Unas gotas frías cayendo sobre mi cabeza, eso fue lo que me despertó, abrí los ojos de forma abrupta por lo frío del agua, aún así solo veía obscuridad. Un olor de humedad invadió mis fosas nasales, me puse de pie y camine con las manos al frente, buscado alguna pared, tras dar algunos pasos mis manos encontraron una superficie dura, dura y mojada. Recorrí aquella pared, hasta encontrarme con la esquina, así sucesivamente hasta que encontré en la cuarta pared la puerta y con un poco esfuerzo la abrí.
Mis ojos se deslumbraron con una luz muy fuerte, cuando fui capaz de abrirlos observe la sala en la que me encontraba. No había nada, no había nadie, no había muebles, ni televisor, ni radio, estaba completamente vacío; las paredes, el piso y el techo estaban pintados de un blanco que por sí solo ya brillaba, era una habitación pulcra y perfecta.
-Muchas personas creen que el amor es el combustible del mundo, otras creen que es dinero, o la voluntad, tal vez el conocimiento, la ciencia- una voz había llenado la sala, era una voz de un hombre, gruesa y difícil de entender- Todos ellos se equivocan, es el miedo. El miedo es verdadero combustible, todo se genera a partir de el, la fuente de la valentía, de la voluntad, del amor. Quien tiene miedo a morir, pelea, quien tiene a ser mediocre, progresa, quien tiene miedo a la soledad, ama- hizo una pausa y me preguntó -¿Qué crees tú que mueve al mundo?-
Reflexione mi respuesta, ¿El miedo? Las palabras del hombre tenían algo de razón pero aun así, creer que el miedo era lo que movía a los hombres era una idea que no compartía, ¿Dinero? Solo tiene valor porque así lo queremos ¿Conocimiento? El conocimiento nos da progreso, nos enseñaba a escuchar y entender pero sin algo más el conocimiento podía ser reducido a palabras en un libro ¿Voluntad? Era cierto que un hombre lleno de voluntad recorrería el mundo si así lo deseaba, pero ¿moverlo? No lo creo. El amor, el amor nos hacia compasivos y sentimentales, por amor un hombre conquistaría el mundo, por amor un hombre mataría, por amor un hombre haría cualquier cosa. El amor nos hace más humanos
-Amor- contesté
-Me decepcionas Eiden, después de lo que te han mostraron, de lo que Él quería mostrarte, de lo que Satanás te mostró, esperaba más de ti, pensé que eras más listo pero ahora que veo que no. Tendrás que aprender el poder del miedo-
Cuando terminó de hablar, todo se obscureció, sin la voz de aquel hombre y la habitación sin luz alguna, podría apostar que está tenía un aspecto siniestro, a pesar de todo logré mantener la calma "Solo es un sueño" recordé.
Pensé en lo que el hombre había dicho "¿Qué es a lo que más temes?" se preguntó a sí mismo, casi de inmediato se respondió "Las ratas" Y entonces recordó con amargura aquella noche.
Era tarde, su padre había prometido leerle una historia antes de dormir, recuerdo que mientras me metía en la cama esperaba que mi padre me contara sobre algún gran Rey, o un valiente caballero, tal vez sobre un inventor o un científico, la sola idea de pensarlo me emocionaba. Cuando mi padre por fin llego a la habitación traía consigo un gran libro negro, lo reconocía de alguno de los estantes de la pequeña biblioteca de mi padre pero no recordaba su nombre.
-¿Listo para una historia?-
-Siempre-
-Muy bien. Corría el siglo XIV...-
Su padre le contó sobre la Peste Negra, una pandemia que azoto Europa, Asia y parte de África, uno de los eventos más terribles que han acechado a la humanidad, sin embargo lo único que se grabo en su cabeza de niño fueron las ratas, esos roedores asquerosos portadores de pulgas, las ratas negras como la noche fueron las causantes de eso y nunca lo olvide. Cuando mi padre terminó y se retiró a dormir pensaba en las ratas como pequeñas bestias ocultas bajo nuestros pies.
Esa misma noche escuche un chillido, abrí los ojos, sabía lo que era, busque a la rata con la mirada y para mi mala suerte, la encontré. Unos ojos pequeños, rojos tan brillantes como un rubí me observaban, les sostuve la mirada unos segundos pero después un par más aparecieron, uno tras otro la pared frente a mí se llenaba de pequeños ojos, todos mirándome. Con un fuerte chillido las ratas corrieron hacía mi, subieron a mi cama y luego sobre mí, las ratas me cubrían por completo, comenzaron a morderme, a correr por mi cuerpo, querían acabar conmigo.
Desperté cubierto de sudor, con fiebre y entre gritos y llantos. Mi padre decía que había sido solo una pesadilla, bueno para mí no lo fue. Algunas veces volvía a tener esa pesadilla, despertaba sudado y titiritando cada vez.
Mientras todo esto pasaba por mi mente, una luz se encendió en la habitación, bajo esta había una puerta. Camine hacia ella y entre, ahora había frente a mí un pasillo lleno de pantallas.
-Ven y te mostraré el poder del miedo- dijo una vez más la voz
Camine por el pasillo y me detuve ante la primera pantalla.
-Observa- en la pantalla había imágenes de esclavos negros, estaban siendo azotados por un hombre blanco - ¿Sabes que mantenía vivos a estos hombres? El miedo a su amo, si ellos se revelaran su amo no dudaría en matarlos a todos y simplemente conseguir más –
-Pero si todos ellos se unieran, serían una fuerza mayor, podrían ser libres-
-¿Libres? ¡JA! Ningún hombre es libre, solo le gusta creer que lo es- hizo una pausa y continuo- Aunque lo hicieran, los primeros hombres en amotinarse morirían, los cementerios están llenos de valientes-
-Pero los demás...-
-Está bien, no me crees aún. Sigue, observa todas las pantallas y hablaremos después-
Continué como el hombre me lo pidió, en la segunda pantalla había una pequeña secuencia en la que un hombre huía por un bosque, se escondía entre los arbustos y volvía a correr al final se leía una cita "INSTINTO DE SUPERVIVENCIA". En la tercera pantalla había hombres con una estrella en el hombro, "Segunda Guerra" pensé, estaban en un campo de concentración trabajando en una fábrica, su sufrimiento se veía en el rostro, en esta pantalla la cita era "EL MIEDO TE MANTIENE VIVO". La cuarta se observaba a un médico, estaba frustrado con frascos tirados por doquier, caminaba a otra habitación y se arrodillaba ante la cama de un niño enfermo, le susurraba algo y regresaba al laboratorio, cuando tenía una mezcla nueva se a daba al pequeño "EL MIEDO ES EL CAMINO AL PROGRESO".
Había llegado al final del pasillo y por ende al final de las pantallas, solo había una puerta de madera así que entre.
Estaba otra vez en la sala blanca, o tal vez era otra sala pero era igual de pulcra que la anterior, la única diferencia que note fue una silla que en el medio de la habitación, camine hacía ella y me senté.
-¿Ya lo entiendes Eiden?-
-Veo lo que intentas mostrarme, veo el miedo de otra forma ahora, pero aún así no creo que el miedo sea la fuerza mayor detrás del mundo-
El rugido que el hombre soltó por poco me revienta un tímpano.
-¡No entiendes nada!-
-Creo que el que no entiende aquí eres tú, déjame explicarte. El miedo te haría matar a un hombre, pero la ira también, el miedo te haría progresar pero si el hombre le hubiera tenido miedo al fuego ¿Cómo lo habría domado? El miedo es una herramienta de supervivencia pero no una manera de vivir-
-No veo la diferencia, sobrevivir y vivir, ambas consisten en respirar-
-Ahí está tu error, sobrevivir es como tu dices mantenerse respirando, sin embargo vivir es diferente, hace poco aprendí que la vida es lo que tú quieres que sea, es poder salir con una bella dama, ir a un parque con tu familia, visitar un amigo, poder ser quien quieras ser donde quieras serlo-
-¡Tonterías!-
-El miedo- dije con la voz más calmada que pude – es parte de nosotros, nos ayuda a mantenernos vivos, pero no más que el amor, no más que la voluntad, no más que el conocimiento. Cada parte da su aporte, cada pequeño detalle nos vuelve humanos, porque un hombre sin miedo no es más monstruo que un hombre sin amor-
-No sabes lo que dices-
-Al contrario, estoy seguro- creo que esta vez no estaba aquí para aprender nada, estaba aquí para enseñar algo- me voy, espero que reflexiones mis palabras-
Cerré los ojos y la habitación blanca de pronto parecía estar muy muy lejos.
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Sueños Del Alma De Un Hombre
Cerita PendekUna hisotoria de un hombre, que, mediante sueños entendera a su forma la naturaleza humana y los problemas que la aquejan