martes a las 6:35 de la tarde después de la sesión de lacrosse que mantenían los chicos. Éste entrenamiento fue impuesto por Derek debido a que los chicos contenían su furia por cada golpe recibido en esas horas y para no herir a ningún humano, tenían que descargar todo eso en un combate cuerpo a cuerpo el cual iba dirigido por los alfas y así beneficiando a todos ya que poseían la habilidad de curación ñ, consecuencia a su condición de licántropos.

Kira Yukimura una kitsune de la electricidad practicaba a la par junto con la cazadora de nombre Allison Argent, amiga de cada miembro de la manada. Ambas chicas entrenaban con sus armas, la kitsune con su katana mientras la cazadora lo hacía con la ballesta o las dagas, pero a pesar de que cada una lo hacía distanciada de la otra, en el momento que alguna de ellas necesitara a su compañera para perfeccionar uno de sus nuevos movimientos la otra —gustosamente— le ayudaba sin represalia alguna, así las dos practicaban tanto separadas como en ayuda mutua.
Por otro lado, los hombres lobos entrenaban sin medir fuerza dando a su vez todo el potencial del que mantenían resguardado, Derek combatía con Jackson, mientras Scott lo hacía con Isaac y después de un lapso de media hora intercambiaban las parejas, no obstante, sólo lo hacían entre betas puesto que así ambos alfas le enseñaban a sus betas diferentes técnicas de combate.

Cuando las horas del cansado entrenamiento dieron a su final, todos platicaban animada mente, aunque, Derek inexpresivo como siempre, —sin embargo un regocijo se alzaba en su interior dándole la tranquilidad a la vida solitaria que antes mantenía— caminó con paso decidido a sus pertenencias, pero... No todo estaba bien entre ellos, pues… Scott, algo tenso —esta actitud la mantenía desde que despertó— miró a su alrededor durante unos 10 minutos observando toda la bruma del bosque sin dejar ningún lugar sin ser detalladamente analizado por sus sentidos que se agudizaron y así abarcar más territorio. En el interior del alfa se mantenía la esperanza palpando sus manos, deseaba percibir aunque sea una mínima parte de la esencia de un individuo en concreto, pero al no recibir nada, ni siquiera a una distancia de 10 metros a su redonda, la preocupación junto al miedo se hizo presente en su visión y con velocidad nada típica de él, se acercó a sus cosas las cuales se encontraban al costado de Lydia, chica que se retocaba el maquillaje a la espera de su novio, acción que al ver al alfa de esa manera se paralizó al mismo tiempo que el cuerpo de la pelirroja se volvió tenso, al contrario de todo presagio, Scott ni se inmutó, mucho menos por la voz delicada con rasgos preocupados de su novia ya que para nuestro hombre lobo era más importante saber sobre esa persona que lo mantenía con el corazón en la garganta.

Un Niño, Una Manada... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora