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Habían pasado dos días desde que me reencontré con Yoongi.

Y desde entonces, no recordaba hacerme sentido tan tranquila desde hace tanto tiempo como me estoy sintiendo ahora.

Llegaba incluso a ser sorpresivo el nivel al que mi calma logró rozar al momento de caer en cuenta que Yoongi estaba bien. Estaba sano. Estaba cada día mejorando más. Se notaba el progreso a leguas, se podía percibir con claridad y naturalidad como esos meses en los que estuvimos separados mientras él se enfocaba en su bienestar emocional funcionaron de la manera más satisfactoria de todas.

Era increíble la forma en la que mis emociones dieron ese giro tan drástico en tan poco tiempo, y en parte, entendía que fuese así de repentino todo, la culpa de mi considerable decaimiento se debía en su totalidad a la ignorancia que experimenté sobre el paradero y la estabilidad de él, ahora que pude darme cuenta que la preocupación estaba demás, el giro de ciento ochenta grados que mis sentimientos lograron fue más que evidente.

Me maravillaba a la par que sorprendía verlo actuar con tanta soltura, no había ni siquiera titubeado al momento de pedirme que viniera con él a acompañarle a un sitio que significaba mucho para él. A diferencia de la colina, que había sido yo quien se la había presentado como mi lugar sagrado, él tenía la intención de hacer lo mismo con el sitio que para él, resguarda un valor sentimental colosal.

Era la primera vez que pisaba un cuarto de revelado de fotografías, la experiencia en sí es maravillosamente interesante, había tanto por ver y descubrir en un sitio que parecía más bien tener poco que mostrar que me sorprendía la cantidad de elementos notables que llamaban mi atención cada que daba un pequeño paso. Si bien, el aura y la energía del ambiente se veía embriagado por una especie de vibra taciturna que atribuyo en su totalidad al matiz rojo intenso que irradiaban los focos, el resto de la habitación, las fotos por revelar guindadas en una cuerda que atravesaba aquellos paneles con agua, rollos fotográficos por doquier y esa expresión tan brillante en el rostro de Yoongi, era lo que más me atraía de estar aquí.

Era demasiado notorio el cambio que ha atravesado desde entonces, no recordaba verlo tan avispado como ahora, se me hacía sorprendente que esa forma de actuar tan reservada, inexpresiva y sombría que solía caracterizarlo cuando lo conocí parecía haber sido enterrada y deshecha gracias a este considerable cambio. Si bien, siempre he sido alguien que le teme a los cambios, en especial cuando son así de drásticos, demasiados he experimentado a lo largo de mi vida que me han generado ese recelo tan inevitable que cada vez que atravesaba alguno, nunca me esperaba algo positivo. No obstante, este parece ser la excepción.

El cambio que atravesó Yoongi solo me ha generado una perspectiva maravillosamente positiva en todo lo que hemos vivido juntos.

Quería llorar, varias veces he estado a punto de hacerlo mientras lo observaba hablarme, signarme, expresarse, actuar, todo aquello de una forma tan brillante que ese llanto solo tenía connotaciones positivas. Quería llorar de la felicidad. Quería llorar porque hace tiempo que no me sentía tan a gusto.

Sin embargo, lo he mantenido al margen. He llorado tanto en los últimos meses que aún cuando está vez, era por una buena razón, derramar lágrimas para mí solo me hacía recordar malos momentos, además, no quería tampoco ofrecerle una escena tal, quería que me viera lo más vibrante posible para disfrazar el hecho de que mis lesiones aun me tienen mal emocionalmente hablando, solo quería transmitirle mi versión positiva tal y como él lo está haciendo conmigo.

Sellado ↔ MYG ff. ✔️(resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora