CAPITULO 11

2.4K 272 87
                                    

Sin duda alguna los frappé de ese lugar eran deliciosos, estaba sentando con Clary en la mesa junto al gran ventanal y sonreía escuchando las historias del instituto, al parecer Jace era más idiota de lo que pensaba.

-debiste verlo Simón, fue realmente gracioso, aunque temo que a Alec no le pareció asi-

-bueno supongo que a mi tampoco me habria gustado que pusieran purpurina en mi champú-

-quizá tengas razón, pero la venganza de Alec fue épica, uso una pequeña bocina bajo la cama de Jace y reprodujo el graznido de un pato por la noche-

Ambos rieron, Clary contándole la reacción de Jace y él tratando de imaginar al rubio corriendo en ropa interior por el instituto gritando que los patos los invadían

Mientras tanto un sonriente Raphael Santiago regresaba al hotel, se sentía algo tranquilo después de haber pensado tanto en la situación con Simón, no podía hacer lo que Magnus decía, era el líder del clan y no podía tener ese tipo de relación con un chico que prefería a los Nephilim que a los de su especie.

Escuchó unas voces en el callejón detrás del hotel y luego una voz vagamente conocida.
Decidió ir a investigar y al llegar se encontró con la chica Lightwood rodeada de un grupo de sus chicos.

-dejenla- se acerco mirando a la Nephilim y luego a la chica rubia que parecía ser la líder del pequeño grupo

-pero ella irrumpió en...-

-Es una orden- interrumpió a la chica y le sostuvo la mirada

Tanto la rubia como los otros solo bajaron la cabeza en señal de sumisión y se fueron.

-¿estas bien?- notaba cierta ansiedad en la chica

-si...sólo...necesito tu ayuda-

-No-  después de haber escuchado lo que Isabel Lightwood le dijo se nego rotundamente.

-por favor- se notaba afectada por la ausencia de la droga en su sistema

-dije que no, sera mejor que regreses y dejes esta locura-

-no lo pediré otra vez- sabia lo que la droga provocaba y sabía que ella seria capas de cualquier cosa por conseguirla.

-solo esta vez- suspiro derrotado, pues a pesar de ser un hijo de la noche aun conservaba algo de fe.

Tomo la mano de Isabel y mirando al cielo pidiendo perdón por su alma, si es que aun la  conservaba, mordió la muñeca de la chica Lightwood sintiendo como la sangre Nephilim mucho más dulce que la de cualquier mundano inundaba su boca.

Ajeno a todo lo que pasaba en el callejón del Dumort, Simón salió tomado de la mano de Clary y caminaron hacia un parque cercano mientras reían.

-asi que esto de ser vampiro va mejorando ¿he?-

-pues ya no le es tan fácil a Raphael derribarme- sonrió recordando sus entrenamientos

-bueno eso no es exactamente a lo que me referia- la pelirroja lo miro

-explicate Fray-

-bueno ya sabes, esto de la transformación te cambio mucho y  pues debes de tener muchas admiradoras ahora-

¿Que? ¿Realmente le estaba preguntando eso? Bueno la verdad es que era algo torpe para esas cosas.

-ahora que lo mencionas puede que alguna chica me haya dicho algo- se encogió de hombros.

Esperaba que no lo descubriera, era un asco mintiendo pero no quería decirle la verdad pues la mayoría en el hotel lo odiaba.
Pudo notar la decepción en el rostro de su amgia pero no dijo nada.

-eso es genial Simón, eres todo un rompe corazones-

-bueno técnicamente están muertos asi que no cuenta-

Raphael Santiago regresaba a su habitación después de lo que ni el mismo supo explicar, se había negado en un principio a ayudar a Isabel. Pero pudo notar su desesperación y no  fue capas de negarse después de eso, podía sentirse diferente por la sangre de Nephilim en su cuerpo.
Le dijo a la chica Lightwood que no  volviera, que eliminara todo rastro de Yin Feng de sus venas.

Por dios era uno de los hijos del ángel, no debía de rebajarse a usar las porquerías del submundo. Ella tenia mucho que perder si la clave se enteraba.

Escucho unas risas coquetas desde su habitación, bajo a ver a que venia todo el alboroto y encontró a Simón y a la pelirroja riendo como idiotas y eso si que lo puso de mal humor.

-¿te veo mañana?- sonrió la niña Fraichild

-claro, dejare la puerta de atrás abierta pero cuidate que nadie te vea en especial Raphael, me mataría si se entera- le dedico una sonrisa cómplice

-ya estas muerto pero creó qué podría hacer algo- no pudo contenerse mas y se dejo ver

-Ra...Raphael... Am...yo...- ahi estaba ese tartamudeo nervioso que le encantaba

-¿tu que? - lo miro serio levantando una ceja

-Simón se refería a que mañana temprano vendré a visitarlo, claro si no te molesta- esa cosa naranja debía cerrar la boca

-claro que me molesta, ningún Nephilim puede estar aqui ¿porque contigo seria diferente?-

-bueno porque soy la mejor amiga de Simon-sonrió

-por favor Raphael, ni siquiera sabrás que esta aqui, lo juro-

Maldito Simón Lewis y su estúpida mirada de cachorro.

-al primer alboroto se larga y no vuelve más- los señalo ambos -ahora largo -

-gracias Raphael- Simón se acerco y lo abrazo, un abrazo rápido pero que para el mayor fue como si durara una eternidad

-te veo mañana - la pelirroja sonrió y beso la mejilla de su chico para luego salir

¿Que demonios? Simon no era su chico y el hecho de que lo abrazara no cambiaba nada. Lo miro serio y se dio la vuelta para ir directo a la biblioteca, ahí nadie lo molestaría y podría aclarar su mente, sacar la sensación de los brazos de Simón a su alrededor y la suave caricia de su aliento en su oído cuando le agradeció.

-estúpido Lewis- murmuro subiendo la escalera

LO QUE PASA EN EL DUMORT SE QUEDA EN EL DUMORT (SAPHAEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora