Ahora que Camille estaba fuera del mapa Raphael Santiago era oficialmente el líder del clan de New York, un trabajo sencillo pues llevaba años haciendo cumplir las reglas como segundo al mando de Camille.
claro que todo eso fue antes de que le diera...
Esa misma noche y antes del amanecer regreso al Dumort, claro después de dejar a Magnus tranquilamente dormido en su loft. Sabia que para su amigo había sido difícil el tema del Yin feng, pues según le contó alguna vez, en el pasado estuvo a punto de perder a alguien cercano por la misma droga.
-¡volviste!- el grito de Simón lo hizo sonreír.
Un minuto después de eso, atrapo al vampiro que se lanzaba a sus brazos y se escondía en su pecho
-supongo que me extrañaste- sonrió y beso su frente.
-no sabes cuanto- suspiro pues al no estar Raphael, Lilly lo había hecho trabajar demasiado.
El vampiro mayor se separo y miro al chico besándolo lentamente mientras lo abrazaba de la cadera.
-no, no. Estoy molesto contigo- empujo al líder suavemente y se dio la vuelta
-¿que hice?- ahora si que estaba confundido.
Simon se giro mirándolo y haciendo un tierno puchero.
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-dijiste que volverías anoche, luke volvió pero tu no ¿donde estabas?-
-Magnus y yo tuvimos que arreglar algunas cosas- sonrio mirandolo, pues ese puchero solo hacia que le dieran ganas de besarlo
-lo prometiste- sabia que sonaba como una chica celosa, pero lo había extrañado
Raphael río bajo y cubrió la distancia que los separaba.
-siento haber tardado más- acaricio sus mejillas y se dedico a borrar ese puchero a besos
-eso es trampa... - se quejo el chico -si me besas así, no puedo estar molesto contigo-
-esa es la idea- lo tomó de la mano y lo llevó a la habitación
Una vez en la habitación del líder, se acomodaron en la cama y pasaron el día viendo un maratón de películas de súper héroes. Simon comía palomitas mientras miraba la pantalla y Raphael sonreía mirándolo, había progresado mucho pues ya podía comer otra cosa además de sangre.
En un momento mientras Iron Man y Loki peleaban en la pantalla, Simón se acurrucó en el pecho de su novio y este lo abrazo pegándolo a él.
Todo era perfecto, pero bien dicen que lo perfecto no dura para siempre. El celular de Simón sono y ambos vampiros gruñeron bajo por la interrupción.
-que quieres? - preguntó Simón algo molesto sin siquiera fijarse en la pantalla del teléfono.
Raphael beso su mejilla y tomo el tazón de palomitas de sus piernas, la hizo una seña para indicarle que iría por más a lo que Simón asintió y cuando el mayor salio escuchó la voz de Clary al otro lado de la línea.
-wow.... Perdón por llamar a mi novio-
-Clary- rodó los ojos -lo siento, pese que eras alguien más-
