Capítulo 10: Lazos

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Desperté en mi cama, empapado en sudor, la luz de las estrellas entraba por la ventana, era una noche despejada. Me levanté a la concina por un vaso con agua, por fin había despertado por fin estaba lejos de esa...¿Pesadilla? El agua fría recorriendo mi garganta me ayudo a refrescarme y me llevo a pensar que era cierto, que había despertado, que estaba en mi hogar, que vería a todos de nuevo.

-Los sueños no se acaban, ni si quiera cuando estas despierto-

La voz que habló estaba a mis espaldas y me hizo dar un pequeño brinco, al voltear me encontré con un hombre, un hombre traslucido, sin rostro, sin cuerpo, era solo una silueta indefinida de alguien.

-¿Quién eres?- le pregunté a la entidad

-Oh, yo no soy nadie, soy solo un rastro, un algo de otra cosa-

-Bueno tú sabes quién soy y ambos sabemos que estoy aquí para algo, muéstrame-

-No tendrías que ser tan impaciente, te quedan un par de lecciones más antes de despertar, pero si así lo quieres hacer, está bien te mostraré-

El hombre caminó hacia la sala donde solía observar la chimenea con Elisa durante las noches del frío invierno, yo iba a sus espaldas.

-Los hombres viven y mueren, nacen y crecen, crean y destruyen, los hombres viven en sociedad, viven con su especie y crea cosas, cosas que los acompañan en su mente, en su alma, algo fuerte, algo frágil ¿Sabes de que hablo?-

Algo fuerte pero frágil, en nuestras mentes y en nuestras almas...

-No lo sé-

-Lazos-

-¿Lazos? ¿De qué hablas?-

-Piénsalo, desde antes de nacer estas conectado a algunas personas, a tu padre y a tu madre, tal vez a un hermano, después creces y conocer personas, haces amigos o parejas, para iniciar el ciclo otra vez siendo tu un padre- el hombre tenía una voz ligera que parecía ir con el aire – te conectas a personas, las conoces y las olvidas, algunas permaneces otras se van para siempre-

-Entonces los lazos nos unen a las personas eso lo entiendo, pero no entiendo su importancia, conocemos a centenares de personas en toda nuestra vida-

-Entonces no entiendes nada, porque no con todas las personas formas lazos y aunque así lo fuera, ningún lazo es igual a otro-

De pronto mi casa despareció, estaba flotando sobre el centro de una ciudad, había miles de personas ahí, caminado, riendo, charlando, pero, al observar bien lo vi, todas ellas estaban conectadas por pequeños hilos de luz, los lazos. Todos diferentes, todos...vivos.

-Todo el mundo tiene lazos- comenzaba a comprender que era lo que tenía que aprender

-Todo el mundo tiene lazos, hay lazos con los que naces y lazos que creas, pero sin importar cual sea todos los lazos se quiebran- guardo silencio por un momento y continuó- Hay lazos que amas, que cuidas, que haces más fuerte, pero al final todos los lazos son tan frágiles como el hielo-

-Pero si los cuidas, ¿No deberían de resistir más?-

-A veces si otras no, algunas veces hay lazos que resisten tormentas, que perduran hasta el final, hay lazos en cambio que solo necesitan unas palabras para desaparecer-

-Los hombre vivimos de nuestros lazos ¿No es así? –El hombre asintió- No hacen más fuertes y más débiles, ahora entiendo-

El paisaje volvió a cambiar volvimos a la casa, a la chimenea donde habíamos partido.

-Cada lazo te da una fortaleza, un amigo, un aliado, te ayuda a crecer y a entender más pero también te da una debilidad, unos oídos que escuchan, unos ojos que ven y unos labios que hablan, un solo lazo puede destruir muchos más- las palabras del fantasma eran ventas que traían luz a mi mente -¿Qué pasa cuando un lazo se rompe?-

-Desaparece-

-Un error más- el hombre estaba tranquilo, la falta de rostro le ayudaba a no denotar sentimiento alguno –cada vez que un lazo se rompe, deja un rastro, un rastro de lo que fue y de lo que nunca será-

-Pero en algún momento desaparece ¿no? Deja de existir, las personas cambian, dejan atrás lo que fueron para buscar lo que serán-

-Es casi correcto lo que dices. Las personas cambian, si, pero nunca dejas atrás quien eres, te sigue, te enseña y te guía, y los lazos son parte de esta guía. Mientras más fuerte es un lazo, más fuerte es su rastro y más tiempo te sigue, te acosa como un fantasma-

-Pero eso no importa, olvidas los lazos rotos, los dejas atrás y vas forjas nuevos-

Así era, cuando dejas a una persona, la olvidas pare siempre dejas de recordad quien era caminas hacia el futuro.

-No. Los recuerdos de lazos fuertes no se olvidan, te persiguen o te acompañan, eso tú lo decides. Al romper una lazo fuerte no solo dejas a una persona, si no que a dos, dejas de ser quien fuiste para ser alguien mejor...o peor, y es por ese cambió que el lazo te sigue, porque te cambió-

Tengo que admitir que el hombre tiene un buen punto, es cierto que al romper una amistad o una relación siempre aprendes algo.

-Vine esta noche para hacerte comprender, para abrir tus ojos aún más, eres un buen hombre y cuando esto termine vas a ser uno mejor, un hombre sabio que enseñara a los demás, por eso esta lección es tan importante, porque no hay forma de asegurase que un hombre sea hombre si no tiene lazos. Tan solo piensa como seria tu vida sin ellos, sin tu familia, sin tus amigos o sin tu pareja-

La casa desapareció ante mis ojos, al menos la que yo conocía, era el mismo lugar pero a la vez no lo era, todo era más gris, la chimenea estaba apagada y llena da polvo, todo lucía más viejo. Al ir a mi cuarto me di cuenta que las fotos no estaban y solo había un triste lámpara.

-No sería vida-

-No lo sería-

Sin la gente con nosotros no viviríamos, esas personas te llenan de vida, de alegría.

-Al igual que del amor, que el miedo, que la alegría, que dolor, los lazos te acompañan, te enseñan, creces con ellos y mueres con ellos-

La triste casa desaparecía lentamente, como una sombra, como polvo.


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