Hasta que llegaste tú (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©

Capitulo 27: No me golpees

Justin se tiró en su cama, no podía creer lo pendejo que fue al dejar ir a su razón de ser… La dejo ir.

Miley entró a la casa de su ex novio. Después de ese abrazó se sintió un poco mejor, y contenida. Greyson la invito a pasar al living, le ofreció un poco de agua y ella acepto. 

—¿Lisa no vive más contigo? —Preguntó ella después de un momento en silenció, se refería a su madre, ya que él vivía con ella aun.

—Si vive aquí, es su casa… pero ahora está en un pequeño viaje de trabajo. —Explico sentándose al lado de Miley.

Eso hizo que se acuerde de Pattie, y Pattie le recordaba a Justin. Trago saliva e intento poner su mente en blanco, pensar en otra cosa por ahora… 

—Ah que bien…—Logró decir, ya que su garganta se había cerrado al ‘recordarlo’. 

—Bueno, ¿Qué paso? ¿Te sucedió algo? ¿Cómo está él bebe? ¿Me perdonaste? —Trató de sonar preocupado, ya que eso era lo que menos le importaba.

—No me paso nada…—Comenzó, mintiendo. —No me sucedió nada… la bebe —Corrigió. —está bien…—Sonrió tocándose la panza. —Si te perdono…—Suspiró. 

A decir verdad, no sabía si lo había perdonado, solo necesitaba un lugar para quedarse por lo menos unos días, ya que suponía que su departamento ya estaba habitado por otras personas, por no haber pagado en este tiempo. Y él único lugar, la única solución, y aunque no le guste demasiado, era el único con el que se podía refugiar. Greyson.

—Me alegro tanto. —Se acercó para volver a abrazarla, al hacerlo no le importo que esta tenga un gran bulto y la apretó fuerte haciendo que ella gimiera de dolor. —Perdón. —Dijo falsamente, lo había hecho, prácticamente a propósito.

—No te preocupes, solo es que a veces me duele un poco….—Dijo tímida.

Las horas pasaban y lo único que Justin hacía era pasárselas encerrado en su habitación. Llorando. Nunca antes había llorado por una chica. Nunca, pero ella, esa pequeña niña lo traía loco y completamente enamorado. 

A pesar de tener a sus mejores amigos de visita, él lo único que hacía era llorar en su habitación, más de veinte veces intentaron hablar con él, pero este los rechazaba diciendo que quería estar solo. 

Se levantó sigilosamente y salió de su habitación sin hacer ningún tipo de sonido, no quería que ninguno de sus amigos vaya a molestarlo nuevamente. Se dirigió al ático. Donde allí, se encontraba… su piano. 

Gracias a Pattie, Justin desde pequeño aprendió a tocar algunos tipos de instrumentos, tiene una pasión ‘secreta’ por la música. No es que le avergüence ni nada de eso, prefiere guardárselo para él y tocar música, cuando lo necesite, casi siempre cuando se siente triste. 

Greyson cerró la puerta de la casa con llave después de cerrar las ventanas con seguro, esto hizo asustarla un poco. Él le dijo que ya era tarde y estaba haciendo un poco de frio, y quería asegurarse de que todo esté bien sin problemas, eso hizo que ella se calmara. 

—¿Qué vamos a hacer ahora? —Preguntó ella mientras ambos estaban en la cocina. 

—Me vas a cocinar. —No se lo preguntó, se lo ordenó.

—¿Qu-qué? —Dijo atónita.

—Ahora que volviste a mí, serás mi esclava. —Sonrió de oreja a oreja y Miley se asustó. 

—Cuidado Greyson, que me duele…—Rogaba mientras el agarraba fuertemente su brazo para empujarla a la heladera y obligarla a cocinarle. 

—No por favor. —Suplicaba ella mientras comenzaba a sollozar de dolor y de vergüenza se sentía una estúpida, había ido a la casa de su propio enemigo. 

FLASHBACK.

—Hija que tenes ahí. —Preguntó su madre mientras entraba a su habitación.

—Nada… —Trato de taparlo con su mano, pero era un moretón bastante notable, y había olvidado tapárselo ese día.

—Por favor, decime que no seguiste viendo a Greyson…—Suplicó al borde de las lágrimas. Miley no respondió, ya que la respuesta era obvia. —¡Mierda! ¡te dije que no es bueno que lo sigas viendo! ¡Mira lo que te hace! —Su madre exploto.

—¡NO MAMÁ, YO LO AMO! —Gritó enojada, tenía apenas 16 años, era una niña inocente. —ANDATE DE MI HABITACIÓN, ME ODIAS ¿CIERTO? —Se desquitaba con su madre, como si ella tuviera la culpa.

FINFLASHBACK.

—No me pegues te lo pido por favor. —Rogaba, las lágrimas ya empapaban sus mejillas. El primer puñetazo llego. Gritó de dolor, y el tapo su boca con la mano para que nadie de los vecinos escuche nada.

—Mejor cállate la boca linda… si no queres que le pase algo a tu bebé. 

Miley abrió los ojos como platos, si le hacía algo a la bebe no se lo perdonaría nunca en la vida. ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo ser tan estúpida de volver? Volver al pasado.

 sentía como su corazón se rompía en millones de pedacitos. ¿La había perdido? ¿Para siempre? No… claro que no, el lucharía por ella, cueste lo que cueste, el estaría con ella, como se lo prometió. Nunca la iba a dejar. 

—¿Por qué? ¿Por qué otra vez Greyson? —El dolor era horrible, los golpes cada vez eran más fuertes y continuos, y había comenzado a lastimarle la panza. 

—Porque eres una perra, nunca te amé ¿sabes? Lo único que quería de ti era tenerte en mi cama, y así lo conseguí ¿no? Y mira ahora, estas embarazada de mi… y ni creas que me hare cargo del bebe. Ni lo pienses. —Su voz era gruesa y rasposa, era cruel.

—¡Estas enfermo! ¡Estás loco! —Logró decir, ya se encontraba tirada en el suelo tratando de cubrir su estómago para que no reciba tanto el impacto del golpe. —¿Por qué haces esto? —Seguía preguntando, ya no aguantaba más. No podía con todo esto, era demasiado para ella.

Miley se encontraba inconsciente. Ya no sentía más golpes, ni aquella voz que la atormentaba, la voz de Greyson. Ya no se escuchaban los sollozos y gritos de dolor. Abrió los ojos apenas para ver donde se encontraba, estaba en una especie de camioneta, intento voltear la cabeza para descifrar donde estaba pero no podía, le dolía. En ese momento escucho una voz a su lado. 

—Señorita, tranquila está en una ambulancia la estamos llevando al hospital. —Aquello la tranquilizo así que volvió a cerrar los ojos. 

Él celular en su bolsillo lo hizo reaccionar, lo tomo, número desconocido. 

—¿Usted es Justin? —Se escuchó una voz detrás del aparato. 

—El mismo… ¿Quién allí? —Respondió sin ánimos.

—Soy una enfermera del hospital ¿usted es familiar o algo por el estilo de Miley Cyrus? —Preguntó.

—Si ¿Qué paso? ¿Qué le paso? —Se levantó de inmediato y comenzó a bajar las escaleras para meterse en su auto y conducir al hospital.

—¿Justin? ¡¿Adónde vas?! —Escucho que lo llamaban sus amigos mientras el salía de la casa, los ignoro y prestó atención al teléfono. 

—La señorita se encuentra aquí… ¿podría usted venir? —Pidió amablemente.

—Estoy yendo para allá. —Informo mientras arrancaba el auto. —¿Qué le paso? —Intento contener las lágrimas de solo pensar que le sucedió. 

—Cuando llegué aquí le explicaremos bien… —Dijo insegura. Sería mejor contárselo personalmente que por teléfono.

—En diez minutos estoy allá. —Aviso y cortó. 

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