Revelación

265 29 20
                                    

Ya era cerca del medio día y seguía con Osomatsu, lo veía ir de aquí a allá en la cocina como un experto

Sonrió

¿Por qué se le hacía tan natural mirarlo?

Sentía poco a poco la pereza invadir su cuerpo siendo algo raro ya que era alguien bastante enérgico, ofreció a ayudar más de un vez siendo rechazado por el otro alegando ser un invitado

El joven Osomatsu era bastante testarudo, cosa que le daba gracia y a la vez ternura, si, se sentía tan a gusto, como si fuese su lugar a su lado, si tan solo..

Pudiese... Quedarse así para siempre

¿Y por qué no?

Se sobresalto en ese momento, la voz en su cabeza no fue suya, giro la cabeza un par de veces disimuladamente, nada

-"Dios es mi fuerza, mi voluntad, mi deseo y mi salvador, aquellos nacidos en la oscuridad deberán temer y postrarse ante él, quien haya venido con planes encontrá de mi señor tan sólo encontrara su furia, se exterminado por la gloria de mi Dios" -

Susurro con sus ojos azules brillando por el poder de su oración, cualquier demonio que tratase de asechar ahora mismo debería de haberse quemado

-Ugh -

Ante sus ojos observó cómo Osomatsu se debilitó de repente cayendo al suelo

-¡¿Osomatsu san?! ¿Esta usted bien? -Con rapidez se situó a lado suyo ayudándolo a levantarse

-Si, si, jaja, lo siento, creo que me maree un poco, ya estoy viejo para estas cosas -Rio con algo de dificultad

La oración del joven padre lo tomo desprevenido, le hizo bastante daño pero no lo suficiente como para romper su cuerpo o mermar su apariencia, debía tener más cuidado

-Uhhh, si, creo que me he mareado, debió ser la estufa, nunca he soportado mucho estar cerca de ella por el calor -

-¡Oh, ya veo, debiste pedirme ayudar si sabía eso! -Riño el joven padre mientras hacía que el joven oji-rrojo se sentará el una silla, ah, pobre joven padre, no sabía que estaba con el mismísimo demonio

-Si, si, lo siento Karamachu~ -Sonrio el oji-rrojo mientras veía sonrojar al segundo extendiendo más su sonrisa

-Esta bien, yo vigilare la estufa, ya casi está listo, solo descansa Osomatsu san -Sonrio así el oji-azul mientras se movía ante la atenta mirada del contrario quien solo se relamia los labios

♤♤♤

Ya habían acabado de cenar y el joven Karamatsu ya se había ido hace un rato, el demonio de ojos rojos tan solo lo dejo irse esta vez, cayó sentado en el sillón individual de su sala mientras bufaba con rabia

-Vaya Oso, hace tiempo que no te veo tan, desubicado -Se burlaba una voz en su sala

No veía a la persona responsable pero comenzaba a molestarlo ese timbre de voz tan chillón

-Debiste tomarlo como tuyo cuando tuviste la oportunidad, oh, pero claro, ustedes siempre han sido unos ninis bastante cobardes -

-Cal2late perra -Gruño con molestia el demonio mientras dejaba que sus ojos se tornaran tan rojos como la misma sangre y sus cuernos salieran a la luz, sus garras aparecieron mientras se sentaba recto y cruzaba una pierna sobre la otra -Ya muestra te, Totoko-

-Jaja, tranquilo mi rey, no se sulfure, recuerda que tú aura es bastante temible, liberala más y Karamatsu no dudara en volver -

Y así la habitación se volvió aún más oscura apenas siendo las 7 de la tarde apenas ocultandose el sol, una mujer de cabellos castaños amarrados en un par de coletas bajas se presentó ante el demonio

El dolor de la perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora