A colmillos agarrotados

Alguien... ¿me busca?

Broma!!!! no hay lemon :), esperen... NO!!! con el cuchillo serafin no!!! XD.

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Despierto en mi cuarto, bueno si es que se puede llamar así a este lugar.

Aún me duele la cabeza y lo que es peor me punza.

Resignada salgo de la cama y me doy cuenta de que traigo una pillama blanca de seda.

Me estiro y me veo en el espejo de enfrente y ...

Por mi madre!

Mierda nunca he estado más desaliñada.

Camino hacia lo que creo es un baño y me meto.

Hay unas cuantas toallas y batas todas blancas y tomo unas.

Hay distintos tipos de shampoo y jabones al final optó por los que huelen a limón y lo exparso por la bañera (que previamente he llenado, no soy tan idiota) y me meto.

Siento como se relajan mis músculos tensos y por un momento me olvido de todo, del acuerdo, de mis amigos, y de lo más importante de que perderé mi humanidad si mensionar que no conozco ni siquiera a mi prometido.

Desearía que fuese más grande la bañera.

Así tal vez podría nadar placidamente aquí oliendo a limón.

Y olvidando lo malo.

Después de mucho rato en la bañera salgo y me envuelvo en la mullida toalla para secarme después la coloco sobre el pelo y me pongo la bata.

Salgo de el baño y encuentro un paquete rojo envuelto en un listón de seda blanco.

Lo abro y dentro hay un vestido de terciopelo rojo con cuello de botella y cae cubriendo mis talones lo acompañan zapatos de tacón a juego y una nota.

La tomo y la releeo 3 veces.

Dice:

Estimada Srta. Nala. me complace anunciarle que este regalo no es mío si no de otra persona que para usted es importante, no mencionare su nombre por petición de la misma la mujer la busca en el piso 3 pasillo 2 habitación 512.

Firma Dimetri Blackfield.

Me siento tentada a dejar a aquella persona plantada y dormir otro rato, más la curiosidad es fuerte.

¿Quién quiere verme?

Al final todos sabemos quién gana.

Salgo al pasillo con el vestido ya puesto y camino hasta el fondo del mismo, como la última vez que... bueno no es momento para eso.

Y ahora que lo pienso tampoco he visto a Dan hace un buen tiempo.

Me pregunto si el habrá sido quién me puso el pijama.

Tomo el elevador y me acerco para tomar la planta 3 y me doy cuenta de otra cosa me encuentro en la ¿¡Planta 20!? ¿¡pues cuántos pisos hay aquí!?

Después de soportar la estúpida música de fondo del elevador llegó al piso 3 y tomo el pasillo 2.

Me detengo en la puerta marcada con el número 512 y me detengo un segundo.

Entró antes de que el pánico me invada y...

¡Por Dios!

Está ahí sentada la mujer de cabello negro y ojos azules ahora reemplazados por unos rojo intenso

Quién me espera...

Es mi madre.

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Continuara...