Capítulo 2: De Hombres y Deidades Parte 1

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Nunca me había sentido tan alegre por ver el sol, después de aquel extraño sueño que tuve, me sentía, diferente, recordé con nitidez como al intentar sentir mi piel,  me encontré con esa materia plastificada, inorgánica.

Pero todo eso ya estaba lejos, había sido solo un sueño, un juego dentro de mi cabeza. Era sábado según recordaba, no tendría que ir a la fabrica, tomaría un café e iría a pasear cerca de los canales, eso necesitaba, relajarme y despejarme por un rato.

Hice todo como lo tenía planeado, salí de mi casa y sentí en los pulmones el abrasador calor veraniego, camine hacia los canales y note que marchaba solo por las calles, debían de ser más de las 10:00 AM y normalmente este día a estas horas, las risas de los niños inundaban cada rincón de la ciudad, mientras que familias enteras salían a dar un paseo ¿Dónde estaba todo el mundo? Después de lo ocurrido la noche anterior ya  no confiaba en nada.

Seguí mi marcha sintiendo la brisa de los canales, que aliviaban un poco el abrasador calor que se palpaba en el aire, fue entonces que divise un hombre, era joven, no más de 20 años, caminaba erguido y con una confianza notable, portaba con elegancia un traje completo de una calidad destacable. Este notable hombre se acercaba a mí y justo cuando iba a pasar por mi constado sentí una mano posarse, firme y rígida, me vi obligado a voltear, me encontré frente a frente con el rostro del hombre, lucía un bigote fino, un barba de algunos días, sus ojos eran tan obscuros que parecían una noche sin estrellas, pero al verlos notaba algo más; como si en su interior un fuego bailara y por último tenía una sonrisa sarcástica dibujada en el rostro.

-Mi buen hombre, ¿Eiden, no? ¿O acaso me equivoco? Si le soy honesto, dudo de esto último- Su voz tenía un tono de superioridad, como si este supiera algo que yo sabía no.

-Ese es mi nombre, está usted en lo cierto- Otra vez, otro sueño, probablemente nunca desperté, era una de esas ilusiones de su mente, aun así decidió continuar con esta falsa - ¿Usted es...?-

-Oh mi buen amigo, yo soy y he sido muchas cosas, ángel y demonio, muerte, engendro o monstruo- todas estas palabras salían de la boca del hombre con una fluidez casi increíble, como un discurso, como si lo hubiese practicado- acerca de mi nombre, bueno también tengo en mi haber una variedad muy diversa , Diablo me llaman algunos, Satanás las madres intentado asustar a sus hijos, Luzbel o Belzebú , llámeme como guste-

Entonces fue cuando lo entendió, no importa si este "hombre" era real o solo un producto de su imaginación, este ser, era el Diablo, era Lucifer, el primer ángel caído, el que desafío a Dios, el que había traído el pecado al hombre.

Guardé silencio, no sabía que decir, ahora veía al hombre de forma diferente, sentía miedo, terror, creció escuchando historias de él y ahora lo tenía frente a sus ojos. 

-No tenga miedo de mí, parece lo suficientemente listo para saber que esto, no es real,  es solo un estúpido sueño, aunque no uno como los que los hombres acostumbran a tener. Déjeme contarle un secreto, todo lo que los hombres cuenta de mí, es una mentira ¿Crees que un ser como yo perdería el tiempo con criaturas como ustedes? No. Yo no hice malo al hombre, no lo volví cruel ni lo corrompí, le di una opción y ellos tomaron la decisión, porque si no te has dado cuenta el hombre es malo por naturaleza, crea para destruir, es egoísta y cruel, celoso y avaricioso, no los culpo es parte de lo que son, un error, un intento del Creador por marcar el mundo cuando nosotros ya no fuimos suficiente- Su voz ahora tenía una pizca de ira, de recelo.

-Pero las Escrituras dicen otra cos...- comencé a decir, sin embargo fui interrumpido abruptamente

-¡Piense de una vez! – rugió Lucifer, pero este rápidamente recobro la compostura- Las Escrituras, fueron hechas por hombres para hombres, hombres cobardes que preferían culpar a alguien más antes de aceptar la verdad, su verdad, antes de aceptar que son ellos los verdaderos demonios, antes de aceptar su naturaleza-

Las palabras de demonio sonaban tan ciertas, tan verdaderas y seguras que la duda se clavo como una espina en su cerebro, comenzó a pensar, tal vez tenía razón, tal vez el hombre era cruel, malo, tal vez...

"NO" pensó, el no era malo, el no era cruel y el era un hombre, si bien todos cometían alguna vez una equivocación, eso no significaba que la humanidad fuera lo que esta serpiente decía que era.

-Los hombres son sabios, honestos y bondadosos, los hombres que escribieron las escrituras eran lo suficientemente listos para saber que ninguna persona debería confiar en ti-

-¿Eso es lo que cree? Déjeme mostrarle algo- Su voz se torno rígida, dura y seca

Las calles que tan bien conocía comenzaron a desaparecer, y bajo sus pies se formo la imagen de una hermosa colina, esta estaba salpicada de unas rusticas cabañas, eran varias y con techos de paja, había una gran variedad de personas, desde hombres fuertes y mujeres jóvenes hasta niños y ancianos, parecía que toda estar en calma. Por un momento se olvido de quien lo acompañaba, mientras admiraba la aldea que se alzaba a sus pies, pero un sonido, un grito gutural le recordó todo.

Desde los arbustos un grupo de hombres emergió, armados con lanzas y cuchillos de piedra, se abalanzaron sobre la pacifica aldea, en minutos que parecieron horas se formaron ríos de sangre, los invasores empezaron a saquear todo.

-¿Ahora lo ve? – los ojos del diablo no se apartaban de la masacre – la guerra es necesaria, la sangre, la muerte, todas necesarias. Vea los rostros de los guerreros, sienten euforia y con razones, hoy sus familias comerán como reyes, aunque el termino no exista, desde hoy los recursos del lugar son solo para ellos, desde hoy esos hombres son los dueños de la colina-

No quería y no iba admitirlo, pero lo veía, podía ver como no solo la sangre cubría el rostro de los invasores, también la dicha.

-Durante la historia de los hombres, la guerra a jugado un papel clave en el desarrollo de la humanidad. En tiempos de guerra la ciencia avanza, en tiempos de guerra la población disminuye; la guerra es una de las maquinas que impulsa a la sociedad, y ambos sabemos lo que una guerra conlleva, una guerra trae ríos de fuego y pozos de sangre; enfermedad, peste y muerte, se vuelven parte del lenguaje de día a día; las planicies verdes se tiñen de rojo y se cubren de cuerpos. Y una vez que la guerra termina los hombres victoriosos festejan fiestas... ¡Ya lo ves! Puedo verlo en tu mirada, no trates de mentirme, tú entiendes mis palabras, resuenan en tu cabeza y poco a poco cobran sentido-

Mientras el diablo hablaba, la colina desapareció e imágenes de otras guerras pasaban antes sus ojos. Vio ejércitos montados a caballo con espadas y lanzas, hombres con armadura y espada, bayonetas y rifles, armas que nunca había visto en su vida largas y disparando muerte de metal a gran velocidad mientras cuervos de hierro surcaban él cielo y al final, vio un gran óvalo negro caer del cielo, más imponente que un trueno mientras un millón de voces gritaban por auxilio.

Después la guerra se transformó en hombres torturando a otros, primero con madera y hierro hasta pasar a la electricidad, sus oídos se llenaban de sollozos y gritos de dolor. Vio a hombres matar a hombres, vio niños morir de hambre mientras hombres de monóculo y sombrero comían sin parar. Veía mujeres, niño y hombres sufrir.

Estaba paralizado, mi cuerpo estaba débil y las lagrimas de dolor recorrían mis mejillas, había sido demasiado. Pero aún así ese diablo seguía hablando.

-Y no es solo la guerra, los otros pecados atribuidos a mi o mis heraldos, la lujuria, la ira, la gula, la pereza y todos los demás, son parte de la naturaleza del hombre, son parte de ti y de todos tus hermanos, los tienen implícitos en su alma esperando el momento de ser despertados-

-Yo...yo...- No podía articular ninguna palabra, era sentía como si una parte de mi alma hubiera sido arrancada.

Y de pronto se encontraba en los canales de su ciudad, arrodillado ante ese monstruoso ser.

-Me retiro amigo mío, pronto Él vendrá, no le gusta verme revelar la verdad- se dio la vuelta y añadió – Recuerde lo que hoy le enseñe, recuerde mi lección y recuerde la verdad; la única maldad del mundo reside en el alma de los hombres-

Sueños Del Alma De Un Hombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora