Capítulo 3

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William hizo pasar a Elizabeth y se percató con cuanta dificultad ella caminaba le indico que se sentara ella casi suspiro de alivio no podía estar más tiempo de pie. Priscila entró en ese Momento con una gran sonrisa, sabía que Elizabeth se quedaría.

- señorita hábleme de usted

- viví en América desde los tres años, fui cuidada por una prima de mi padre, se tres idiomas aparte de mi lengua natal, se leer y escribir con excelente gramática, ortografía y caligrafía, hace un año volví de América, tengo conocimiento en varias disciplinas y me mantengo constantemente leyendo las tendencias, soy certificada como institutriz, en América era maestra de alguno niños de aldeanos y de los hijos de los sirvientes de madam Marisa

— quien es ella

— es la prima de mi padre

— comprendo, bueno estará a prueba por un mes, quiero que mis hijos sean grandes señores listos en las finanzas así que confío que usted los guiará por el buen camino del aprendizaje, quiero que sean hombres honorables, quiero les enseñe valores y los eduqué. Alguna pregunta

— mmm bueno y la Condeza tendrá órdenes específicas para mi

William se irrito ante esa pregunta pero trato de disimular su disgusto ante la palabra Condeza, Elizabeth al parecer no sabía nada y agradecía su tía no haya abierto la boca ante algo tan vergonzoso.

— no hay Condeza y nunca la abra así que solo recibirá ordenanzas mías

— claro Conde y perdón mi pregunta

— no se preocupe, bueno sin más que arreglar empieza mañana Elizabeth así que puede mudarse hoy mismo, la enviaré con uno de mis carruajes para que traiga sus cosas, querrá traer a su carabina

— no tengo señor, solo soy yo

— no tiene... Pero

— hijo que tal si tomamos el té

Priscila interrumpió lo que William diria y el entendió la mirada que su tía le hizo...Luego hablarían.

Elizabeth se puso de pie, dando un pequeño suspiro ante el dolor de sus golpes, fue enviada con el carruaje a su casa.

— que opinas William

— se ve decente tía y también muy inteligente, pero quedé con algunas dudas, ella sin caribina pero es de familia adinerada y porque se movía como si estuviera en una marcha

— ay hijo si supieras lo que esa criatura a soportado, su padre la a golpeado tan fuerte que le marco la espalda tiene golpes horribles tuve que curarla y hoy que llegó a mi casa llevaba un golpe en su mandíbula, hijo si se queda más tiempo con su padre este la matara a golpes

— que!!! su padre la golpea, ese hombre es un monstruo como golpear a alguien tan frágil ella parece una muñeca que con solo verla puede romperse

— lo se hijo ese mismo sentimiento experimento con ella, por qué crees que la quiero sacar de esa casa, con esposo ya no puede contar ya pasó la edad casadera

— tia que dices si es una niña

— ay hijo ella tiene 26 años

— no se le notan

— es muy guapa verdad

— si es linda

Su tía se rió por lo bajo

— así que a ella no la odias, solo por el hecho de ser mujer

— tía no odio a las mujeres

— no solo las repudias porque...

— vasta tía no discutiré ese tema contigo

— de acuerdo, viste a que a los pequeños les cayó bien hasta los hizo comer

— si me sorprendió verlos tan sociables con ella, ellos no son así con ninguna mujer

— te dije que era especial

— si tía, al parecer tenias razón.

Elizabeth llego a su casa, no había nadie tomo las pocas cosas que tenia, se disponía a salir de su habitación cuando un par de brazos la sorprendieron.

— Hola primita

— Ronald, sueltame

— ay primita, no te asuste no te haré daño, solo quiero jugar un ratito

— No!!! sueltame

— y ¿que haces con esa maleta?, ¿adonde vas?

— Voy a trabajar como institutriz con el conde William

— y tu sola, con ese hombre y mi tío esta de acuerdo

— a el no le importa lo que haga

— Pero a mi si

Ronald volvió a sujetarla de los brazos trato de forzarla entrar a la habitación nuevamente pero ella uso todas sus fuerzas para empujarlo,tomo su maleta y se hecho a correr pero este la tomo del brazo, pero ella se jalo y como estaba a al orilla de las gradas callo solo pego un chillido de dolor, pero como pudo se paro con su maleta en mano y corrió al carruaje, el conductor al verla pálida y agitada le pregunto que si estaba bien, ella le indico que si y que por favor se fueran de ahí, el conductor no pregunto mas y tomo camino al castillo del Conde.

William estaba sentado en su despacho ya iban ha ser las 6, se imagino que era Elizabeth quien llegaba, escucho la risa de los niños que corrían a la entrada el sonrió para si mismo, sus hijos no eran así menos con las mujeres jóvenes eran celosos pero con ella eran diferentes. Siguió con sus actividades pero un alboroto lo distrajo escucho a sus hijos hablan con vos asustada y preocupada así que salio a ver que era lo pasaba

— Eli, Eli que te a sucedido, te sientes bien, ven ven siéntate

— Estoy bine pequeños solo me caí y me golpee un poco  

Los niños ayudaron a Elizabeth a tomar asiento, William salia de su despacho en el momento que ella caminaba, pajeaba e iba pálida y desaliñada como si hubiera corrido varios kilómetros y haya caído por una pendiente, inmediatamente dirigió su mirada al sirviente quien le indico que no sabia que había pasado, William se alarmo cuando Filip dijo con un grito ahogado

— Eli estas sangrando

Al niño se le llenaron los ojos de lagrimas, Elizabeth le sonrió y lo abrazo tiernamente

— Tranquilo mi niño, estoy bien solo son golpes sin importancia

Diego quien era el mas serio vio esa escena, quería se abrazado como a Filip, Elizabeth noto en su semblante el deseo y dijo

— tal vez un abrazo mas me haga sentir mejor, quieres regalarme un abrazo Diego

El pequeño no lo pensó y se lanzo a los brazos de Elizabeth y se le escapo un sollozo porque se había asustado al ver la sangre de ella, a William se le encogió el corazón, sus hijos no eran cariñosos pero parecía que a Elizabeth la conocían de toda la vida. William mando llamar al medico y que llevaran las cosas de Elizabeth a su habitación, le indico a sus hijos que la ayudaran a llegar a su habitación la cual estaba frente a la de él, los niños con gran delicadeza la tomaron de las manos y la guiaron entonces el vio su espalda manchada de sangre, el vestido celeste que llevaba estaba oscurecido de la espalda por la sangre, experimento un sentimiento de furia contra el padre de ella y sintió que debía protegerla.


La InstitutrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora