¡Callate por favoor!

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Maria

Abri un ojo, luego el otro, y lentamente los volvi a cerrar. Unos minutos despues abri los ojos de nuevo y me sente perezosamente en la cama. Me estire como si de un gato se tratase y sonrei.

Hoy iba a irme a Miami, ¡A Miami! Y lo mejor de todo es que no vere a mi madre en todo el finde. 

Entre corriendo al baño y me despoje de toda mi ropa. Me meti a la ducha y deje que el agua callese por todo mi cuerpo. Era tan relajante. Me lave el pelo y sali envuelta en una toalla. Corri hacia el armario y saque unos pantalones cortos de mezclilla, una camiseta de color blanco con la bandera de Londres y mis vans negras.

Cuando estuve vestida me seque el cabello y me maquille un poco. Ya estaba lista.

Baje a la cocina, y, como suponia, mi madre se encontraba sentada tomando su amarga taza de té.

-¿Para que tan arreglada? No vas a salir de casa 

-¿Acaso no puedo ir bien? ¿Tengo que ser como tu? 

Si, señoras y señores, discutiendo a las ocho y media de la mañana. Esta vez iba a hacerla enfadar de verdad. Era absoluto y necesario para poner en marcha mi plan "Cangrejo negro"

Es un nombre absurdo para un plan ¿no crees?

¡No se me ocurria nada! Aun estoy pensando...

Ah... osea que... lo mejor era... ¿cangrejo negro?

Sip

¿Y se puede saber que tiene que ver un cangrejo negro con tu huida a la playa?

Pues... vamos a la playa, y alli hay cangrejos, y negro pues... porque me gusta mucho el negro

Dios mio... ¿como puede ser que yo sea la misma persona que tu?

Eh eh eh, menos con eso que te meto

Soy tu ¿recuerdas? No puedes pegarme

Ashh, lo olvidaba...

-¿Maria? ¿En que demonios piensas? -Mire a mi madre, quien parecia estar esperando que le dijese algo-

-¿Que? -Respondi de malas-

-Ni se te ocurra salir de aqui ¿bien? -Me miro seria-

-¿Y que pasa si salgo? -Sonrei con malicia-

-No vas a salir -Respondio autoritariamente-

-¿Y que te hace pensar que te voy a obedecer? -Dije con tono de burla-

-Maria, no juegues conmigo

-¿Por que no? Es muy divertido -Rei burlonamente-

La cara de mi madre se puso roja de ira. Sus labios se pretaron tanto que parecia que iban a quebrarse en cualquier momento. Su respiracion era pesada y sus puños estaban pretos

-¡Eres una niñata! ¿¡Quien coño te crees?! -Su voz me asusto- ¡No eres mas que una niña mimada! ¿¡Te crees que puedes jugar conmigo?! -Mi madre se callo- ¡Ojala hubieses sido tu y no tu padre!

Toda la casa se quedo en absoluto silencio. Lo que al principio era una tipica discursion de todos los dias se habia convertido en un campo de batalla. Lo ultimo que dijo mi madre se repetia una y otra vez en mi cabeza. La ira circulaba por mis venas. Mis nudillos estaban blancos de la gran fuerza que ejercian mis puños. Tenia ganas de romper algo.

Narrador

Madre e hija estaban a punto de estallar. Ambas se miraban asesinamente. No era la primera vez que ocurrian estas fuertes peleas, lo que Maria no sabia era la gran guerra que iba a producirse en su propio salon.

Caperucita NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora