Sellado ↔ MYG ff. ✔️(resubiendo)

⚡20⚡

Nunca había percibido un afán tan extremo por gritar como justo el que siento ahora, en especial porque no podía. Sentía que mi garganta me imploraba que le permitiese descargar tal deseo, pero por mucho que lo intentara, era imposible.

No podía abrir los ojos, no podía moverme, sentía un abrumador peso sobre mi cuerpo a pesar de que no me sentía del todo consciente, es como si me hallara en el medio de ambas dimensiones luchando por dar un paso hasta apartarme de ese borde y entrar bien sea en la realidad o en la inconsciencia.

Por esa razón quería gritar, porque necesitaba entrar a la realidad por más carente de paz estuviese, porque era el lugar donde debía estar. No obstante, las energías desconocidas que me estaban impidiendo volver a donde pertenecía poseían una ventaja abismal, seguía sin poder moverme como tanto lo anhelaba, sin poder abrir los ojos y observar donde sea que estuviese, sin poder gritar a los cuatro vientos como desde que alcancé este estado he querido.

Pero estaba viva, de eso estaba más que segura.

En especial porque había algo que podía sentir con seguridad.

Había alguien, mejor dicho.

Él estaba aquí, conmigo. Lo escuchaba, estaba escuchándolo sollozar de una forma casi imperceptible, silenciosa, queda, las ansias por gritar no menguaban en lo más mínimo, y cuando recordé qué era lo que estaba sucediendo, acrecentaron.

Poco a poco tanto los recuerdos como las percepciones físicas comenzaron a hacerse presente, después de haber escuchado a Yoongi llorar a mi lado, empecé a sentir el fuerte aroma a alcohol y lejia que enseguida atribuia a los hospitales, una luz incandescente colarse por la sutil abertura que han logrado mis parpados para permitirme ver y lo peor llegó después.

El primer movimiento que hice se sintió como estar siendo golpeada repetidas veces en mis extremidades por un tubo de hierro, mi garganta seguía sin permitirme gritar por mucho que los dolores en mi cuerpo estaban escociéndome, la presión que me causaba lo que aparentemente era un collarin rodear el área me lo prohibía, cualquier cosa que hiciera significaba percibir un malestar tan abismal que las lagrimas no tardaron en aparecer aun cuando ni siquiera había logrado abrir los ojos por completo. Tenia miedo, miedo a lo que pudiera presenciar si permitía que mi vista observara algo que me dañaría más de lo que ya estaba.

Seguía sintiéndome pesada, no podía hacer absolutamente nada más que pensar y aquello estaba resultando más autodestructivo que cualquier otra cosa, estaba arrepintiéndome de haber vuelto a esta realidad, pensando en si fue mejor haber permitido que las energías me arrastraran hacia el otro lado, hacia la otra dimensión, tal vez allí no hubiese tenido que ser recibida por el cumulo de dolencias que mi cuerpo y mente presentan.

Respiré profundo a través de la mascarilla como una forma de tratar de calmar lo que sentía, sin embargo, el simple movimiento que provocó aquella acción se sintió como una tortura en las áreas más afectadas de mi cuerpo, mis costillas, mi brazo izquierdo e incluso una de mis piernas. Ya entendía por qué sentía tanto peso sobre mí, noté que estaba cubierta tanto de vendas como de escayolas en aquellas partes aun cuando no podía verlas porque mi subconsciente seguía sin dignarse a permitirle a mis ojos abrirse en su totalidad.

No hacía falta verme en un espejo para saber que aquel accidente había sido aparatoso, me sorprendía seguir viva, me sorprendía el solo hecho de haber sido lo suficientemente fuerte físicamente para sobrevivir a tal acontecimiento. ¿Qué más podía soportar? ¿Qué otro tipo de castigo iba a ser el deceso que acabará conmigo? ¿Cuánto más iba a tener que aguantar? No podía discernir si todo esto era ser afortunada o desdichada por la misma razón ¿Se suponía que debía agradecerle a la vida misma por permitirme seguir en ella? ¿O debía detestarla por los fatídicos castigos que me hacía vivir?