CAPITULO 21

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Raphael entro al departamento dejando las bolsas de compras en la barra de la cocina, se quitó la chaqueta y la dejo en uno de los sofás de la sala para luego comenzar a sacar las cosas de las bolsas.

Acomodó todo y se dispuso a preparar la cena, sonrió recordando las veces en que llegaba a casa y miraba a su madre cocinar.

-fíjate bien en lo que hago Raphael, un hombre que cocina vale por dos - sonrió mirándolo

-pero ma.... Jamas podría copiar tu sazón-

-el secreto de una buena comida va mas allá del sazón cariño, tiene que ver con  el amor que pones en cada plato-

Unos golpes en la puerta lo hicieron volver a la realidad, dejó a un lado lo que hacia y tras bajar la flama de la estufa se encamino a la puerta.
Era extraño que alguien llamara, nadie además de Magnus sabia de la existencia de ese departamento.

Se sorprendió mas cuando al llegar a la puerta noto el familiar olor a sangre de ángel, solo esperaba no fuera esa niña Fraichild.

-¿tu? ¿Que haces aqui?- dijo en cuanto vio quien estaba al otro lado

-no te ves contento de verme- le sonrio la chica pelinegra

-¿que quieres?- se recargo en el marco mirandola

Isabell Lightwood se limitó a mirarlo de una manera coqueta mientras subía la manga se su vestido dejando ver su muñeca.

Simon estaba algo triste por tener que cancelar sus planes con Raphael, pero por otra parte eso le daba oportunidad de organizar la fiesta de cumpleaños con Magnus.

-Sheldon, sabes que no hay ningún problema en hacer la fiesta aqui-

-no quiero molestar Magnus, además se que quizá estés ocupado- hace tiempo había dejado de importarle que nunca lo llamara por su nombre.

-si te refieres a Alec, el lo entiende, sabe que Raphael es como un hijo para mi y siempre puedo cancelar a los clientes de última hora-

Ambos se pusieron de acuerdo para hacer una pequeña fiesta en el loft de Magnus.
Lo único que simon lamentaba es que su padrino del submundo no quizo revelarle la edad actual de Raphael, no le quedaba de otra más que preguntarle el mismo.

-no sabia que fueras tan buen cocinero- Isabell miraba lo que el vampiro hacia

-que mas podría hacer, mi madre trabajaba casi todo el día y yo era el mayor de 6 hermanos- sonrió recordando viejos tiempos

Aun no sabia como es que había dejado entrar a la chica, se había jurado a si mismo que no volvería a morderla, eso solo los dañaba a ambos.
Podía sentir la necesidad de ella y eso no ayudaba mucho, pues aunque no lo dijera, se había vuelto débil con respecto a la sangre de nefilim.

-¿así que solo cocinas como pasatiempo?-  la notaba nerviosa y eso solo quería decir una cosa.

-no exactamente, esto es para mi hermana, ella tiene 73 años ahora y acude a un comedor comunitario- era todo lo que diría al respecto.

Siguió con su tarea mientras pensaba en su pequeña hermana, aquella que cuando se convirtió solo tenia 4 años.
Probablemente ya no lo recordara, era muy pequeña y el alzheimer que padecía ahora lo hacia mas difícil.

Como hermano se había jurado cuidarlos siempre, aunque ellos no supieran que él estaba ahí.

-asi que.... ¿Llevas esto al comedor antes del amanecer?-

-cada domingo desde hace mas de 5 años, a ella le encantan los tamales, supongo le recuerdan a mamá, al igual que a mí-

Isabel tomo una cuchara y miro a Raphael pidiendo permiso para probar la comida, él asintió y ella hundió la cucharas en la olla de salsa para luego probarla

-sabe delicioso-

-secreto de familia- sonrió poniéndose detrás de ella

-quizá algún día haga tamales en el instituto aunque no creó que me queden tan buenos - sonrió

-veras Isabell, el secreto esta en saber para quien se cocina, en usar esos sentimientos y trasmitirlos en la comida y así cuándo las personas la prueben sientan el amor con la que fue hecha-

-veras Isabell, el secreto esta en saber para quien se cocina, en usar esos sentimientos y trasmitirlos en la comida y así cuándo las personas la prueben sientan el amor con la que fue hecha-

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-eso fue muy tierno, pero supongo sabes que no vine a una clase de cocina-

-lo se ¿como me encontraste?-

-te seguí-

Se dio la vuelta quedando de espaldas a la barra de la cocina y de frente a él.
Raphael suspiro pues se negaba a ayudar nuevamente a la chica Lightwood.

-solo un poco- sonrio coqueta

-no puedo- rechazo su mano gentilmente

-se que quieres- se acerco hasta quedar a centímetros de sus labios

-Isabell...- no quería ser grosero pero si no le quedaba otra opción

-anda, no quieres morderme entonces besame-

La tomo suavemente de los hombros y la aparto un poco.

-el sexo no es algo que me interese-

Se alejo para ver la olla en el fuego, dejando a una muy sorprendida Isabell Lightwood mirándolo mal.

Tal pareciera que nunca había recibido un no por respuesta, pero lo que realmente quería decir Raphael era que el sexo con ella era algo que no le interesaba.
No es que fuera una chica fea, en realidad era hermosa y  sumamente sexy, pero él no se imaginaba estando con alguien que no fuese Simon, sentir otro cuerpo entre sus brazos y probar otros labios le parecía imposible.

-nadie me había ofendido tanto-

-no era mi intensión hacerlo, eres hermosa, inteligente y una de las Shadow Hunter mas fuertes que he conocido, no tienes que hacer esto, el hombre que ame es quien debe pedirte, rogarte por un simple beso-

-no me quedare a que insinues que soy una cualquiera-

Lo miro con odio mientras salia del departamento, Raphael pudo notar los pequeños temblores en las manos de Isabell, suspiro  negando, un hijo del ángel estaba destinado a mas que estar rogando por un poco se veneno.

LO QUE PASA EN EL DUMORT SE QUEDA EN EL DUMORT (SAPHAEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora