LO QUE PASA EN EL DUMORT SE QUEDA EN EL DUMORT (SAPHAEL)

CAPITULO 7

Simón había recibido el mensaje de Raphael, al parecer había surgido una emergencia en central park y algunos vampiros tenían problemas con las hadas, claro eso debía ser, obviamente no tenía nada que ver con lo que acababa de pasar.

-Raphael es el líder del clan, él tiene que llevar estos asuntos, claro que sí, para nada está huyendo ¿Por qué lo haría? Es el gran Raphael Santiago –

Se había quedado en la azotea pensando en lo sucedido pero sobre todo pensando en porque reacciono así.

-por el amor de d... de di.... Maldita sea ¿Por qué gemiste Simón?- aprovechaba que en la azotea nadie lo escucharía hablar solo.

-no, claro que no, yo no gemí ¿o sí?-

Estaba totalmente confundido, primero ese sueño/alucinación o lo que haya sido y ahora esto, algo estaba mal con él.

-¿los vampiros pueden tener esquizofrenia? ¡ay pero claro que no!-

Se recargo en la puerta de acceso y suspiro mirando el cielo, aunque no quisiera aceptarlo algo dentro de él había disfrutado con el gesto de Raphael.

-¡MAGNUS! – se levanto de un salto y saco su celular de su bolsillo –claro, sí alguien sabe que rayos me pasa, ese es Magnus, es el gran brujo de Brooklyn y además dijo que sería mi padrino del submundo ¿cierto?- busco en su agenda el número del brujo y lo llamo.

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Raphael salió del hotel, algunos vampiros lo habían visto pero al ser el líder nadie le pedía explicaciones de lo que hiciera y aunque las pidieran él no se las daría. Decidió caminar como cualquier mundano hacia la casa de Magnus, eso le daría el tiempo suficiente para poner en orden sus pensamientos y calmarse un poco.

La distancia caminando desde el hotel hasta el loft de Magnus era de una hora así que eso le daba el tiempo para analizar lo ocurrido. Aunque no había mucho que analizar, había lamido el cuello de Simón, algo que pese a negarlo había querido hacer en ese momento.

Es solo que, dios amaba el olor de la vainilla y el chico estaba tan cerca que la fragancia dulce inundo sus sentidos haciendo que fura irresistible no probar un poco que aunque no había detectado el sabor dulce que esperaba, ese estremecimiento por parte del menor había hecho que quisiera repetir la acción solo para volver a sentirlo temblar debajo de él.

-dios- sintió como sus colmillos perforaban su labio inferior.

Esto era algo nuevo, bueno quizá en sus primeros días como vampiro fuera algo normal pero ahora, sus colmillos habían crecido hasta perforar su labio. Que fastidio, era como volver a ser un polluelo torpe que no puede controlarse. Por el amor de dios él era Raphael Santiago líder del clan de Nueva York y un vampiro con más de 50 años de experiencia, no podía perder el control de esta forma.

Bufo molesto consigo mismo pero más molesto con Simón por hacer que pareciera un estúpido adolescente a merced de sus impulsos.

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-Sheldon ¿a que debo tu llamada pequeño?- Magnus respondió al tercer timbrazo.

-Magnus necesito tu ayuda- por una vez no le importo que olvidara su nombre

-baia baia ¿acaso es la noche de llamar al gran Magnus Bane?- rio ante su propio chiste

-por favor Magnus... es importante..am...se trata de Raphael-