Capítulo 9: Felicidad Eterna

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El teatro griego en el que me encontraba estaba en perfecto estado, aún así  yo la única persona ahí, me encontraba en una de las filas más cercanas al  escenario. El sol estaba sobre mí, era un día muy caluroso con un cielo despejado y claro pero su esto era un agradable cambio después de todas las noches que había vivido en mis sueños.

Más pronto que tarde, mientras mis ojos recorrían el rústico teatro de lado a lado, un hombre salió al escenario, portaba una túnica larga y blanca que iba desde sus hombros a sus tobillos, era alto pero no podía apreciar mucho más ya que su cara estaba cubierta por una máscara de rostro alegre, era dorada con detalles negros, a la luz del sol parecía brillar tanto como el oro.

"Si tan solo mil de mis sonrisas,

Pudieran disuadir tu llanto

Oh si tan solo mis risas

Pudieran calmar tu agonía

Si tan solo mi alegría

Curara tu tristeza

Si todo esto fuera cierto

Yo lo haría sin pensar

Le sonreiría a las lágrimas

Le enseñaría a la agonía a reír

Y tu tristeza nunca sería tan feliz"

El hombre había recitado las estrofas con una bella y melodiosa voz que había llenado el teatro de vida. A pesar de la  simplicidad de las palabras estas tenían un sentimiento implícito que aun retumbaba en mis oídos, me habían recordado las tardes con mis amigos, las largas conversaciones con Elisa, los domingos que mis hermanos y yo pasábamos en casa de nuestros padres. Había recordado las veces que en el medio de un mal momento alguien me había hecho sonreír, recuerdos tan viejos y tan nuevos, los sentí cerca de una forma muy hermosa.

Pero de pronto la máscara del hombre cambió, se volvió negra con pequeñas marcas de un dorado apagado, a diferencia de la otra máscara esta parecía absorber el sol en lugar de reflejarlo y en esta máscara un rostro triste era lo que representaba. Después de este drástico cambio comenzó a recitar.

"Las lágrimas de fuego

Que recorren tu cuerpo

Te hacen sufrir, te hacen gritar

Pero tu no ves la realidad

Te vuelven fuerte, te vuelven grande

¿Qué sería del día sin la noche?

Solo un brillo en el cielo

¿Qué sería de la risa sin el llanto?

Solo una cortesía

La tristeza nos hace felices, aunque no nos demos cuenta"

A pesar de ser el mismo hombre su voz había cambiado, era más difícil de entender, no tan dulce ni alegre, pero era fuerte e inversiva, estuve tan concentrado que no me di cuenta que a mi alrededor había anochecido.

-Ven buen hombre, vamos a charlar- La voz seguía siendo la misma de la del segundo poema.

Baje lentamente los escalones del teatro, mientras que la luna iluminaba cada uno de mis pasos, el teatro a pesar de carecer de iluminación propia brillaba de manera única. Cuando llegue al escenario vi como el teatro se alzaba imponente sombre mí, el hombre con la máscara triste me observaba atentamente, sin embargo yo no sabía que decir.

-¿De qué lado estas? ¿La tristeza? – su cara regreso a ser la máscara alegre – ¿O felicidad?-

-¿Es que solo hay un lado?- nada solo tiene un lado, no todo es bien o mal.

-¿Eso es lo que tu crees?¿Que no hay lados?-

-Creo que no, creo que todo es una combinación de un poco de cada parte, bien y mal, felicidad y tristeza, negro y blanco-

-Palabras muy sabias. Y dime ¿Qué pensaste de mis poemas?-

-Creo...creo que tus poemas tenían la respuesta, es parte de lo que yo decía, todos los humanos anhelamos un mundo lleno de alegría, de felicidad, queremos que las sonrisas iluminen la noche, queremos un mundo donde la tristeza solo sea una palabra y no una realidad, pero la verdad es que no solo no es posible, si no que no nos damos cuenta que la tristeza es necesaria,  la tristeza no nos enseña que es la felicidad pero si nos enseña su valor-

-Crees tener mucha sabiduría, tal vez así lo sea, pero todavía tienes que aprender, por ejemplo cuando vas a mudarte a un lugar nuevo sientes tristeza pero no ves lo grande que tu futuro va a ser, no es solo que la tristeza nos ayuda a entender la felicidad, si no que nos impulsa a ella, haciendo sacrificios- el rostro del hombre volvió a ser triste – Y la felicidad es más fuerte cuando salimos de un momento triste, tenemos que tener ambas no solo porque una depende de la otra, sino también porque una impulsa a la otra y sobre todo porque ambas nos hacen humanos –

-Creo que nunca había visto a la tristeza de esa forma, normalmente los humanos repelemos todo sentimiento "negativo" o triste-

-Exactamente y este es su error. Niega si puedes que los humanos ocultan quienes son, usan máscaras para fingir que son felices cuando agonizan por dentro, en lugar de abrazar a la tristeza y aprender de ella la ocultan bajo sonrisas vacías, tú mismo lo viste en la Ciudad de Las Luces ¿No es así? La gente se veía miserable pero aún así reía, sonrisas falsas y palabras huecas-

-Creo que los hombres tienen miedo, tenemos miedo, de ser débiles, de mostrar que algo nos puede lastimar- esta conversación por algún motivo me causaba angustia y más aún hablar con un hombre sin rostro alguno – usamos las máscaras porque detrás de ellas nos sentimos seguros, creemos que nadie ve a través de ellas y probablemente sea cierto-

-En eso tienes razón casi nadie lo hace, eso ya lo habías aprendido antes, casi es hora de que te vayas pero recuerda, la tristeza puede abrir más caminos de lo que creemos, puede ser útil no la ocultes en una máscara, de hecho nunca deberías de ocultar nada en una máscara – el rostro volvió a ser feliz- Aprende y recuerda, y cuando despiertes, enseña, enseña a los hombre lo que te hemos enseñado y aprenderás todavía más-

De pronto pareció que la luna se apago, dejando todo el teatro a obscuras, el hombre desapareció junto con ella dejándome solo una vez más, luego después de unos segundos la noche me engulló.


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