— por favor, por favor
— ya pequeña ya, no voy a despedirte solo quiero hablar contigo
— por favor perdóneme...Conde
— William, dime William ven siéntate, me vas a decir porque ese joven dijo eso y porque lo dijo, no quiero meterme en tu vida pero me preocupa, te he notado cabizbaja cada vez que vas a tu casa y te encierras en tu cuarto cuando regresas ¿porque? Y ahora ese joven, ¿porque tú familia te trata? así no lo entiendo
Elizabeth no pudo más y explotó...
— mi familia me odia, me aborrecen, soy una asesina mate a mi madre, la mate y mi padre me odia por eso...El no soporta verme...Por eso... (Llora)
A William le dolió el corazón ver a esa joven desecha en llanto, el hizo que se apoyará en su pecho y la conforto, el le hablo a su oído.
— no eres una asesina, preciosa, mi tía me contó que tu madre murió cuando naciste, no fue tu culpa
— mi padre no cree eso
— el es un tonto, se a perdido el regalo de ser padre por un tonto rencor,no debes hacerle caso, dime por eso él te maltrata por eso te golpea
— William, me da vergüenza hablar de esas cosas, el me golpea porque yo tengo la culpa yo...
— Shhh, preciosa tu no eres culpable de nada el no debe golpearte no debe tocarte ni con el pétalo de una rosa tu no tienes la culpa grábate eso, dime cuándo comenzaste a trabajar aquí el té había lastimado mucho dime porque
— (suspiro), para el solo soy un negocio así que me vendió a...a Rembert, lo conoció hoy, mi padre se enfureció cuando di mi negativa al enlace y pues termino haciéndome todo ese daño.
William tomo por la barbilla el rostro de Elizabeth e hizo que lo viera a los ojos, paso sus dedos por la linea de su rostro, acariciándola suavemente, Elizabeth cerro los ojos ante tan delicado toque, William se perdió en el hermoso rostro que tenia frente a él, entonces en un arrebato unió sus labios con los de Elizabeth, primero en un dulce roce, Elizabeth se sobre salto y se separo de William enrojecida completamente, William sonrió ante esa imagen y la atrajo a el y le dijo en un susurro perdóname y la beso, un beso completo, lleno de pasión, Elizabrth se perdió en esas sensaciones, William profundizo el beso y con su lengua exploro la boca de Elizabeth, ambos gimieron ante la suabidad y la sensación que estaban experimentando, para Elizabeth era su primer beso y para William era el primer beso en el que sentía un vuelco en su estomago y un hormigueo en todo su cuerpo, entonces un ruido los sobresalto y se separaron inmediatamente.
Una mujer muy elegante y bonita entro al despacho y de forma desdeñosa dijo
— Vaya William, veo que traes a tus zorras a casa, es eso correcto para tus hijos
William vio como Elizabeth se hundía en el asiento por la vergüenza ante esas palabras y quiso abrazarla para protegerla— Elizabeth—dijo nada mas y ella se levanto con la cabeza baja dijo,— lo siento conde, con permiso— y salio corriendo de ahí, William la vio salir y quiso ir tras ella pero ahí estaba a una de las mujeres que tanto odiaba...su ex cuñada
— Que quieres Anastasia
— Cuñadito que simple eres
— No estoy de humor para tus comentarios estúpidos di lo que quieres y lárgate
— Quiero que mis sobrinos vayan conmigo a la finca de su madre
— Ellos no irán contigo ni a la esquina Anastasia, así que puedes irte
— (risa)...tengo derecho igual que tu, así que los quiero llevar a la finca, si no quieres que vayan solos ve tu con ellos
— Si claro, ¿que planeas?, meterte en mi cama otra vez, crees que esta vez lo lograras
— Eres un idiota William
— Vaya que vocabulario tan impropio para una...dama
— lleva a tu zorra si lo deseas, se me hace familiar no es la hija de Fredo Crow, (risa), es la hija cierto, no has escuchado la fama de esa niña bueno ni tan niña, las malas lenguas dicen que es una cualquiera que se esconde en su caparazón de niña buena y desvalida, dicen que finge que su papa la maltrata con tal de obtener favores, ay cuñado que iluso eres volviste a caer en las redes de una mujer (risa), vendré el viernes a traer a mis sobrinos así que nos vemos hasta entonces
William se quedo helado ante esas palabras, no pudo evitar no crearlas, se dijo así mismo que era un idiota por caer en las redes de las mujeres pero se dijo que no volvería a caer en la redes de Elizabeth Crow.
Elizabeth estaba en su cuarto con el corazón a mil por hora, se tocaba sus labios William la había besado y le había gustado mucho, su primer beso, estaba mal eso no era propio de alguien decente pero el la atraía mucho, pero se preguntaba que significaba ella para el, entonces las palabras de su padre llegaron a su mente, quien iba a amar a alguien tan simple como ella, no tenia gracia, no tenia brillo ni siquiera tenia una dote para provocar a los hombres por lo menos en el sentido económico, una lagrima recorrió por su mejilla, se dijo así misma que era una tonta por hacerse luciones, seguramente William esta viendo si podía hacerla su amante, ella había escuchado la fama de el, la fama de casanova. se levanto del piso cuando tocaron a su puerta, inmediatamente se puso nerviosa y si era él, se reprendió así misma
— ¿Quien?
— Somos nosotros Eli
— Ho Filip, Diego ¿sucede algo?
— has estado llorando Eli, que sucede mi papá te regaño muy fuerte, ¿fue por nuestra culpa?
— Ho no nada de eso, su padre no me ha regañado y menos por ustedes, solo son problemas personales
— El hombre malo te a golpeado de nuevo— Filip calla—dijo Diego
Elizabeth se puso helada ante esa revelación
— ¿Ustedes han visto cuando me han golpeado?
— Si—dijo Diego—Lo hemos visto
— ¿Le han dicho a su padre?
— Diego no me deja hablar, dice que es algo de adultos
— Diego tiene razón Filip, es algo de adultos, por favor no le digan si
— ¿Quien es ese hombre? Eli
— El es mi padre, pero no digan nada si por favor
— Si tu no quieres no diremos nada
— Lo prometen
— Si promesa de caballero
— Gracias pequeños y díganme a que venían
— Nuestro padre cumple años el jueves y queríamos darle una sorpresa, queríamos que tu y nosotros le hiciéramos un pastel
— Me encantaria ayudarlos y cuantos años cumple su padre
— Creo que 35 años, porque
— Para ponerle las velitas
—¿ Velitas?
— Si, donde crecí era tradición poner al pastel el numero de velitas según los años que cumpliera el festejado y así medir su fuerza al soplar, pedía un deseo y soplaba, si apagaba todas las velitas el deseo se cumpliría
— Vaya eso es divertido, si mi papa cumple 35 años
— Muy bien entonces lo haremos, aquí no venden velas pequeñas así que las haré yo, cuando pueda saldré a comprar los materiales
— Siiiiii
— Bueno niños es hora de ir a cenar, vayan a lavarse las manos y bajamos juntos.

ESTÁS LEYENDO
La Institutriz
Ficțiune istoricăUna mujer dañada pero llena de amor y bondad Un hombre herido por la infidelidad, viudo y con dos hijos como dicen del odio al amor solo hay un paso y Lord William lo comprobará con Elizabeth la hermosa institutriz de sus hijos.