Guerra divina

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Golpe tras golpe, el sonido de la puerta era como el romper una pared pero esta no cedería por la marca que el joven Karamatsu había puesto en ella

Tanto el ángel como el shinigami esperaban en silencio a que la pregunta del oji-dorada fuese respondida pero no fue así

En un segundo los golpes pararon

—Jyushimatsu, abre... Abre ahora mismo —

Eso confirmo las sospechas, era su hermano Choromatsu definitivamente

—Choro... ¡Choromatsu ni san! ¡Por favor retirate, no quiero pelear! —Hablo en singular, si podía protegería a Totty

El shinigami aterrado se encontraba detrás del ángel quien comenzaba a tomar la empuñadura de su espada

—Tú quizás no quieras, pero, ¿Y Todomatsu? —

Esa pregunta helo a ambos jóvenes quienes se vieron con miedo en los ojos

La puerta impedía la visión de lo que estaba dentro de la habitación, no podía saber que ambos estaban en un mismo lugar

Y una vez más los golpes en la puerta aparecieron pero esta vez la derribaron

Lo que ambos pares de ojos dorados y rosados vieron los dejaron más que de piedra

Su hermano mayor, el tercero de la familia, aquel muchacho preocupón y exagerado... Era irreconocible

Todomatsu chillo de miedo escondiéndose aún más detrás del quinto quien sacó su espada en posición de defensa por cualquier cosa

Era imposible que Choromatsu atravesará la barrera que uso Karamatsu, con esa apariencia nunca lo haría

Choromatsu

Aquel semi Dios

Ahora estaba podrido

Sus ropas blancas ahora eran grisáceas, rasgadas de las rodillas para abajo, sus brazos desde el codo hacia abajo eran parecidos a dos grandes patas de león pero en color negro y largas hasta la altura de sus rodillas

Las garras que salían de estas parecían cuchillos bien afilados, su piel era aún más gris, las venas de su cuello y piernas parecían ser que llevaban tinta en vez de sangre

La corona de olivo estaba marchita y cuarteada en sus hojas, aquellos ojos verdes ahora eran color verde bandera, no... Aún más oscuros, casi siendo negros

Su expresión era sería, parecía casi sin vida, y la parte blanca de sus ojos se oscureció aún más que su piel, aquella esencia divina que estaba en él simplemente ya no existía

—¿Y bien? ¿Saldrán de una vez o debo ir por ustedes? —Pregunto con monotonía mientras alzaba su "brazo" derecho mientras golpeaba el agujero de la puerta, más choco con la barrera sagrada de Karamatsu

—Tsk, aún sin él este aquí sigue siendo una molestia —Susurro pero aún así ambos alcanzaron a escucharlo perfectamente

—¿Estas orgulloso? —

Pregunto una voz atrayendo la atención del Dios caído sorprendiendo se de que fuese Todomatsu quien salia detrás de la espalda de Jyushimatsu

El semi Dios contaminado no respondió, tan solo se quedó en silencio mientras sus ojos se centraban en su hermano menor quien parecía que estaba comenzando a superar el terror que le había infundado anteriormente

—¡¿ESTAS SORDO?! ¡TE DIJE QUE SI ESTAS ORGULLOSO! —Grito ahora el menor sorprendiendo hasta el ángel que no soltaba su espada, en cambio la sostenía con aún más fuerza mirando con cautela al de ojos verdes

El dolor de la perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora