capítulo 23.

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Ámbar PoV.

Estaba en una camilla en el hospital con suero intravenoso, esperaba a que el enfermero me viniera a buscar para ir al quirófano. No quiero preocupar a Simón, pero estoy muy nerviosa al respecto.

Simón: quedate tranquila mi amor, no va a pasar nada malo!

Es como si me leyera la mente.

Ámbar: igual me aterra. Estoy muy nerviosa. Que pasa si no puedo volver a caminar? O si algo sale mal?

Simón: vos me dejarías sólo para que yo me refugie en brazos de otra mujer, y me casé con ella?

Abrí los ojos sorprendida por su comentario, de inmediato fruncí el seño.

Ámbar: no! Vos sos mío!!

Simón: entonces, si me amas y quieres ser mi mujer volverás!

Ámbar: buen punto.

(Toc-toc)

Enfermero: lista señorita Smith?

Ámbar: eso creo.

Me despedí de Simón con un beso en los labios, nos abrazamos y me llevaron lejos de el.

Enfermero: en el suero le puse la anestesia, sentirá sueño y de a poco caerá dormida.

Asentí a las instrucciones del enfermero.

La camilla se detuvo y me pasaron a otra.

Enfermero: esperaremos que haga efecto la anestesia para proceder con la operación.

Se fue y me dejó ahí. Esa habitación parecía un congelador, empecé a temblar del frío, el maldito me había tapado con una frazada pero se había olvidado de tapar mis pies desnudos.

Había otro chico en la misma habitación que yo, decidí iniciar una conversación para poder olvidar un poco el miedo y los nervios. Además del frío.

Ámbar: hola! Soy Ámbar.

Xxx: hola Ámbar, soy Pablo.

Ámbar: de que te operan?

Pablo bajó su mirada, noté como su mirada se apagaba.

Pablo: tengo cáncer de médula. Estoy aquí para otro transplante. Supongo que será el último, el doctor me dijo que he mejorado mucho y que en una semana podré ir a casa y estar con mi esposa y mi pequeña hija. Vos?

Ámbar: a mi me dispararon unos delincuentes y me tienen que extraer la bala que tenía alojada en mi columna.
Cuantos años tiene tu pequeña?

Pablo: sólo 3 semanas, se llama Abigail. Es la niña más dulce y hermosa del mundo.

Por como hablaba Pablo de ella realmente me parecía que debía ser una nena hermosa.

Pablo: no he podido estar con ella desde que nació, es un poco peligroso traer a oncología a bebés recién nacidos, pero me dan ganas de luchar hasta el final por mi nena.
Puedo darte un consejo?

Lo mire y asentí con mi cabeza.

Pablo: cuando creas que ya tocaste fondo y no puedes salir, siempre va a haber alguien que va a ser como tú luz al final del túnel, tu complemento. Lucha por esa luz, por ese amor. No bajes los brazos porque después de cada golpe y cada derrota la recompensa es aún más grande y gratificante. Disfruta de tu vida y se feliz.

Ámbar: muchas gracias Pablo. Suerte en tu cirugía.

Dije mientras un enfermero empujaba su camilla hasta otra sala.

Un clavo saca otro clavo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora