capítulo 19.

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Simón PoV.

Pasaron semanas desde que Ámbar volvió a la mansión, no puedo decir que las cosas están bien entre nosotros, ella vive peleando y discutiendo por todo. Me hiere cada vez que voy a besarla o tocarla y se corre, me hiere escuchar que todas las noches ella tiene pesadillas sobre lo que pasó con Sharon y nuestro bebé. Es horrible ver qué no me deja que la consuele, sólo me dice el famoso "andate Simón, quiero estar sola" o "no me invadas, puedo cuidarme sola".
La primer semana dormimos juntos y yo la consolaba y estaba ahí para ella en todo lo que necesitaba, ahora no se que paso, estoy muy confundido siento que algo entre nosotros se rompió, más de su parte.

Me sacó de mis pensamientos un golpe en la puerta, cuando abrí ví que era  Lucas. El es el enfermero que viene 3 veces por semana para la rehabilitación de Ámbar. El dice que ha mejorado muchísimo, ya puede sentir el tacto en sus piernas pero sin embargo ellas no responden y eso es lo que más la frustra.

Simón: hola Lucas, todo bien?

Lucas: hola amigo, si todo bien! Como está Ámbar? Algún cambio ?

Simón: no, sigue estando igual en todos los aspectos, pero no me rendiré. Yo se lo prometí y aparte todo esto es mi culpa.

Ámbar apareció en su silla de ruedas y se posicionó cerca de las escaleras.

Ámbar: dejémonos de culpas y subí Lucas, que odio que me hagan esperar y lo sabes.

Lucas: si señorita, ahí subo.
Adiós Simón nos vemos más tarde.

Ámbar odiaba que estuviera en sus rehabilitaciones, porque decía que era una fracasada y no quería que la viera fallar en todo lo que intentaba.

Yo ya no sabía que más hacer, ella casi ni me hablaba y me trataba como cualquier cosa menos su novio.
Yo se que es raro pero últimamente Luna ha estado para mi cuando necesito descargarme y llorar.
Ella me pidió disculpas y yo creo que fueron sinceras, así que todo volvió a ser como antes.

Luna: hola amigo! Como te sientes?

Simón: no muy bien Luna, sigue alejandome y yo ya no se que hacer.

Luna: tranquilo, todo se va a arreglar.

Ámbar PoV.

He estado evitando a Simón, me siento muy mal al hacerlo pero es por su bien, el esta arruinando su vida al quedarse conmigo y no quiero eso para el.

Las rehabilitaciones  siguen igual, supuestamente Lucas voy mejorando cada día, pero no le creo para nada. Sólo lo hace para que no baje los brazos.

Cuando terminamos la sesión con Lucas le pedí que me bajara, quería salir al jardín y despejarme.

Me sentó en la silla y lo despedí.

Escuché unas voces desde la cocina y reconocí que eran las voces de Luna y MI Simón.

Simón: ya no se que hacer con ella Luna, no quiero dejarla ir. Pero te confiezo que hay veces que sólo quiero salir de aquí y nunca volver.

Luna: no puedo decirte que es lo que se siente amigo. Pero te amo y sólo quiero tu felicidad y si eso implica dejarla ir, vas a tener que hacerlo.

Ámbar: así que tú amiguita la que nos chantajeaba ahora te aconseja y te dice que te vayas? Sabes qué Simón, ella tiene toda la razón. Vete de mi lado, no quiero verte.
Tinoooo!! (Grité).

Tino: si señorita?

Ámbar: subime a mi habitación ya!

Tino: como usted ordene.

Un clavo saca otro clavo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora